Si alguien se hubiera sumido en un sueño profundo en el 2015 y dos años después, despierta y ve a Luis Fonsi ganando cuatro Grammy Latinos por un éxito urbano, posiblemente pensaría que sigue soñando.
Para darse una idea, en el 2015 Fonsi tenía casi 20 años de hacer música romántica y tenía acostumbrado a su público a canciones corta venas como Nada es para siempre o No me doy por vencido, que le valieron varios premios.
Sin embargo, en enero del 2017 dio un giro cuando en la radio comenzó a sonar Despacito. Fue una sensación extraña: desde el ritmo hasta la letra eran completamente diferentes a lo que el artista tenía acostumbrado a su público, ese que se vio obligado a aceptar que el eterno romántico ya no estaba.
Posiblemente Despacito es el mejor ejemplo para explicar por qué los artistas románticos se están rindiendo ante el reguetón: son canciones pegajosas, con miles de reproducciones en todas las plataformas virtuales y un género que gana cada vez más terreno a nivel internacional.
“La música latina está en un momento muy especial y hay que seguir celebrando eso”, dijo el cantante en una entrevista a Exa México.
Sin embargo, el artista no considera que él es un reguetonero y por el contrario, asegura que sigue siendo un artista pop.
Cuestión de vigencia
Tal vez Luis Fonsi es el ejemplo más sencillo, debido al éxito que ha tenido no solo Despacito, sino temas como Échame la culpa o Date la vuelta.
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Sin embargo, a él se le suman otros grandes baladistas quienes actualmente están dejando atrás su faceta romántica, para convertirse en figuras urbanas.
Reik, Thalía. Ricky Martin y Enrique Iglesias son algunos ejemplos que describen a la perfección la necesidad de los artistas por sobrevivir y mantenerse entre el gusto, principalmente, de las nuevas generaciones.
“El mercado exige renovarse y en ocasiones sí es necesario nadar con la corriente. El cambio les ha traído más audiencia, más seguidores, más vistas y esto da como resultado el estar vigente, situación que en una industria como en la de la música es indispensable para no quedar en el olvido”, reseña Telemundo.
Y aunque hay unos que no han preparado a sus seguidores para este cambio tan radical, hay otros que poco a poco van mostrando su faceta reguetonera. Tal es el caso de Ha- Ash con 100 años o Jesse y Joy con Mañana es Too Late.
“Colaborar o de plano cambiar de género, sutil pero a la vez evidente, ha sido la manera en que muchos artistas poperos se han vuelto a colocar en el gusto del público”, agrega Telemundo.
¿Y cómo olvidar el caso de Shakira?
De aquella cantante que conquistó América Latina con temas como Tú, Inevitable, Antología o Donde estás corazón prácticamente ya no queda nada. Se ha transformado, para volver a los escenarios con éxitos como Chantaje o Clandestino.
El caso más reciente es el de Carlos Rivera, un artista que lanzó este jueves el tema Perdiendo la cabeza, junto a Becky G y Pedro Capó, figuras sin dudas del género urbano. Así, Rivera es otra sorpresa que poco a poco se convierte en parte de este fenómeno.
Existen otros artistas como Jencarlos Canela, Sebastián Yatra, Carlos Vives y Mau y Ricky que, con el cambio de género musical, incluso cambiaron su nombre (estos últimos antes eran MR, por ejemplo).
No sería de sorprenderse ver mañana a J Balvin, Nicky Jam o Bad Bunny al lado de aquellos que en algún momento cautivaron al público con su letra, más que con su ritmo. Hay que aceptarlo: la industria musical está cambindo.