Si algo llama la atención de la banda nacional Monte es que sus seguidores tienen suficiente fidelidad (y paciencia) para verlos en concierto una vez al año. Solo una vez. Esta forma de actuar le ha dado al trío de rock algo de misterio e incluso un estatus de culto entre el público tico.
Estos conciertos son una oportunidad anual para disfrutar acompañados de temas como Neón furioso cual si fuera la primera y la última vez, simultáneamente.
“Es bastante abrumador el cariño que la gente ha mostrado por la banda, poder ver a los amigos cuando tocamos. Siempre hay una energía como superfamiliar en las presentaciones”, contó el baterista Franco Valenciano.
Cada vez que anuncian un concierto en su página en Facebook, entre 100 y 300 personas compran entradas para verlos y así, sus presentaciones se vuelven una cita obligada entre los que –durante el año– usan camisas de la banda esperando a que venga el siguiente concierto.
La falta de recitales no es un capricho. Valenciano reside en Barcelona desde el 2015 y la banda ha mantenido esa relación a larga distancia por casi cuatro años sin dejar de publicar música. Al contrario: publican más que cuando estaban todos en el país.
La experiencia de los conciertos, explicó el baterista en una llamada telefónica desde España, es descargar toda la energía acumulada en todo el año en un concierto que se siente como una reunión de compas.
“No me da mucha nostalgia (no estar en Costa Rica), pero sí me gustaría tocar más con la banda, incluso fuera del país”, comentó Valenciano.
Además de dar pocos conciertos, Monte lanza discos cortos, generalmente de unas cinco canciones, siendo el más reciente V (pronunciado “cinco”), su quinto álbum.
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El sencillo promocional, Puentes colgantes mostró que la banda ha llegado a pulir su sonido en una nueva etapa.
Crecimiento
¿Por qué tanta gente quiere ver a Monte? Además de la energía de sus conciertos, las canciones del grupo se han vuelto himnos para la escena alternativa.
El amor por Monte va más allá de esa necesidad de querer verlos en conciertos. Las letras de Poveda y el sonido que complemente Valenciano en batería y Pablo Rojas en el bajo han moldeado canciones que son consideradas himnos por muchos.
Poetas como Luis Chaves o Eme Chavarría han escrito inspirados por el primer EP del grupo, titulado Monte (2011), cuando la banda estaba formada por Poveda y el baterista Stefano Giustiniani. La fuerza de ese EP colocó a Monte en la escena de rock alternativo, pero fue en sus conciertos donde empezaron a mostrar la capacidad del grupo de que el coro de canciones como Ulises se volvieran populares entre los jóvenes.
Giustiniani dejó la banda en el 2011 y ahí se integró Franco Valenciano, quien por ese entonces también era parte de las bandas Zópilot y Las Robertas. Franco y Adrián tocaron casi en todos los bares imaginables de San José durante varios años y también si los invitaban hasta en lotes baldíos, patios de cafés, espacios de arte o parqueos, todo en la capital.
Su química musical sigue estando ahí y ellos insisten en que ese es el motivo por el que la distancia no ha separado la banda.
“Siempre nos pasamos música y estamos hablando por mensajes. Cuando vuelvo a Costa Rica y me enseñan las canciones no hay tanta sorpresa, es como retomar las conversaciones anteriores, pero en persona”, contó Franco Valenciano.
El sencillo San José (2014), es de las mejores ejemplos del impacto del grupo. En dos minutos de duración, la banda canta de una ciudad que" no tiene nombres" de calles ni centro y que los vio crecer como músicos.
Escuchar San José en un concierto es ver a decenas de personas saltar y cantar juntos un coro que le da un sentimiento de pertenencia a jóvenes que saben que no tienen una gran metrópoli pero que encuentran en la capital cultura y espacios para disfrutar.
“Nos sentimos muy agradecidos de que la gente cante esas canciones y se las comparta. Hacemos la música que nos gusta, que queremos tocar y decimos lo que queremos decir, por eso es muy agradable que las personas las tomen así”, afirmó Poveda.
San José –que fue lanzado como un vinilo de 7 pulgadas– fue la primera grabación en la que Valenciano y Poveda incluyeron a Pablo Rojas, quien fuera vocalista de la banda tica Florian Droids.
Monte pasó a ser un trío y juntos grabaron El otro mundo, un álbum de otros temas que se corean a más no poder en los conciertos: Cuevas y El descenso de los voladores.
“Los primeros discos sonaban supercrudos, era con lo que estábamos experimentando y creo que parte del momento que se estaba viviendo en San José. Ahora hemos empezado a pensar más en pulir el sonido”, explicó Franco Valenciano sobre los discos más recientes: Panta Rey (2016), Hoy, todas las luces (2018) y V (2019).
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Este último, creen, es el lanzamiento más accesible del grupo. Poveda bromea y dice que ahora la banda está llegando a oídos de “rocos como yo” (tiene 40 años). El primer sencillo fue Puentes colgantes y esperan que el tema Más que sangre logre calar en un público más allá del que ya los quiere y espera.
“Más que sangre es el sencillo que vamos a promocionar en plataformas y curiosamente es la misma canción que más se ha movido. Creo que nos representa bien como trío, porque los tres estamos haciendo cosas muy diferentes pero todo suena bien junto”, explicó Poveda.
