Bien lo dijo el director Marvin Araya: la noche del sábado en el Estadio Nacional lo que hubo fue un concierto todo terreno y sí, hablamos de que la Orquesta Filarmónica ofreció un espectáculo de altura en el cual hicieron gala de su talento para la música con la interpretación de géneros variados para todos los gustos. Desde La pollera colorá hasta AC/DC, así fue la gran noche del recital organizado por Interamericana de Producciones y RPM TV.
Antes de comenzar con la descarga musical el maestro Araya le agradeció al público la compañía en el show Juntos de nuevo que significó el segundo espectáculo del plan piloto que productoras, artistas y autoridades de Gobierno emprendieron para reactivar la industria de la música costarricense que se ha visto tan afectada por causa de la pandemia. El primer concierto de estos pilotos se llevó a cabo hace un mes en Parque Viva y estuvo a cargo de Malpaís y Son de Tikizia.

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Vamos al concierto. Todo empezó muy romántico, tal vez con la intención de calentar un poquito el corazón ante el frío que imperaba en el recinto deportivo de La Sabana. Éxitos de la música latinoamericana en voces de Álvaro Solano, Eduardo Aguirre y Priscilla Castro fueron los primeros en sonar en el escenario. Las canciones elegidas para abrir el recital fueron La cima del cielo, Hasta que me olvides y Por qué me abandonaste.
“Se nos hizo realidad un sueño y nos escogieron para estar aquí. Este es un concierto histórico. ¡Abróchense el cinturón porque esta carajada está empezando”, dijo el maestro Araya en una de sus acostumbradas intervenciones durante el show.

Por supuesto que el público respondió con mucha emoción. La alegría, pese a las mascarillas, se percibió en las graderías y en la zona de gramilla del estadio. Y es que de verdad fue un esfuerzo muy grande el de reunir en un montaje de un par de horas lo mejor del repertorio que la Filarmónica ha destacado por interpretar en su historia.
Con la música se hizo un recorrido por décadas de éxitos de todos los géneros, así se sintió cuando Charlene Stewart se apoderó del micrófono y con gracia y sabor cantó Last Dance de Donna Summer y I Will Survive (cabe destacar que con una entrada magistral de la sección de cuerdas de la orquesta),mientras que Pablo Bogarín hizo lo suyo al interpretar The Heat is On. Con estos clásicos los artistas llevaron a los presentes a un paseo por aquellas épocas tan queridas y añoradas como lo fueron los años 70, 80 y 90.

Hagamos de cuenta que la Filarmónica fue un vehículo que llevó al público por muchos estados de emoción a través de la música. Ese vehículo, con su versatilidad, pronto transportó de nuevo a la audiencia a corear canciones en español, específicamente de grandes íconos del rock argentino.
El nuevo segmento, giró en torno a Lamento Boliviano y Cuando seas grande en la voz de Ed Quesada, quien les rindió tributo a Enanitos Verdes y Miguel Mateos; el paseo siguió con la experiencia de Pato Barraza, quien homenajeó a Charly García y Fito Páez con No voy en tren y Mariposa tecknicolor.

De regreso a lo romántico, Priscilla Castro, Ramiro Guzmán, Álvaro Solano y Eduardo Aguirre se tomaron la tarima del Nacional para cantarle al amor con temas como Víveme, Me va a extrañar, Te regalé una rosa y Será que no me amas, que encantaron al público que, por dicha, llenó el estadio.
¡Despelucados!
El que a mitad del concierto no movió la cabeza y se despeinó, no estaba en nada. La descarga más bailable de la noche llegó con temas clásicos de la música en inglés, pero con la cualidad de que hubo piezas de pop y rock que se fundieron en escena para poner al público a bailar aunque fuera sentados en sus sillas (no importa, el sabor se sintió, se los aseguramos).

A ver si podemos recopilar las emociones para que quien no tuvo el gusto de ir al concierto se dé una idea, aunque leerlo y vivirlo no será nunca igual. Desde Journey (Don’t Stop Believin), pasando por AC/DC (You Shook Me All Night Long), Pharrell Williams (Happy), The Beatles (Come Together), Queen (Bohemian Rhapsody), hasta Coldplay (Adventure Of a Lifetime); de verdad que hubo de todo para todos. En este apartado se sumaron las voces ticas de David Nick, Marta Fonseca y Manuel Barrantes a la lista de invitados y amigos de la Filarmónica.
Después de despelucarse, llegaría el cierre que dejó para lo último poner a todos a mover las caderas. El sabor más tropical se sintió con piezas de salsa y cumbia a ritmo de No me conoces, Cumbia a la gente, Valió la pena y La pollera colorá en la voz de Carlos Daniel Castillo.
