Los fans de One Direction ya crecieron... pero la ilusión por la banda que tanto escucharon en sus días de escuela y de colegio sigue intacta.
Quizá la gran deuda de Harry Styles, Louis Tomlinson, Zayn Malik, Niall Horan y Liam Payne con su público en Costa Rica, fue no venir a dar un show en vivo al país antes de separarse oficialmente en el 2018, dejando una gran tristeza entre sus fanáticos (mujeres, en su gran mayoría).
Sin embargo, Louis no estaba dispuesto a dejar que los costarricenses se siguieran preguntando cuando los verían, aunque sea por separado. Con varios éxitos a sus espaldas, el británico decidió saldar esa deuda con los ticos e incluir al país en su primera gira como solista.
Este domingo 5 de junio las filas en las afueras de Parque Viva comenzaron a hacerse desde las primeras horas del día, como una señal de que eran fanáticos comprometidos con su artista, deseosos de colarse para conseguir un espacio en esa tan anhelada primera fila. Y, efectivamente, así fue.
Puntual, a las 8 p. m., y tras una década de espera, finalmente uno de los exintegrantes de la boy band más influyente de los últimos años estaba en el centro del escenario cumpliendo ese sueño adolescente, sobre todo de ‘aquellas niñas’ (también hay chicos) que hoy ya rondan los 20 años.
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We Made It fue la canción con la que el artista inició su repertorio ante las miles de personas que abarrotaron el anfiteatro. El público, literalmente, gritaba, brincaba, lloraba y cantaba como si no hubiera un mañana, mientras fuegos artificiales rojos salían del escenario. La reacción de los fans al ver al esperado artista fue capaz de erizar la piel.
Nadie se quedó sentado en su asiento, de hecho, hasta parecía que estaba prohibido hacerlo. La única excepción fueron algunos padres de familia que acompañaron a sus hijos a vivir el concierto de su vida (hasta ahora). Ellos analizaban y veían el show desde su butaca.
“Llegué hace un par de días y amo su país”, dijo Louis, con ese acento tan característico de los británicos.
Y entonces sonó la primera canción de One Direction del repertorio: Drag Me Down. No es necesario describir ese momento, basta decir que Louis estaba haciendo realidad el sueño de miles de seguidores que esperaron años por su visita y se le agradecía.
Adrenalina al 1000%
¿Cómo definir lo que se vivió en el Anfiteatro Coca-Cola?
Pues quizá podríamos decir que el show fue intenso. Si de algo puede presumir Louis Tomlinson es que sus fans son eufóricas, tanto que hubo más de un desmayo, mientras otras brincaban como queriendo saltarse al público para llegar hasta el escenario. También hubo quienes le tiraron rosas y peluches a su ídolo.
Llovía, había neblina, hacía frío; pero allí estaban los fans utilizando sus entradas impresas y dobladas por la mitad como si fueran abanicos. Mientras tanto, otros ondeaban con orgullo banderas de Costa Rica, de El Salvador, Nicaragua, Panamá y Guatemala. El público venía de toda Centroamérica para ver a su ídolo de 30 años.
“Hace un año mi hija despertó del coma escuchando tus canciones. Vinimos de El Salvador para verte”, decía una de los muchos carteles que se apreciaban en todos los rincones del anfiteatro.
También hubo banderas LGBTI y algunas linternas de los celulares se tornaron de colores como azul, rojo y naranja en diferentes momentos del concierto.
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La fiesta no se detuvo
Louis Tomlinson, quien nació el 24 de diciembre de 1991 en Doncaster, Reino Unido, llegó a Costa Rica para promocionar su disco debut Walls, que publicó en enero del 2020. Por ello, el repertorio continuó con temas como Don’t Let It Break Your Heart, Always You y Two Of Us, esta última es un homenaje a su madre Johannah Deakin, quien falleció en el 2016.
A estas alturas del concierto era difícil definir cuál había sido la canción más coreada. Lo cierto es que cada vez que Tomlinson sonreía, alzaba sus brazos para saludar al público o simplemente aparecía en las pantallas ubicadas detrás suyo y a los lados del escenario, los fans gritaban más que con cualquier tema que cantara.
Pero luego sonó Defenceless, uno de sus más grandes éxitos hasta ahora, y ya había una clara favorita.
“Louis, Louis, Louis” gritaba el público mientras el artista solo los miraba sonriendo.
“Los amo” repetía él. Y enseguida comenzó a cantar Walls, uno de los temas más esperados de la noche, el cual estuvo acompañado de serpentinas rojas que caían al centro del reciento.
Allí hizo una pausa. Las luces se apagaron y Louis desapareció del escenario. Sin embargo, eso duró poco, pues los gritos eufóricos lo trajeron de vuelta al escenario.
“De nuevo: ustedes son indescriptibles”, afirmó antes de adelantar que faltaban dos canciones.
Una de ellas era Through The Dark, uno de los pocos pero provechosos guiños a One Direction. Luego se tomó una foto con el público entre la neblina, que para esa altura del show era cada vez más densa; y finalizó con Kill My Mind, su gran éxito y con el que se bajó del escenario y se lanzó al público para saludar y despedirse por todo lo alto.
Y así los fans costarricenses (y centroamericanos) de One Direction, pero sobretodo de Louis Tomlinson, pudieron poner un check en su lista de artistas por ver en un concierto.