V termina con Todas estas tumbas, un tema triste de 5 minutos que habla de “almohadas de ansiedad” y que musicalmente muestra arreglos nuevos para el grupo, desde las guitarras hasta la aparición de una trompeta en hacia el final. Monte no deja de sorprender.
Compromisos
En diciembre del 2015, mientras tocaban en un festival para despedir el bar El Steinvorth, los de Monte anunciaron que la banda dejaría de tocar tan a menudo debido al viaje de Franco; ahí fue cuando se inició la etapa más “tranquila” pero más llena de trabajo para Monte.
Por un tiempo trataron de grabar estando en países diferentes, pero no se sentía igual. Así que hicieron un compromiso: cada vez que Franco viniera al país tratarían de estrenar un disco para el público y de aprovechar el tiempo para grabar el siguiente.
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Que el baterista viva a miles de kilómetros de distancia significa que solo tienen cierta cantidad de días al año para grabar y usualmente lo hacen en Conquista Records junto a Jorge 'Popeye' Noguera.
En la grabación de algunos de los últimos discos los músicos se han reunido sin que Poveda haya mostrado mucho de la canción y graban de forma espontánea.
“Cuando uno tiene todo el tiempo del mundo para grabar se puede ir de ride demasiado, pero creo que el hecho de que nos respetamos como músicos hace que vayamos al grano. Lo hace todo más sincero porque no hay tiempo para disfrazarlo de algo más profundo de lo que es o enmascararlo tanto”, explicó Valenciano.
Adrián Poveda es quien se encarga de escribir la mayoría de las canciones utilizando palabras sencillas para describir sentimientos profundos. Frases como “¿cuántas calles peligrosas hay que cruzar antes de que salga el Sol?” o “las conquistas no son solo de los que se van / y nos vamos siempre” son de esas que el público canta a todo pulmón.
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Durante los últimos años Poveda se ha dedicado a ejercitar el músculo de cantautor escribiendo canciones a diario, con lo que ha ido depurando su proceso.
“Hay que trabajar como compositor, que ese compromiso con uno mismo sea el primer paso y no todo lo demás, hacer canciones debe ser más importante que esas ideas disparatadas de qué es fama, considerando que aquí hay un techo: hay un numero limitado de gente que oye rock, gente que va a chivos, gente que compra música. Al final solo quedarán las canciones”, explicó Adrián Poveda.
Para el público
Para mantener a la gente atenta (y no quedarse de brazos cruzados), cada integrante tiene sus proyectos solistas. Franco Valenciano publica música experimental bajo el nombre Guaro y es baterista de la banda española Oso Leone.
Pablo Rojas es el líder de la banda Hijos y tiene su proyecto solista y Adrián Poveda es la cabeza detrás de El Mundo Entero y cantante y guitarrista de Continental, otra banda de culto en la escena por la calidad de sus letras.
Todos estos proyectos y las canciones de Monte, fueron reunidos para crear Sonido Nuevo, un sello con el que tratan de mantener al público interesado. Desde finales del 2017, cuando Monte estreno el sencillo Miles de bestias, han publicado 21 lanzamientos.
“Es supertuanis que el disco de Marco Alfaro, que me parece buenísimo y seguro tiene un fanbase más pequeño que Monte, pueda ser escuchado por esa audiencia. Es tuanis poder compartir con él que se mueve, le pone, invierte en sus varas, tenga un chance de ser escuchado”, dijo Franco Valenciano sobre excompañero en Zopilot.
Los miembros del grupo insisten que el sello se hizo por necesidad (los tres trabajan como diseñadores, no viven de la música) y para tratar de hacer sostenible su banda de rock. Antes de resignarse a tener que hacer ellos la mayoría del trabajo, ellos celebran.
“No hay nada como aprender a hacer las cosas uno y si tuvimos que aprender a la fuerza, pues lo agradezco. Alguna gente cree que la plata es el éxito, pero para mí el éxito es hacer las cosas uno mismo y a su modo”, afirmó Poveda.
¿Cuándo es?
En el 2019 Monte dio un concierto en febrero y a cuatro meses de que termine el año no se vislumbra otro concierto (y la banda no confirma si habrá otro más, así funciona el misterio).
Puede ser que haya que esperar hasta el 2020 para volver a verlos tocar un concierto, pero por el momento hay más de 20 canciones en plataformas como Spotify, Apple Music y YouTube Music y también disponibles en SonidoNuevo.com para apoyar directamente a la banda.
“Gracias a la preventa de V y las camisas especiales que hicimos pudimos alivianar los costos de la mezcla y la grabación y podemos seguir haciendo música. Una vez que un disco sale es más difícil monetizarlo”, explicó Poveda.
La banda continuará trabajando a la distancia, a su ritmo. Esta es la garantía de que la música seguirá fluyendo de la forma más honesta.
“Si uno está enfocado en “lograrlo” las desilusiones vienen seguidas. Por eso las metas no pueden estar fuera de uno, sino adentro. Si las metas son rápidas, van a costar que sean satisfactorias por sí mismas”, aconsejó Poveda. A su modo y a su paso, así trabaja Monte.