Siempre he dicho que escribir es la mejor forma que tengo en mi vida para expresar todo lo que pienso, siento y quiero. Hacerlo hoy, de un tema que toca cada una de mis emociones, hace que lograrlo sea un enorme reto, porque no lo hago solo por mi vocación de informar como periodista, sino que también porque soy una venezolana que reside en Costa Rica desde hace casi 18 años.
Durante todo este tiempo, mi vida ha transcurrido entre abrazos virtuales, largas notas de voz en Whatsapp para ponerme al día con amigos que también están fuera del país, además de videollamadas para ver esos rostros que añoro y por los cuales cada día aspiro por un mejor futuro: mi papá, mi abuelo, mis hermanos, mis sobrinas, mis tíos y primos, ellos que aún están en mi país.
Este viernes 22 de febrero no fue la excepción a esa “rutina” en la que se han convertido mis días, pero los sentimientos y las emociones eran completamente distintas, porque esta vez no me sentía sola, ningún venezolano se sintió solo. Al contrario, este fue un día que nos permitió volver a respirar esperanza, algo que creímos que nos arrebataron hace muchísimos años, pero que el mundo entero se encargó de recordárnoslo.
El concierto Venezuela Aid Live, que se realizó ayer en la ciudad de Villa del Rosario, en Cúcuta, Colombia, fue la más clara demostración de solidaridad para el país suramericano. En una iniciativa del empresario británico Richard Branson, el festival convocó a más de 250.000 personas y reunió a más de 30 reconocidos artistas, quienes donaron su talento y tiempo, con un solo objetivo: recaudar $100 millones y promover el ingreso de la ayuda humanitaria, cuyo proceso está previsto que inicie, en la buena teoría, este sábado.
Palabras como libertad, democracia, ayuda, solidaridad, agradecimiento, se escucharon incesantemente a lo largo de las casi seis horas que duró el espectáculo, que fue transmitido a nivel internacional por canales de televisión como Antena3, NatGeo y MTV. Sin embargo, a lo interno de Venezuela, solo algunos pocos corrieron con la “suerte” de verlo por YouTube, debido a que ningún medio local retransmitió el show, mientras que la señal de los internacionales fueron sacados de la parrilla de programación.
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Esto no impidió que, tanto los que aún siguen en el país como los que están fuera de Venezuela, sintieran que se está ante un posible inicio –al menos el más cercano en estos últimos años– de una nueva etapa en nuestra historia, esa con la que muchos sueñan y anhelan para poder regresar a casa, “a esa tierra llena de gracia”, según expresó el cantante Ricardo Montaner.
Emotivo
Reymar Perdomo fue la encargada de inaugurar este festival de música. La venezolana, quien interpretó la canción Me fui acompañada de su ukelele, agradeció al público que coreara este tema, que se ha convertido en un himno para las 3,4 millones de personas que han emigrado como consecuencia de la crisis que atraviesa el país suramericano, según informó la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
"¿Dónde está la gente que al igual que a mí, se le partió el alma salir de su tierra?, ¿dónde están todos aquellos que queremos libertad? Hoy Venezuela y Colombia se unen con el mundo entero para decirles a mis hermanos venezolanos que estamos con ustedes. Gracias por convertir esta canción en el himno de la inmigración venezolana. ¡Qué viva Venezuela!”, expresó la joven, cuya tema se convirtió en un suceso viral el año pasado, y quien actualmente reside en Perú.
Minutos después, el público presenciaría uno de los momentos más emotivos de la jornada, la primera aparición pública y multitudinaria de José Luis Rodríguez “El Puma”, que agradeció el poder “presenciar el nacimiento de una nueva Venezuela”, luego de recuperarse de un trasplante de pulmones. El cantante, quien dijo que de esta forma oficializaba su regreso a los escenarios, interpretó el tema Agárrense de las manos, que fue coreado de principio a fin por el público.
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“A los soldados les digo: ‘Son nuestros hermanos. No disparen al pueblo porque esto va a pasar y vamos a reconciliarnos’. Basta ya de dictaduras en América Latina. Gracias presidente Guaidó, gracias Asamblea Nacional y gracias a los políticos de la oposición”, dijo.
La música llanera, que es otro de los lazos que unen a Venezuela y Colombia, fue representada en el escenario, ubicado en uno de los extremos del puente de Tienditas, y que une a ambos países, por Reynaldo Armas, Jorge Glem y el Cholo Valderrama. Su participación fue considerada como el símbolo de la hermandad entre ambas naciones.
Con el paso de los minutos, pues cada artista tuvo la oportunidad de interpretar entre dos y tres canciones, llegó el turno de Jencarlos Canela, quien aseguró que su participación en el concierto era en nombre de la actriz venezolana Mónica Spear, que fue asesinada junto a su esposo Thomas Henry, por un intento de robo en el 2014. El artista también abogó por la llegada de la libertad y de la democracia “para Venezuela, Cuba y Nicaragua”.
