Fue una noche para el amor, para el desamor, para enamorarse. Cuatro corazones se entregaron a las más de 18.000 almas que llenaron el Estadio Nacional, en La Sabana, el viernes anterior, para escuchar los éxitos de Camila y Sin Bandera.
Éxito tras éxito, casi no hubo chance de descansar la garganta (y las emociones) entre cada pieza porque en un concierto en el que dos agrupaciones románticas tocan en el mismo escenario por separado y juntas, no podía ser de otra manera. Más aún sin están entre bandas más queridas de Latinoamérica en temas de romanticismo.
La energía fluyó desde el escenario, rebotó en la gramilla y en las graderías del Nacional, volvió a la tarima para alimentar más la pasión que Mario Domm, Pablo Hurtado, Noel Schajris y Leonel García entregaron en cada acorde y palabra que salía de sus instrumentos y voces.
Sí, como lo prometió Schajris, de Sin Bandera, en entrevista con Viva, el repertorio de los dos grupos complació hasta al enamorado más exigente y sí, también fue como si un disco de grandes hits sonara en la radio.
El de Costa Rica fue el primer concierto del año de esta gira que realizan Camila y Sin Bandera, así que decidieron darle una sorpresa al público que tal vez había hecho trampa y vio videos de los espectáculos anteriores; en nuestro país las bandas decidieron presentar primero cada una su propio repertorio y luego juntarse en el escenario para confabularse en las canciones del otro.
Minutos antes de las 8 p. m. los que sorprendieron fueron Noel y Leonel. Sin Bandera estaba en escena dispuesto para encantar. Noel al piano y Leo en voces llevaron a la audiencia a un viaje por el tiempo, exactamente 17 años atrás, cuando su disco debut conquistó el mercado de la región.
Enérgicos y sabedores del cariño que los ticos les profesan, los artistas demostraron que su química sigue intacta casi dos décadas después de que se juntaron para cantar, e incluso luego de que se tomaran un descanso el uno del otro. Esa conexión también la siguen viviendo a flor de piel con sus seguidores y quedó más que demostrado durante los más de 50 minutos que fueron uno con su público.
Para alcanzarte, De viaje, Te vi venir, Kilómetros, En esta no, Que lloro, Suelta mi mano, Sirena, Que me alcance la vida, Ves; cada canción fue coreada de principio a fin, cada una provocó manos al aire y ojos cerrados, abrazos, besos. Todo aquello realmente fue un derroche de amor.
Aunque la energía fue constante, uno de los momentos más sublimes de la noche fue cuando Noel y Leonel entregaron la canción Que lloro al público para que la hiciera suya. La luz del escenario iluminó los rostros de la audiencia mientras los artistas visiblemente emocionados escuchaban aquel coro gigante que envolvió todo el Nacional.
Para ese momento de la noche parecía que Sin Bandera había sacado todas las emociones en el estadio, pero no, todavía faltaba mucho más. El argentino y el mexicano se despidieron, pero como para no dejar que los ánimos se enfriaran, de inmediato fueron los de Camila los que comenzaron su espectáculo.
Más amor
Solo unos segundos de silencio, brevísimos momentos de oscuridad y de inmediato aparecieron Mario y Pablo. El primero en el espectacular piano negro de cola y el otro aferrado a su guitarra eléctrica.
Entraron fuerte. Mientes fue la primera canción que interpretaron acompañados por una banda de cinco músicos (que también apoyó a Sin Bandera), aquello fue una locura. El aforo completo se enganchó de inmediato al dúo mexicano recordando aquel 2010 cuando publicaron su segundo disco de estudio titulado Déjate amar.
Así, también Camila se enfocó en los éxitos. Al final, de eso se trataba la noche, de recordar, de vivir y de amar. Decidiste dejarme, la intensa Bésame, Entre tus alas y Perdón fueron parte de la primera entrega de Camila en escena.
En medio, Pablo y Mario ofrecieron un medley de algunos temas del disco Todo cambió (2006), para luego cerrar por todo lo alto con Aléjate de mí, Coleccionista de canciones y Solo para tí; no había forma de que estas canciones no llenaran de vigor al Nacional.
Sin dejar espacio para tomar aire, los cuatro artistas se juntaron en el el cierre de una noche verdaderamente espectacular. Fueron cuatro corazones latiendo al mismo ritmo, con la balada romántica como motor y con el amor fluyendo por las venas.
Los cuatro se conocen y se quieren desde hace muchos años, así lo había dicho Noel, y eso se notó. Se conocen bien, se complementan, son cómplices en su felicidad. Entra en mi vida, Abrázame, Mientes tan bien y Todo cambió fueron las elegidas para cerrar. La verdad, fueron la mejor selección que pudieron hacer; los fans enamorados lo agradecieron hasta quedar sin voz.