Durante una temporada del clásico El Cid, en 1990, una cantante se maquillaba al lado de Plácido Domingo en los camarines de la Ópera de Washington. El tenor español se paró detrás de ella y puso sus manos sobre sus hombros.
La artista aún no había salido del shock cuando el ícono de la ópera deslizó sus manos debajo de su sostén y le tocó los senos.
Este es el testimonio de la cantante Angela Turner Wilson, quien por entonces tenía 28 años y compartía escenario con el famoso tenor. En reciente declaración con AP, la artista dijo que aquel incidente “no fue suave, me apretó duro. ¿Qué mujer va a querer que él le toque los senos? Y después de eso, yo tenía que subir al escenario y actuar como si estuviera enamorada de él”.
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El 13 de agosto pasado, AP registró en un reportaje las denuncias de acoso sexual y conducta lasciva que nueve mujeres sentaron en contra del tenor. Con el nuevo testimonio de Turner Wilson y otras 10 mujeres más que permanecen en el anonimato por temor a represalias, asciende a 20 el número de mujeres que acusan al español de amenazarlas con perjudicar su carrera si lo rechazaban.
Las declaraciones de las mujeres denunciantes detallan desde manoseos no deseados y constantes propuestas de citas, hasta llamadas telefónicas por la noche y besos contra su voluntad.
Defensa del tenor.
Ante el documental difundido por AP, la vocera de Plácido Domingo emitió un comunicado en el que acusa a AP de emprender una campaña de difamación.
“Estos nuevos señalamientos están llenos de incongruencias y, al igual que el reportaje inicial, en muchos aspectos, simplemente equivocados. Debido a que la investigación está en curso, no daremos detalles, pero enfáticamente rechazamos la imagen engañosa que la AP está tratando de pintar del señor Domingo”, detalla el comunicado.
El tenor español no se ha pronunciado sobre las nuevas denuncias. Sin embargo, cuando fue acusado por las primeras nueve, dijo entonces que los relatos de esas mujeres eran “inexactos”.
“Las acusaciones de estas personas no identificadas, que se remontan hasta 30 años, son profundamente preocupantes, e inexactas tal como se describen”, indicó el cantante.
“Aun así, es doloroso saber que puedo haber molestado a alguien o haberles hecho sentir incómodas, sin importar cuánto tiempo haya pasado y pese a mis mejores intenciones. Yo creía que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consensuadas. La gente que me conoce o ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que dañe, ofenda o avergüence a nadie a propósito”, añadió.
“Sin embargo, reconozco que las normas y estándares por los que se nos mide hoy -como debe ser- son muy diferentes de lo que eran en el pasado. He tenido la bendición y el privilegio de haber tenido una carrera de más de 50 años en la ópera y me atendré a los estándares más altos”, finalizó el español en aquella ocasión.