Era imposible no bailar. Cinco mil almas se rindieron ante el merengue y la salsa este sábado, en el Festival Tropical Viva la Fiesta, en el Parque Viva, en La Guácima de Alajuela.
Eddy Herrera, Joseph Fonseca, Víctor Manuelle y Olga Tañón fueron los cuatro grandes artistas de la música tropical a cargo de encender al público tico que asistió al Anfiteatro Coca-Cola, para disfrutar de un bailongo sin precedentes.
La mujer de fuego , la gran Olga Tañón, fue la representante femenina y la encargada de concluir por todo lo alto lo que fueron siete horas de baile y música.
El cierre no pudo ser mejor. La energía de la puertorriqueña, quien a sus 48 años no deja de lucir bella y llena de fuerza, fue simplemente espectacular.
Su visita al país es parte de la gira Vivo la vida , y precisamente la tarde de este sábado, la artista estrenó su sencillo titulado de la misma forma y lo celebró en Costa Rica.
Inconfundible, con su fuerza vocal, interpretó para comenzar Presencié tu amor . ¡Qué voz de mujer! Además, su grupo de baile hace que el espectáculo sea total, la artista canta y baila con una tremenda fuerza que es capaz de levantar a cualquiera del asiento.
La fiesta continuó con más inyección de adrenalina: la Tañón encendió más el lugar con Todo lo que sube y baja y, al ritmo de merengue fusionado con reguetón, llegó Cuando tú no estás .
La puertorriqueña, fiel a su estilo, conversó con su público y hasta contó que estaba fascinada con algo que comió en el país: pejibayes con mayonesa. “Esa cosa tiene un coco chiquito”, bromeó.
Olga completó su concierto con Así es la vida , Es mentiroso , Bandolero y Cómo olvidar. También iba a rendir un homenaje a Celia Cruz con un popurrí.
Sin parar. En un encuentro como este, los éxitos de ayer no podían faltar. Es impensable que alguien no se supiera al menos una de las canciones de los artistas; así que la fiesta fue un encuentro entre bailarines de cepa, de esos a los que la música tropical les hierve en las venas.
El concierto comenzó a las 3 p. m., con la participación de los nacionales de Expresso, quienes se anotaron un punto alto al poner a las primeras parejas a bailar.
A las 4 p. m., se escuchó “Una bulla las mujeres” en la potente y varonil voz de Eddy Herrera; el anfiteatro Coca-Cola vibró. La frase fue recibida con aplausos y gritos del público.
El dominicano, de 51 años, supo conquistar desde el inicio de su presentación. Ajena fue el primer éxito y, de seguido, el coro de Carolina fue cantado por todo el aforo.
El set list incluyó Cómo llora mi alma , del álbum Atrevido . La presentación del merenguero estuvo colmada de buenos momentos, pero quizá el más grande fue cuando invitó a un fanático con síndrome de Down a ser parte de su show . El anfiteatro se enterneció con la presencia del joven.
Para despedirse, el artista le reconoció la carrera a otro grande: los éxitos de Wilfrido Vargas estuvieron presentes.
Siguiendo con la línea del recuerdo, pero bajando un poco más la intensidad hacia el merengue más romántico, el puertorriqueño Joseph Fonseca también apeló a sus grandes éxitos.
Lo primero que sonó fue Que levante la mano y No cabe duda. El artista optó por cantar al lado del talento tico; así que la música tuvo sabor criollo gracias a la Orquesta La Solución.
Dame una oportunidad , Quizás sí, quizás no y Escúchame también sonaron. La presentación finalizó con la esperada A caballito de palo . Fonseca bajó del escenario e hizo la coreografía de su último sencillo y se echó al público a la bolsa. El brinquito y la nalgadita domaron el recinto; nadie se resistió a participar del divertido baile.
¡Saaaaalsa! Llegó el turno para El sonero de la juventud . La soltura y sabrosura de la salsa tuvo la oportunidad de sonar en el Parque Viva gracias a uno de sus más grandes defensores: Víctor Manuelle.
El ánimo del público –que ya de por sí estaba al tope– reventó cuando la espigada figura del cantautor arribó al escenario. Galante y guapo, así llegó el artista y volvió locos a sus seguidores cuando sonaron las primeras notas de Si tú me besas . Aunque, para desfortuna del artista, su micrófono no sonaba. Como los grandes, detuvo a la orquesta y ordenó comenzar de nuevo.
Superado el desliz, ahora sí, se escuchó su voz y la letra de la canción. Al público no pareció importarle y los celulares iluminaron las graderías para grabar el momento.
La noche ya llenaba el lugar y muy romántico, Víctor Manuelle encantó también con Tengo ganas . Más que su voz, fueron sus sexis movimientos los que arrancaron más gritos de la fanaticada. Él sabe cómo ser un showman , así lo demostró cuando le ofreció al público que ordenara lo que quisiera; así, sin preámbulos, cumplió el primer deseo y cantó Como una estrella , éxito de 1996.
La seguidilla de piezas estuvo compuesta por Dile a ella , Así es la mujer y Volverás , pero fue cuando dijo muy suavemente: Que te has vuelto a enamorar... cuando el público estalló. Llegó el momento de He tratado.
Para decir adiós echó mano de un talento especial, con La vida es un carnaval (de Celia Cruz) de fondo, se despidió con una divertida improvisación.
La jornada fue extensa, pero a nadie le importó bailar y bailar por horas. La música latina tuvo su día y, de gran forma, demostró que sigue vigente en el corazón de muchos.