Al desarrollar el ejercicio de refrescar la biografía de José Capmany –como preámbulo al musical La historia salvaje , que se presentará en el Teatro Melico Salazar a partir del 12 abril–, sobresalen decenas de anécdotas que le inyectan más valor emocional a la historia de la música original costarricense.
José Alejandro Capmany Ulacia nació el 15 de julio de 1961. Estuvo en el colegio Saint Clare, donde también –guitarra en mano– formó bandas como OPS y Ciclos D.
A finales de los 70, merodeaba bares josefinos en busca de ese sueño de vivir del rock . Fue, por un tiempo, músico de covers , y escribió su primera canción, Confesiones de verano , como respuesta a Confesiones de invierno , el himno de la banda argentina Sui Generis.
Pocos saben cómo fue que conoció a Enrique Ramírez Briancesco, el tipo con el que fundaría, en 1984, uno de los grupos clave de la música costarricense, pero de fijo fue en un bar. Enrique estudió Sociología, Teatro y Psicología en la UCR.
Ramírez había creado, junto a Javier Ruíz, el Grupo Autóctono Costarricense Enajenation Now! Luego entró Capmany, que le daba duro a la guitarra, y salió Ruíz, mientras que Ramírez contaba historias y chistes. Era un grupo cómico-musical que normalmente se presentaba en el pretil de la UCR.
El nombre cambió a Café con Leche (siendo uno moreno y el otro machillo ), y continuaron explorando ese concepto urbano musical, en el que se contaban muchas de las cosas por las que atravesaban los jóvenes y la población costarricense en ese momento, de manera muy coloquial y cotidiana.
La propuesta empezó a calar más, y Café con Leche empezó a consolidarse como una banda fresca y atractiva de la que cada vez más gente hablaba.
“Yo recuerdo que esos chavalos a veces se mandaban en la Plaza de la Cultura, pasaban el día ahí, haciendo su show acústico. Creo que ese contacto tan directo con la gente los dejó marcados”, recuerda el guitarrista Marcos Elizondo.
Elizondo fue parte de Los de Abordo, junto a Carlos Calilo Pardo (bajo) y Marcelo Galli (batería), el grupo que acompañaba en vivo a Café con Leche en la época en la que la disquera CBS (después Sony) le había puesto el ojo al proyecto.
Al lado de todos esos músicos, Café con Leche se concentró un mes en el estudio de grabación para producir su disco debut, el legendario Rock , publicado en 1987.
Revolución. “Salió la idea de hacer la grabación, entonces optaron por no hacerla acústica”, dice Elizondo, quien antes había tocado con La Silla Eléctrica y Hebra.
“Nos reclutaron, nos presentaron las canciones y optamos por hacerlas roqueras, con influencia de AC/DC y Led Zeppelin. Ellos todavía eran un dúo y nosotros éramos el grupo de acompañamiento”.
La grabación de las once canciones fue en Indica, en Moravia. De esos temas, se convirtieron en grandes éxitos Mamá y papá y La historia salvaje (Los pollitos) .
Luego de producir Rock , surgió la idea de tocar esas canciones en vivo. “José era un promotor incansable e inclaudicable de su música”, asegura Elizondo. “Fue extraordinariamente perseverante. Entonces empezó a conseguir muchos conciertos, así que tocamos muchísimo y el grupo se amarró”.
La química entre los músicos (los cinco, no solo Enrique y José) era notable. Los conciertos eran únicos y diferentes. Había mucha improvisación, e incluso Javier Chávez (baterista que luego entraría a la banda) recuerda que la experimentación fue tanta que hubo un chivo en el que solo interpretaron La modelo , “y le metíamos las otras canciones en el medio”.
“Digamos que no había dos conciertos iguales. Si eras un fan de José y sus grupos, vos siempre ibas a recibir a algo diferente. Después te acordabas y te ibas riéndote para la casa. Recuerdo cuando Springsteen sacó Born in the USA , que José hizo Born in Hatillo 6 , sin irrespeto, era una cosa que a la gente le llegaba bien. Eran conciertos muy cálidos y humanos”, reza Elizondo.
Además, Capmany promovió su música con diferentes marcas y patrocinadores, así que el grupo pasaba tocando a lo largo y ancho del país, muchas veces en eventos que no eran necesariamente de rock .
“No era fácil. Una vez estábamos tocando en San Ramón y todo mundo estaba sentado. Terminamos, empezó el chiqui chiqui y todo el mundo bailando”, dice Chávez.
“Le llegaba tanto a los roqueros contemporáneos como a los nuevos. Además, la música de Rock logró romper una barrera en las estaciones de radio. Eran canciones que tenían la posibilidad de ser éxitos comerciales”, afirma Elizondo.
La agrupación iba cada vez más en serio, y su éxito en el país era un asunto sin precedentes para una banda de rock . Lo estaban logrando. Sin embargo, Capmany y Ramírez empezaron a tener diferencias.
El primero quería que la parte musical no estuviera restringida por la parte cómica, mientras que el segundo quería desarrollar todavía más su aporte chistoso y espectacular a Café con Leche.
El 31 de diciembre de 1987, Ramírez renunció, y ambos genios partieron caminos. Él se metería en la publicidad, mientras que Capmany vencería los obstáculos y seguiría promoviendo su música.
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