Pablo Alborán ha trabajado con esmero para mantener con vida y fuerza la relación que tiene con sus miles de fans.
Todo empezó hace 13 años, cuando causó sensación en su natal España y en muchos lugares del mundo gracias a Solamente tú, el tema que inició su vínculo con un público fiel que tiempo después se derrite con solo su presencia en el escenario.
Este 7 de diciembre, Pablo Alborán, de 34 años, se presentó en el Anfiteatro Coca-Cola, en Parque Viva, en La Guácima de Alajuela. Desde el arranque, al piano, dejó ver que vendría una noche intensa, una de esas que él sabe dar y en las que con su voz y su habilidad para los instrumentos (tocando hasta dos en la misma canción) sorprende una y otra vez.
Ni qué decir de cuando la pieza que interpreta lleva ligeros y sensuales movimientos. El cantante ofrece un show que provoca gritos constantes.
El originario de Málaga pone su empeño en ofrecer siempre lo mejor para que esa relación con sus fans no solo se mantenga, sino que florezca con el paso del tiempo. Antes de este espectáculo, Alborán se presentó en el Estadio Nacional en el 2020 y aquella vez la promesa sería darlo todo y más.
Canto en la playa
En este retorno la premisa fue la misma, aunque con una variante que entusiasmó más a las personas que lo verían en concierto. Alborán llegó al país un par de días antes y le mostró a “sus ticos queridos” lo bien que la pasaba en Costa Rica, al punto de ponerse a cantar en la playa.
“Gracias, de corazón por el cariño. Esta noche vamos a intentar estar a la altura del cariño que nos ha dado Costa Rica estos días. Que la pasemos bien en estas dos horas y paremos el tiempo como siempre hemos sabido hacer”, dijo después de interpretar sus primeras tres piezas.
Pablo Alborán apareció en escena pocos minutos después de las 8 p. m. Se presentó vistiendo camiseta y jogger negros, un atuendo sencillo que no opacó la belleza física que tanto le resaltaron sus fans durante la velada.
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Carretera y manta, No vaya a ser, Tabú, Voraces, Tu refugio y Si hubieras querido fueron los primeros temas con los que garantizó la calidad de la noche.
“Costa Rica inspira. Dos días más aquí y me voy con un disco nuevo”, dijo en uno de sus mensajes para el público. La respuesta de la audiencia fue un grito ensordecedor.
Horas antes de su show, Alborán dejó ver en sus historias de Instagram lo cerca que estuvo de los cocodrilos durante un paseo en bote.
Además, mostró un selfi que se hizo en camerino y en el que sobresalía su peinado fijado con cera y que se mantuvo intacto durante toda la noche. El cantante resaltó cada vez que pudo lo a gusto que se siente en Costa Rica.
Explosión de emociones
Pablo Alborán es un seductor, no importa si le canta al amor o al desamor, como en la pieza Saturno, en la que con sus letras, alrededor del Sistema Solar, añora lo que pudo ser y no fue.
Su voz flamenca, sus miradas y movimientos cautivan y emocionan. Que lo digan todas las voces que aprovechaban los silencios entre canciones para, a través de gritos, declararle su amor.
El cantautor español visita el país en el marco de su gira La 4ta hoja tour, una que inició hace un año y en la que ofrece lo mejor de su historia musical.
Cerca de sus fans
La voz dulce de Pablo Alborán se percibe como un susurro al oído. Para enamorar más, se vale también de una táctica infalible: lanza besos a su público y les canta de cerquita, al punto de permitir que retiraran las barricadas que estaban entre el público y el escenario.
Durante un espectáculo en el que las luces y visuales acompañaron a Alborán y su banda, el español consiguió llevar a su fanaticada por un paseo en el que hubo explosivas emociones. Cantó balada, temas que ameritaron lentos movimientos de cadera y otros más eléctricos en los que saltó.
Solamente tú, Perdóname, Que siempre sea verano, Dónde está el amor, El mismo aire, Vívela y Llueve sobre mojado, fueron parte de la veintena de canciones que este novio enamorado dedicó.
Pablo Alborán lo hizo una vez más: cumplió las expectativas de sus miles de enamoradas y avivó la llama de amor que ha mantenido sólida su relación.
“A vivir, que la vida dura dos días”, expresó mientras se dejó abrazar por una bandera de Costa Rica.