El español Pablo Alborán está lleno de emoción por presentarse por primera vez en Costa Rica.
Así lo confirmó en una entrevista telefónica con Viva la semana pasada. Alborán, quien ha conquistado corazones con su música romántica viene al país para presentar su disco Prometo, el cuarto en su carrera.
El espectáculo del compositor será el 17 de marzo en el Palacio de los Deportes, en Heredia. Las entradas están a la venta en la web nvivo.cr, los precios y localidades son ¢28.705 ($50, general), ¢43.056 ($75, balcón preferencial), ¢66.020 ($115, vip) y ¢77.502 ($135, super fan), según el tipo de cambio del Banco Central del 5 de febrero.
A continuación un extracto de la entrevisa con el artista europeo.
– Esta es su primera vez en Costa Rica, ¿qué expectativas tiene del público y del concierto?
-Mis expectativas es que la gente se la pase bien. Me estoy preparando muchísimo para que el concierto sea único, muy emocionante; estoy seguro de que la gente va a poder bailar, divertirse y olvidarse de los problemas. La idea es que voy a dejar la piel en el espectáculo porque sabemos que la gente se siente idenfiticada con las canciones.
– ¿Cómo será el desarrollo del show?
-Voy con todo, voy con mi banda en pleno, pero más que eso voy con mucha ilusión. Estamos preparando desde hace meses esta gira, la gente va a poder descubrirme tanto en las distancias cortas, como en el espectáculo porque hay partes del show en las que toco solo con el piano, otras son acústicas con mis músicos, otras más electrónicas y otras con influencias latinoamericanas.
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– Este último disco ha cosechado muchos éxitos en ventas, ¿cuál es su sentimiento con respecto a este apoyo del público?
-Feliz, más que feliz. Obviamente la respuesta del público está muy buena, no solo en los conciertos sino en las ventas; sin embargo, para mí la música no es una competición.
"Quiero decirles que siempre estaré muy agradecido porque la gente quiera venir a los conciertos, que crea en mí y es por eso que ahora es cuando tengo que darlo todo encima del escenario".
– ¿En qué le ha aportado a su arte la mezcla de culturas que tiene en su sangre (madre francesa y padre español)?
-En muchísimo, es la verdad. Me gusta aprender de muchos estilos, de muchos géneros musicales. Mi mamá es francesa, yo nací en Marruecos, mi padre es amante de la música clásica y del jazz, pienso que por eso me gustan ritmos tan variados como los colombianos, los venezolanos y los mexicanos, al final todo está conectado. Hay mucha influencia de culturas en mi música y en mi voz.
– Antes de publicar el disco Prometo tuvo un parón de dos años en la música. ¿Qué pasó durante ese tiempo, cómo fue el reencuentro con la composición?
-Necesitaba parar, desconectarme de la rutina de los conciertos porque estuve seis años y medio sin parar. Este disco lo quería componer con calma, desde otro lugar, desde otro estado de ánimo. Necesitaba estar un poco menos contaminado porque cuando uno trabaja mucho hay veces que no eres capaz de escucharte a ti mismo.
"Me fui a Málaga, compuse este disco como sin querer, me metí al estudio y comencé a vaciarme. Fue maravillosa la experiencia.
– ¿Cuáles sentimientos exploró y qué le ofrece al público con este material?
-El disco habla de muchas cosas, reúne sentimientos y sensaciones que he tenido a lo largo de estos años. A nivel musical se notan mucho esos sentimientos porque hay una gran influencia de Latinoamérica, de todos los lugares donde hemos estado, de la gente que he conocido. Hay canciones que hablan de amor, otras de la rutina, del miedo a enamorarse, de rencor, de la vida que hay que vivirla, de ser feliz; es un disco muy completo.
– ¿Quiere decir entonces que es fiel a sus convicciones?
-Por supuesto. Mis convicciones son las emociones, es el dejarse llevar por lo que uno siente, que las letras sean cada vez más intensas. Busqué el tiempo necesario para escribir claramente, no quería una canción de relleno o una palabra mal puesta y eso ayuda; el tiempo me ha venido muy bien.
– Dice que no tiene prejuicios musicales, ¿qué le aportó esto a la producción?
Mucho, quería que el disco tuviera mucha libertad. El productor y yo eramos como niños en el estudio. Buscamos hacer un disco moderno y a la vez clásico, con sonidos latinoamericanos pero con mis raíces españolas y andaluzas.
"Ahí fue cuando realmente nos dimos cuenta de que hay que tener los ojos, oídos y manos muy abiertas para lo que llegue y no poner límites. Hay canciones con ritmos urbanos, reggae, vallenato, electrónicos, una cuerda clásica y hasta blues.
Nota de la redactora: La información de la entrada general se había consignado como numerada; sin embargo, la producción cambió el dato y asegura que esta localidad no tiene números asignados. (Actualizado el 7 de febrero).