La tarde de este viernes 4 de marzo, antes de que la agrupación mexicana Los Ángeles Azules arribaran al escenario del Anfiteatro Coca-Cola del Parque Viva, había dos personas que, en medio de un mar de gente, tenían una emoción muy especial por ver a la famosa banda de cumbia. Se trataba de doña Blanca Rosa Solís, de 67 años, y Daniel Lazo, de apenas 7, quienes por primera vez iban a disfrutar de un concierto.
Daniel y doña Blanca llegaron a Parque Viva como parte de un grupo de compañeros y amigos del Hospital Nacional Psiquiátrico. Al pequeño, fue su mamá Karla González quien lo llevó a vivir su primera experiencia musical en vivo, mientras que el sueño de doña Blanca se hizo realidad gracias a su hija, Daniela Baltodano.
“¡Uy...vieras qué contenta que estoy!”, comentó doña Blanca visiblemente emocionada. La experiencia de esta vecina de Pavas iba más allá de lo artístico, ya que con su grupo de amigos disfrutó de una buena comida y un par de bebidas en el área de comidas del parque.
“Está muy bonito el lugar, muy cómodo y hay buena música para calentar el ambiente”, expresó doña Blanca mientras lo pasaba de lo lindo en una de las bancas ubicadas en la plaza central del Parque Viva, cerca de donde se ubicaron varios foodtrucks. En ese punto, para su dicha, la tarde fue amenizada por dos DJ que mezclaron música bailable.
Daniel tampoco ocultó su alegría. “Estoy muy emocionado, me gusta mucho la música de Los Ángeles Azules”, comentó sonriendo el pequeño.
Su mamá Karla, por su parte, contó el por qué le pareció una buena idea traer a su hijo al show: “Decidí que viniera con nosotros para que fuera su primera experiencia, ya que este es un concierto familiar. Aquí (Parque Viva) hay un ambiente seguro y tranquilo, era un buen momento para que conociera cómo son los conciertos”.
El grupo de compañeros y amigos del Hospital Psiquiátrico lo complementaron Róger Brenes y los esposos Wainer Valverde y Yorleny Arroyo. Ellos llegaron temprano a las instalaciones ubicadas en La Guácima, en Alajuela, acatando la recomendación de la productora del concierto para evitar aglomeraciones en la entrada del lugar.
“Vamos para el sector de gramilla, ahí hay bastante campo. Como estamos al aire libre, es una bonita experiencia. La entrada al parque fue muy rápida, todo ha estado muy bien organizado”, comentó Brenes, quien fue uno de los miles de fanáticos que se reunieron en Parque Viva para dar la bienvenida a los grandes conciertos internacionales que, tras casi dos años de haber sido suspendidos por la pandemia, volvieron con el sabor de la banda mexicana.
Buen ambiente
Desde las 4 p. m., aproximadamente, en la plaza de comidas y en la zonas comunes del Parque Viva se vivía un ambiente de fiesta y alegría. El público se dio cita desde temprano para aprovechar todas las amenidades que el venue alajuelense ofreció.
La oferta gastronómica fue amplia: perros calientes, papas, comida mexicana, alitas de pollo, churros, café y bebidas. Hubo de todo para vencer el hambre y de paso tomar energía para los gritos y el baile que les esperaba.
A eso de las 5 p. m. se abrieron las puertas del recinto. De esta manera, con mucho orden, los asistentes se fueron ubicando en sus espacios, siempre dirigidos por personal de la producción.
En el área de gramilla, al ser al aire libre y sobre césped, se vivió una convivencia muy amena. Allí, las familias y grupos de amigos comenzaron a ubicarse en los mejores lugares para asegurarse una buena visibilidad hacia el escenario.
Algunos, que de seguro ya han asistido a conciertos en esa localidad del parque, llegaron bien preparados con cobijas y hasta almohadones para asegurar su comodidad.
En este regreso a los conciertos en vivo, los ánimos del público y de todos los trabajadores del sector del entretenimiento estaban en lo más alto. El show de Los Ángeles Azules, tras tiempos convulsos, fue su oportunidad de volver a las canchas.