El espectáculo siguió con el cantante venezolano Danny Ocean; la agrupación mexicana Reik, que le dedicó el tema Un año "al pueblo venezolano que ha sido asediado por las políticas del régimen de Nicolás Maduro”. La música electrónica llegó con el DJ sueco Alesso, quien asistió por una invitación de la influencer Lele Pons, y que también subió al escenario para cantar Celoso.
Ni una sola palabra, Lo haré por ti y Suave y sutil fueron los temas escogidos por Paulina Rubio para encender a un público que no dudó en soportar el inclemente sol de mediodía, con tal de no perderse ni un segundo del espectáculo, y en el que se pudieron observar banderas no solo de Venezuela, sino también de países como Colombia, México, Chile y Estados Unidos.
El festival siguió con la presentación de Mau y Ricky, hijos de Ricardo Montaner, quienes contaron con la participación especial del colombiano Camilo Echeverry. La mesa estaba servida para que el argentino Diego Torres se reencontrara con el público e interpretara en vivo Color esperanza, uno de los temas que se ha convertido en una especie de himno para los venezolanos.
El motivador mexicano Daniel Habif protagonizó uno de los momentos más emotivos del festival, cuando emitió un discurso con el que invitó “al pueblo venezolano a no perder la esperanza” e hizo referencia al país con el que muchos sueñan, lo que hizo que en algunos rostros de los asistentes –y de los que no nos encontrábamos en el lugar– corrieran lágrimas de emoción, nostalgia y agradecimiento.
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Silvestre Dangond y Maluma encabezaron la llegada a la tarima de la delegación de artistas colombianos que dijeron presente en el espectáculo. A ellos se sumaron también Carlos Vives, Santiago Cruz, Jorge Villamizar, Gusi y Fonseca. Por su parte, Luis Fonsi y Juan Luis Guerra hicieron bailar al público al ritmo de temas como Despacito y Para ti.
Mención aparte merece el español Miguel Bosé, uno de los más duros críticos del régimen chavista y de Nicolás Maduro, a quien le exigió que se fuera de Venezuela y que diera paso al renacimiento del país suramericano. El artista le dedicó unas palabras a Michelle Bachelet, pues considera que no está cumpliendo con sus obligaciones como Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, por lo que la invitó a visitar Venezuela “para que presencie cómo se violan todos los derechos de las personas”.
La clausura de la larga jornada musical se vislumbraba con las actuaciones de Carlos Baute, la agrupación mexicana Maná, Ricardo Montaner, Alejandro Sanz y Juanes. Este último recordó cómo ese mismo lugar había sido el escenario del concierto Paz sin fronteras, cuya primera edición se realizó en el año 2008, como símbolo de una búsqueda de paz entre Venezuela, Colombia y Ecuador.
El cierre
El sol comenzaba a caer en Villa del Rosario, por lo que la producción del espectáculo se apresuraba para preparar lo que era una de las actuaciones más esperadas: la llegada del cantante venezolano Nacho. Los primeros acordes de la canción Valiente, que compuso en el año 2016 en apoyo a las protestas en el país suramericano. serviría del preámbulo para cerrar con broche de oro el Venezuela Aid Live.
“Ya que estamos hablando de unión y de reconciliación, quiero llamar al escenario a alguien muy especial en mi vida, a alguien que me hizo una invitación que era imposible de rechazar. En este momento vamos a recordar viejos tiempos para ustedes. Mi amigo, mi compañero, Chyno Miranda", fueron las palabras con las que el cantante venezolano Nacho anunció lo que tanto esperaba su fanaticada: un reencuentro del dúo de música urbana, luego de dos años de haber iniciado sus carreras como solistas.
Tras fundirse en un largo abrazo, en medio de los gritos de las miles de personas que se encontraban en el lugar, los artistas interpretaron juntos el tema Mi niña bonita, el cual dedicaron a cada una de sus fanáticas y a su país, “que es la niña más bonita de todas”.
El gesto de ambos artistas fue la representación de una “reconciliación entre hermanos que pueden pensar distinto”, como lo aseguró el mismo Nacho. Este fue un momento lleno de esperanza y un ejemplo con el que se invitó a las personas que estaban en el “otro extremo del puente”, presenciando un festival musical organizado por Nicolás Maduro y que está previsto que dure hasta el domingo, a que se unieran a su causa.
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Al cierre de esta edición, en el espectáculo que se realizaba en el lado de Venezuela solo habían salido al escenario el cantante Casino, cuyo show fue presenciado por un público en el que destacaba la presencia de la milicia bolivariana en formación y del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello.
A tan solo 300 metros de distancia, en el otro lado de Tienditas, la canción Imagine, fue la escogida para poner el punto final de una jornada que apenas comenzaba para algunos, especialmente para los que se encuentran en Cúcuta como voluntarios para ingresar este sábado la ayuda humanitaria a Venezuela. También lo es para nosotros, los que estamos lejos, pero no ausentes...