“Esta noche las canciones se empeñaron en salir a navegar juntas, juntas por ese Mediterráneo que baña tres continentes, que habla cientos de idiomas y al que rotan islas a millares, de todo tipo, tamaño y condición. Desde la magna Sicilia hasta la pequeña Ítaca madre de todos los territorios literarios y patria y reino de Ulises el astuto”. Así fue como durante dos horas la música de Joan Manuel Serrat sirvió como un barquito de papel en el cual cientos de personas navegaron por aquellas canciones que vieron vida en 1971.
El viernes por la noche fue el primero de los dos espectáculos que el compositor catalán ofrecería en Costa Rica como parte de su gira Mediterráneo Da Capo, que realiza en homenaje a su disco más famoso. El escenario del Teatro Melico Salazar volvió a recibir a uno de sus amigos favoritos para que cantara, en complicidad por su público fiel, temas icónicos del cancionero de habla hispana.
Con una gran sonrisa Serrat arribó a escena a eso de las 8:11 p. m. Antes, sus seis músicos habían dado un calentamiento previo con las entradas de esas canciones que han sido tan queridas en estos 48 años.
Con una sonrisa amplia y visiblemente emocionado por los aplausos de sus seguidores, Serrat comenzó con el viaje. Guitarra en mano dio la primera sorpresa de la noche, el concierto comenzaría con Mediterráneo, quizás el público esperaba que dicha canción estuviera en la última parte del espectáculo, pero no, Serrat tenía toda la intención de que el tributo fuera por todo lo alto. Ya su voz se escucha cansada, no es para menos con 75 años a cuestas, pero su ímpetu y, por supuesto, la fisga que lo caracterizan, borran cualquier atisbo de crítica porque no llega igual a las notas más altas de sus piezas.
“Lamento mucho la ausencia del señor presidente de la República, tampoco ha querido venir, está ocupado”, dijo Serrat en su primera intervención con el público luego de agradecer la compañía de la audiencia. De inmediato, algunos comentarios aduciendo que no hacía falta tal presencia llegaron desde el aforo hacia el escenario y Serrat, siempre con su gracia contesto: “Se pelean fuera, por favor. No sé si han visto los carteles que tenemos en la puerta que dicen que esta es una zona libre de bronca”.
Qué va a ser de ti, Vagabundear y Barquito de papel siguieron en el repertorio. “Y si te toca llorar, es mejor frente al mar”, cantó Joan Manuel con aún más fuerza en la intensa y oscura Pueblo Blanco, en uno de los momentos más potentes de la noche.
“¿Saben ustedes que Mediterráneo es una palabra que viene del latín y significa en medio de la tierra? El Mediterráneo, quiero aclararles que no es, contrariamente a lo que muchos dicen, un mar que desemboca en el océano Atlántico, no. Que no les engañen más, el océano Atlántico y el resto de los océanos del mundo no son otra cosa más que afluentes del Mediterráneo”, agregó el autor dándole todavía más valor a las canciones que creó inspirado en las aguas de dicho mar.
Siguieron Tío Alberto, La mujer que yo quiero, Lucía, Vencidos, Aquellas pequeñas cosas y, de nuevo, como si no hubiera sido suficiente, Mediterráneo por segunda vez. ¿Y qué importó volverla a escuchar? Pocas veces en un concierto un artista se da la oportunidad de darle al público una doble dosis de una canción tan amada.
Concierto Joan Manuel SerratAsí se vivió el primer concierto del cantante español Joan Manuel Serrat, en el Teatro Melico Salazar. Este sábado se realizará la segunda presentación, a las 8 p. m. ¿Asistió a la función? ¿Qué le pareció? Video: Fernanda Matarrita
Posted by nacion.com on Friday, March 15, 2019
Siempre por el mar
Con Mediterráneo ampliamente repasado, la segunda parte del espectáculo tenía que seguir el recorrido musical por la amplia obra del artista y así lo hizo, eso sí, siempre navegando por el mar.
Serrat echó mano de la canción La mer, del francés Charles Trenet. En catalán interpretó Plany al mar, pieza con la cual Serrat llama la atención ante la contaminación de los mares, esos a los que él les canta como puentes de culturas y caminos de sueños.
Por supuesto, no podía faltar otra de las más esperadas. Cantares, con su golpe a golpe, llegó para complacer a todos. Intacta en su mensaje y siempre levantando pasiones, Cantares fue presentada con un arreglo de sonidos más modernos.
Luego de confesar su admiración por las mujeres, en todos los sentidos, Joan Manuel presentó Menos tu vientre, poema de Miguel Hernández. De vez en cuando la vida, Para la libertad y Hoy puede ser un gran día, también fueron parte de este segundo aire en el recital. La ovación de pie de todo el teatro no se hizo esperar. Tras un buen rato de recibir aplausos, gritos y piropos, Serrat y sus músicos se pusieron de acuerdo para no salir de escena y dar un poco más de música.
La infaltable Penélope provocó felicidad y para cerrar, como bien lo dice el título de la canción, Fiesta fue la mejor manera de despedirse. Serrat una vez más comprobó que genio y figura se mantienen en él.