Ganador del Latin Grammy, nominado en tres ocasiones a ese premio, una postulación al Grammy anglosajón, director y vibrafonista del grupo Supermambo de Nueva York y director de la orquesta de Luba Mason (esposa del panameño Rubén Blades). Ese es, en resumen, el músico y productor costarricense Felipe Fournier Soto, que desde hace cinco años reside y trabaja en la Gran Manzana.
A finales del 2017 el nombre de este artista nacional de 32 años y oriundo de Tibás, llamó la atención cuando en la entrega número 18 de los Latin Grammy ganó el gramófono en la categoría mejor álbum de música ranchera/mariachi por su trabajo como productor del disco Las caras lindas, del mariachi femenino neoyorquino Flor de Toloache. ¿Pero quién es este costarricense que está siendo profeta fuera de su tierra?
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Felipe, quien a los cinco años tuvo su primer encuentro con la percusión gracias a una marimba que le hizo y regaló su abuelo, es graduado de la Universidad Nacional y del Conservatorio de Música de Puerto Rico.
A los 19 años se fue de nuestro país en búsqueda de conocimientos sobre la música que lo apasiona: el jazz y los géneros afrolatinos. Se especializó en percusión, específicamente en el vibráfono, un instrumento poco común de ver y de escuchar pero que ama gracias a aquella marimba del abuelo.
Antes de dar el salto internacional, Felipe siendo todavía un adolescente tocó en Costa Rica con agrupaciones como Son de Tikizia y Cantoamérica, y menciona agradecido a los músicos Wálter Flores y Manuel Monestel como sus mentores.
Instalado en Puerto Rico, siendo un estudiante fue descubierto por el trompetista boricua Charlie Sepúlveda, quien fuera su profesor en el Conservatorio de Música. Fue justamente Sepúlveda quien le dio su primera oportunidad en la isla para tocar en su grupo y de paso recibir su primera nominación al Grammy, a los 21 años.
“Me invitó a tocar con su grupo en el hotel San Juan donde se presentaban regularmente. Me sentí muy honrado porque él venía de tocar con Tito Puente por más de 15 años, había hecho su carrera en Nueva York y recién regresaba a Puerto Rico. Después de ese concierto me contrató, fue impactante porque estaba tocando con una de las leyendas de la música latina”, recordó Felipe.
Fue con el disco Charlie Sepúlveda y The Turnaround, donde Felipe participó como músico, que llegó la nominación en la categoría mejor álbum de jazz, en la edición del 2008 de los galardones latinos.
El nombre de Fournier fue sonando más y más en Puerto Rico, una recomendación llevó a la otra y así tomó parte también en el álbum Nouveau Latino, de Néstor Torres, producción que logró una nominación a los Grammy latino y anglosajón en los apartados mejor álbum de jazz y mejor álbum de jazz latino, respectivamente.
Por último, con Sepúlveda también recibió otra candidatura por el trabajo en Mr. EP -A Tribute To Eddie Palmieri, disco que fue nominado en el 2017.
“Sobre mi experiencia en Puerto Rico tenía una idea de lo que iba a aprender pero no fue ni comparable con la realidad. Fue muy satisfactorio e impresionante todo el programa, además de que Puerto Rico es una potencia en música”.
”Derribé mitos de la música como que no se estudia o que los artistas son fiesteros, además que la industria y su excelencia no es un tema de tamaño porque Puerto Rico es diez veces más pequeño que Costa Rica; sin embargo cuántos grupos y gente sale de ahí, desde Ricky Martin hasta La Sonora Ponceña, desde Despacito hasta cualquier tipo de música folclórica: Cheo Feliciano, Tito Puente, El Gran Combo; es una cuestión del enfoque y la importancia que se le da a las artes”.
Nueva York y Blades
Todavía en Puerto Rico, tocando con The Turnaround de Sepúlveda y terminando de estudiar, Felipe decidió realizar su primer trabajo de estudio.
En el 2011 grabó Felipe Fournier y Menos es más, un álbum que él define como experimental y arriesgado. “Lo hice así para complacerme, sabía que tal vez a nadie le iba a llamar la atención por cuestiones de concepto porque es un disco raro. La verdad pasó sin pena ni gloria, pero para dicha le llamó la atención a Daniel Aisemberg, mánager de Rubén Blades”, contó Felipe.
Un día, Aisemberg llamó al tico, le contó que Blades había escuchado la producción y que había quedado positivamente asombrado con la propuesta, así que se dio una cita para conocerse. En ese momento Rubén estaba dándole forma al proyecto musical de su esposa.
