Aunque está acostumbrado a su rol de cantautor, el puertorriqueño Pedro Capó dejó por un momento su trabajo de composición y se dejó encantar por los éxitos pop de los años 90.
El disco En letra de otro es el nuevo material del artista y contiene 10 canciones que otros artistas hicieron famosas. Eso sí, en esta producción, cada tema tiene el sello y la firma de Pedro, tanto en los nuevos arreglos musicales como en la interpretación.
Capó tomó prestadas piezas de artistas como Fey, Jon Secada, Calle 13, Selena, Jerry Rivera o Chayanne, para hacer un tributo a la música en español de aquella época en la que fue adolescente.
Capó estuvo de visita en Costa Rica hace una semana, aprovechó la promoción de su nuevo disco para ofrecer un espectáculo íntimo con fans y también para ser parte de la maratónica Teletón: con su talento apoyó para recolectar fondos para los niños.
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Sobre el disco conversamos con el artista.
¿De qué se trata el trabajo?
Es un disco concepto donde agarro canciones que fueron parte de la banda sonora de mi vida y las reinterpreto. Algunas me gustaban, otras creía en aquella época que eran muy fresas; pero esta fue una bonita oportunidad de meterme en la piel del trabajo de otros colegas y descubrir la grandeza de esas canciones desde mi perspectiva.
¿Qué le hizo a las canciones?
Jugué con ellas. Traté de entender qué rumbo hubieran tomado si yo las hubiera escrito. Ha sido un proceso muy liberador porque me desapego de la identidad encasillada de que yo solo soy un cantautor. Es un proceso donde me digo a mí mismo que está bien ser muchas cosas y disfrutar de la música.
¿Qué tan difícil fue liberarse del ego del cantautor?
Aunque siempre está presente, lo solté. Para mí fue muy divertido y liberador hacer este disco porque siempre estaba con la duda de a dónde me estaba metiendo, pero tenía que soltarme. Me alegra mucho haberlo hecho, fue un proceso creativo rico porque primero esas canciones habían influido mi vida y ahora, con estos arreglos, tienen parte de mi sonido.
¿Cómo fue el proceso de selección de los temas?
De lo más difícil porque había demasiadas canciones lindas en la época. Pero agarramos las que se sentían naturales desde el principio, aquellas que no había que forzarlas ni rebuscarles mucho porque tratamos siempre de mantener una armonía y un hilo conductor en el disco.
¿Hubo realimentación de los artistas originales que interpretaron las canciones?
¡Claro! y fue muy lindo. Fey dijo que le encantó descubrir su canción desde una perspectiva masculina. Chayanne me dijo que le gustó mucho la versión; Jon Secada quedó muy contento. Siempre es emocionante que al público le guste, pero el cumplido del colega es alentador.
¿Qué le aportó usted a estos temas que ya son tan conocidos?
No quería que fueran covers, por eso las expresaba en un principio desde lo más crudo de la guitarra y a partir de ahí vinieron los arreglos y la producción para traer las piezas a mi mundo. Son canciones que están tan impregnadas en la mente del público, así que también teníamos que mantener la integridad de cada una y no cambiarlas demasiado.
Había canciones como Azúcar amargo, la de Fey, que no le gustaban, ¿por qué la escogió?
En el proceso de la madurez se aprende a apreciar las cosas por lo que son. En el caso de Azúcar amargo para mí en su momento era una canción muy fresa porque estaba cargada de los arreglos de los 90; sin embargo, es una gran canción. La opinión es relativa, porque cuando una pieza así une a millones de personas nadie le puede quitar su grandeza.
¿Qué significó la década de los 90 para usted?
Estaba en mi adolescencia. Ahí fue donde empecé a encontrar mis gustos por la música, por el rock alternativo y en español. Parte de mi formación musical se comenzó a definir en esos años. Este trabajo es un tributo, una caricia a la nostalgia y una gran oportunidad de presentarle estas canciones a una nueva generación que piensa muy diferente.