Quizá a usted, como a muchos, le ha pasado que desea con todo su corazón conocer un lugar en especial, un país, una cultura distinta; pero al considerar que eso nunca va a pasar, por la razón que sea, prefiere mejor ni ilusionarse.
Pues eso mismo le pasaba al cantante español Pablo López. Él creía que nunca iba a visitar Costa Rica; mucho menos que iba cantar ante un teatro completamente lleno, con fans gritando, aplaudiendo y coreando cada uno de sus temas.
Sin embargo, la vida le tenía preparada una sorpresa para la noche de este jueves 4 de mayo, cuando finalmente cruzó el charco para visitar Costa Rica y presentarse en el Teatro Popular Melico Salazar. En San José, el español cantó ante cientos de ticos, quienes agotaron las entradas para su show en cuestión de días.
“Pura vida, Costa Rica”, gritó López con una energía envidiable. Al mismo tiempo, emocionando a todos con su gesto, el cantante se volteaba en el centro del escenario para mostrar un colibrí pintado en su chaleco negro.
De inmediato se dirigió hasta su piano, el instrumento con el deleitó a su público a lo largo de la velada, la cual arrancó con El abrazo más grande de todos los tiempos.
Recién iniciado el show, López tuvo que hacer una pausa, pues no podía parar de toser. Mientras eso ocurría, se escuchaba a los fans gritar: “Yo ando Halls”, y alguien más decía: “Yo ando Cacique”.
Entre risas por las ocurrencias de sus seguidores ticos, el cantante logró recuperarse y continuar con el espectáculo, que durante toda la noche navegó entre las baladas y el pop rock.
Después de recuperar la voz, La niña de la linterna y El patio continuaron fueron las canciones que dieron continuidad al concierto. Cuando llegó el turno de Quasi, el Melico Salazar se llenó colibrís de papel color celeste, que el club de fans repartió previo al show para sorprender a Pablo.
Al ver tantos pajaritos de papel ‘volar’ de un lado a otro, López se mostró visiblemente emocionado. Luego continúo feliz con el resto de su repertorio.
“Quiero ir a tomarme una cerveza. Si alguien me acompaña a San José puedo contarle mi historia”, dijo el intérprete antes de cantar Te espero aquí.
La canción fue una dedicatoria especial para sus fanáticas ticas, esas que esperaron por casi una década su visita al país y que, en algún momento, pensaron que nunca iba a llegar.
La velada continuó con Hijos del verbo amar, canción que lo levantó del piano para pedirle aplausos al público. Todos, sin excepción, cumplieron los deseos del músico.
“Que nadie les robe la libertad”, decía, tal y como reza la canción.
Luego fue el turno de El mundo, uno de los temas más coreados y aplaudidos de la intensa y calurosa noche.
En una pequeña pausa musical, Pablo confesó que no viene de un lugar donde se frecuenten las frases cálidas y por ello, cuando una chica una vez le dijo: “Te quiero”, casi sale corriendo.
De repente el público, que disfrutaba a más no poder las intervenciones del español -también conocido por ser uno de los jurados de La Voz y La Voz Kids de su país-, comenzó a gritarle: “Te quiero”.
“Querámonos más frente a frente. ‘Te quiero’ son dos palabras hermosas… sobran guerras, faltan más ‘Te quiero’”, añadió antes de cantar Dos palabras.
El gato y Suplicando atizaron la fiesta. Al sonar ambas piezas el público se puso de pie, mientras banderas de España y Costa Rica ondeaban en el teatro.
Lo saben mis zapatos fue uno de los temas más coreados del concierto. Al tocarla, las linternas de los teléfonos se encendieron para iluminar el recinto josefino, moviéndose de un lado a otro al ritmo de la canción. Mientras, en el piano, el español se quedó mudo viendo a su público cómo cantaba el tema, de principio a fin. La escena fue tan emotiva que Pablo, por unos segundos, abandonó las teclas de su amado instrumento y agradeció a los fans en el centro del escenario.
Entonces fue el turno de una de las canciones que más le pidieron durante toda la noche. Solo, junto a su inseparable piano, el cantante comenzó a interpretar Ángeles caídos.
“No me quiero ir nunca de aquí”, afirmó el cantante cuando ya tenía dos horas de estar sobre el escenario complaciendo a los costarricenses. Dicha frase la dijo antes de interpretar Tu enemigo, el afamado tema que canta con Juanes.
López insistió en que esta fue su primera vez cantando en Costa Rica pero no la última. De hecho, ahora se permite soñar más en grande, pues su primer check de la lista (que era visitar a las fans ticas y cantar para ellas) ya se cumplió. Ahora su nuevo sueño es regresar y llenar un estadio.
Con un beso al escenario, el cantante finalmente se despidió cargando una bandera de Costa Rica.