“Para Rubén yo venía con una carta de recomendación de Wálter Flores, le había hablado de mí y le dio buenas referencias. Me invitó a ser parte del proyecto de Luba, incluso tuve la experiencia de grabar con él el disco Eba Say Ajá que hizo en conjunto con Cheo Feliciano, por ese trabajo llegó la nominación al Grammy Latino como mejor álbum de salsa en el 2012”, recordó.
El propio Rubén le ayudó a hacer los trámites para trabajar legalmente en Estados Unidos. Antes de irse para Nueva York, Felipe se graduó en Puerto Rico y experimentó como profesor en México durante un año; allí conoció a quien se convertiría en su esposa, la bailarina Argelia Arreola.
Ya decidido y con todo en regla, el tico se mudó en el 2013 a la Gran Manzana para ponerse a la orden del maestro Blades. “Literalmente me abrió las puertas de su casa y la oportunidad de una visa de trabajo. Comenzamos con la banda y grabamos el disco Mixturas que fue muy bien acogido por la crítica, fue un disco muy importante”.
Con esta agrupación y fungiendo como director, Felipe se ha presentado en diferentes festivales de jazz, y ha estado en escenarios de Chicago, Washington e incluso en Eslovaquia. Además, ya se encuentran trabajando en la segunda grabación del grupo.
A esta amplia hoja de vida musical se le debe de agregar que Felipe es el director musical del Ballet de Nepantla de Nueva York y que colabora también con artistas como The Mexican Affair, Flor de Toloache, Luisito Quintero, Diego Amador, Raúl Jaurena y Guillermo Klein, entre otros.
Tito, la inspiración
Como buen artista y creador Felipe es inquieto, así que no se quería quedar solamente con el trabajo de director y productor. Disfruta al máximo tocar, y en el 2014 decidió formar su propia agrupación.
¿Cómo sobresalir en una ciudad donde la música es tan ecléctica como los artistas y los géneros que se presentan ahí? No es tan simple, pero Fournier ideó una estrategia basándose en la virtuosidad del artista al que más admira: Tito Puente.
Así fue como nació Supermambo, agrupación que dirige y en la cual explota toda su faceta como músico al ejecutar el vibráfono y otros instrumentos de percusión.
“Una de las cosas que siempre he querido es aprender de los estilos que no conozco, nutrirme de todo, pero tengo que explotar mi sonido que es el latinoamericano también con influencias de la música costarricense que he escuchado desde pequeño. En esa búsqueda nace el grupo que explora las raíces del mambo como movimiento de la música caribeña y el latin jazz por parte de la música neoyorquina con eje en la figura de Tito Puente. Para mí es el personaje que logra condensar todos esos elementos y que expuso de una forma tan relevante la cultura latina en el mundo”, explicó sobre los fundamentos de su grupo.
Supermambo tiene tres años y medio en escena, pero los músicos que acompañan a Fournier los conoció desde que estudiaban en Puerto Rico, así que la química que se siente en tarima ya tiene más de una década.
“Decidimos hacer este grupo para rescatar un sonido de los años 50 y 60, además para exponer una faceta de Tito que casi no se conoce que es la de vibrafonista. Los músicos los escogí con el criterio de que fueran mucho mejores que yo, eso me obliga todos los días a subir mi nivel”, agregó el nacional.
El repertorio de la banda tiene tanto música de Puente como temas originales del tico y de Jeremy Bosch, cantante de la agrupación.
Otra de las noticias que tiene a Fournier más que feliz es que fue aceptado para cursar estudios de maestría de jazz en la Manhattan School of Music. El tico fue seleccionado para estudiar en este prestigioso conservatorio entre un total de 3.000 aspirantes.
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El próximo lunes 30 de abril a las 8 p. m., Fournier ofrecerá un concierto en Costa Rica en el marco del Día Internacional del Jazz.
El evento será en Barrio Amón, específicamente en Amón Solar y El Sótano. Además del espectáculo de Fournier en compañía del pianista cubano Axel Tosca, habrá diferentes actividades para celebrar el día.
Todo comienza a partir de las 3 p. m., las entradas valen ¢6.000 si se compran en la página Yapp Experience. El lunes costarán ¢8.000.
Habrá exposición de ilustraciones de las sesiones de jazz que se hacen en El Sótano, elaboradas por Guillermo Fournier, hermano del músico. También se transmitirá el concierto oficial de la Unesco, que se realizará en Rusia.
La celebración consistirá en más de ocho horas de música continua con la participación de grupos como The Cujazz Ensemble, Dr. Watson, BJaimes Trio, Ismael Hernández 4, 3 Ensamble, Max Esquivel Quartet, Andrés Cordero y The Midnights. También habrá venta de bebidas y comidas.