Antes de empezar a tocar a toda velocidad su bajo y a cantar a todo galillo sus temas más emblemáticos, como The Ace of Spades , Overkill o Mean Machine , Ian Fraser Kilmister decía: “¡Hola, nosotros somos Motörhead y esto es rock & roll!”.
Lemmy era una fuerza de la naturaleza en el escenario y fuera de este. Su manera de tocar el bajo era única, ejecutaba acordes y distorsionaba al máximo los amplificadores, por lo que su instrumento sonaba como una guitarra.
El artista inglés murió con el mismo atuendo con el que vivió la mayor parte de su vida. El vocalista se despidió con un sombrero negro, la cruz de hierro colgando del cuello, botas de cuero y la barba de un sargento de caballería. Lo venció el cáncer a los 70 años.
Lemmy nació en 1945 y creció en una granja al norte de Gales .
En su juventud desempeñó trabajos de fuerza. No fue hasta que escuchó a los Beatles en un concierto en Liverpool que se dio cuenta de que quería dedicarse a la música.
En su juventud formó pequeñas bandas que pavimentaron el camino hasta llegar a la renombrada agrupación de rock espacial Hawkwind.
En 1975, durante una gira por Estados Unidos, a Lemmy lo sorprendieron las autoridades con anfetaminas, por lo que tuvo que pasar unos días en la cárcel. Poco después fue despedido de Hawkwind y formó Motörhead.
Kilmister tocó temas como la guerra, el abuso de la niñez y la injusticia social a través de sus canciones. Además abrió la brecha para que bandas como Slayer y Megadeth saltaran a la escena.
El legado más importante de Lemmy es que transformó el rock & roll; lo hizo más sucio y veloz, lo llevó a la calle, le quitó la censura. Creó un género tan ruidoso y desenfrenado del que luego derivó el thrash metal e inspiró a bandas como Metallica y Anthrax.
Lemmy murió el 28 de noviembre del 2015, tres meses después de lanzar su último disco de estudio Bad Magic pero su espíritu vuelve a la vida cada vez que se destapa una botella de Jack Daniel’s y se pone la música a todo volumen.
El bajo de Motörhead aún retumba entre las paredes de bares como Sand, La última copa y Alcatraz, mientras la gente lo canta, lo recuerda y celebra la vida, así como él la celebró.
Colaboró Diego Rojas baterista de la banda Movement in Codes.