Antes de la sesión de fotos, Nakury hace una petición. No se trata de un camerino con agua o frutas, sino, algo de contenido. “Me gustaría no hacer muchas tomas con grafitis atrás, sino tratar de buscar algo distinto y buscar otras poses, para salir del cliché”, escribió en un mensaje de texto.
Salirse del cliché y del molde es el modus operandi de rapera de 27 años. Es un esfuerzo consciente que Nakury ha desarrollado desde que inició su carrera en el rap hace tres años.
Nakury no es cualquier rapera porque no es solo rapera: es gestora cultural, es la directora del festival Union Break Dance, es comunicadora freelance y activista.
Ella usa la música hip-hop para acercarse a comunidades de mujeres en Centroamérica y México, como una herramienta más que un fin, para que las voces de resistencia encuentren un amplificador en su música.
Natasha Campos –quien siempre prefiere ser llamada Nakury– está en México trabajando en el proyecto Somos guerreras , que pretende documentar las comunidades hip-hop de Latinoamérica y el rol de las mujeres en ellas.
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Esta es la segunda ocasión que viaja junto a la rapera guatemalteca Rebeca Lane para trabajar en el documental, dar talleres de break dance y hablar de temas de género con estas comunidades.
“No concibo hacer música sin relacionarme con la gente, me gusta trabajar con comunidades”, explicó la rapera en una entrevista.
Orígenes. Que Nakury no quisiera aparecer frente a grafitis no es un gesto de desprecio a ese arte. Al contrario, si no fuera por las personas que pintan grafitis ella sería otra persona; una ingeniera o una abogada, pero no Nakury, la rapera.
Su primer contacto con la cultura hip-hop fue con 13 años (en el 2002) con los grafiteros que rondaban Curridabat. Junto a los nombres Mush, Sneak y PSK apareció una marca que decía Blaer.
Nakury era la única mujer en el grupo y esas sesiones de pintura le cambiaron la vida. “Mis maestros no me cobraban, sino que me enseñaban dependiendo de qué tan comprometida estaba yo por aprender”, comentó Nakury.
“Para una persona como yo que no tuvo la oportunidad de ir a una escuela de arte, de repente el arte era accesible para mí. El hip-hop me cambió la vida”, agregó Nakury.
Desde ese momento inició un vínculo con la cultura hip-hop que no ha roto. Ella habla del hip-hop no como género musical sino como un movimiento que reúne tres disciplinas que nacieron en las calles: grafiti, break dance y rap .
Aunque el movimiento nació en Nueva York en los años 80, el hip-hop se ha extendido por las calles del mundo y por distintas épocas entre las personas que, como Nakury, compensan la falta de oportunidades con ganas y trabajo.
“ We made something outta nothing ” (“hicimos algo de la nada”) es frase recurrente entre los pioneros del hip-hop. “Como individuos, todo lo que hacemos repercute en nuestro alrededor y tenemos que empezar por nosotros mismos para hacer ese cambio”, señaló Nakury.
Romper el molde. En el 2013 Nakury debutó en el rap junto a Nativa, otra escritora tica. Se unieron bajo el nombre Las Viejas de Patio.
Sus ganas de escribir sobre resiliencia o cambio social las distinguió de muchos de sus pares masculinos.
“Podemos hablar de lo que pasa en la calle, pero debemos cuestionarnos si eso tiene un impacto positivo o si solamente se está haciendo porque todos los hacen. Me cansé de escuchar una canción tras otra y pensar que esa canción ya la había escuchado”, comentó Nakury.
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Las Viejas de Patio se separaron en mayo del 2014, pero continúan trabajando como solistas y como piezas clave del documental Somos guerreras .
Entre enero y abril del 2016 Nakury, Nativa, Rebeca Lane y la mexicana Audry Funk viajaron por todo Centroamérica y tres ciudades mexicanas recopilando historias y dando presentaciones.
Allá, Nakury trabajó documentando y pudo conocer de primera mano la situación de los ciudadanos y las mujeres del hip-hop de cada localidad.
“En Costa Rica tenemos tantos privilegios que no por México nos damos cuenta, siento que allá la gente está desmotivada, resignada y por eso quiero que mi disco despierte a la gente”, expresó Nakury.
Como activista, como gestora cultural, como rapera, bailarina y grafitera, Nakury evita el cliché. Por eso no se define como emprendedora o empresaria, aunque le cabrían los términos.
“No todos tienen las mismas oportunidades. Decir que la gente no sale adelante porque no quiere es injusto. Hay personas con muchas necesidades y mi trabajo se trata de compartir con todas esas personas”, expresó la rapera.
El hip-hop es el medio con el que habla de equidad, feminismos y roles de género, sean en talleres, clases de baile o sus canciones.
“En la calle bailando o haciendo arte en una pared las personas podemos ser iguales. Lo que queremos hacer está en nosotros y está en nosotros aprender a hacerlo en una forma que respete a todos los que están a nuestro alrededor”, puntualizó Nakury.
Nuevo álbum. El próximo disco de Nakury –sucesor de Rima que ilumina (2014)– se publicará el 20 de abril y tendrá colaboraciones con distintos artistas, siendo Bartosz Brenes, alias Barzo, el productor de los 16 temas del álbum.
Brenes trabaja como DJ y ha sido productor de los proyectos Barzo y Betabom y el hecho de que no trabajara estrictamente con hip-hop fue lo que lo perfiló como el elegido por la rapera.
Brenes es pareja de Nakury y las grabaciones sucedieron en la casa en la que conviven. El álbum saldrá bajo el sello independiente Lácteo Cósmico, fundado por Nakury y Barzo.
“Tiramos las bases al suelo y a partir de eso empezamos a construir. El disco se llama Vía , como el camino, como el presente, el ahora”, comentó Nakury.
Grabar en casa facilitó el concretar los chispazos creativos o que Nakury se apropiara de algunas de las pistas que Barzo trabajaba; el trabajo de uno nutrió el del otro.
En el álbum colaboran Rebeca Lane y Kumary Sawyers (Un Rojo Reggae Band), a quienes destaca como dos mujeres fuertes que la han inspirado.
En la canción que finaliza el álbum, usa un segmento ( sample ) de la canción Orígenes de Guadalupe Urbina.
“Le pedí el permiso de hacerlo y compartir con ella fue muy provechoso, es una figura empoderadora”, comentó la rapera.
Nakury explicó que el álbum tiene una narrativa de ella como protagonista. El trabajo con comunidades, el contacto con líderes feministas de Latinoamérica, sus experiencia con la depresión y su visión de la política están en el centro del álbum.
“Hay temas muy existenciales, son cosas que no son fáciles de tocar, pero para mí es más importante llevar un mensaje que simplemente hacer una obra genérica”, comentó Nakury.
Para ella, la única forma de ser consecuente con su mensaje es vivir todo lo que pregona, crear con libertad.
“Cualquier obra que haya sido creada con libertad perdura”, explica contenta. “Eso es lo que buscamos cada vez que nos enfrentamos al arte: la oportunidad de ver y sentir algo con lo que te conectás más allá de las palabras, entender que podemos hacer cosas grandes, que no estamos solos”.