Si hay un movimiento de rap que se ha mantenido constante y trabajando en los últimos años es el de Cartago. En la Plaza Mayor de esta provincia, en el parque que alberga las famosas ruinas de la Vieja Metrópoli se puede juntar 100, 200 o 300 muchachos jóvenes para ver a dos raperos batallar. Todo deben hacerlo en la calle pues, como dicen, nadie es profeta en su tierra.
Los escenarios son limitados para los raperos que improvisan y los que graban sus canciones, aunque miles de personas vean sus respectivos videos por YouTube. La escena del rap la tiene difícil, pero dicen que su éxito ha sido mostrarle a sus comunidades que su habilidad vale tanto como cualquier otro arte.
“El tabú hacia el rap se está perdiendo, aunque todavía existe", dijo el rapero cartaginés Black Jean.
"Dejó de ser algo practicado por gente que no tenía un trabajo formal a tener figuras nacionales en competencias internacionales. El público que llega a las batallas pide rimas inteligentes, que ofendan, sí, pero al subconsciente y no la moral. Algo como lo que vemos hoy en Cartago era impensable”, agregó.
Black Jean, de 27 años, ha pasado por distintas disciplinas del hip-hop. Sacudió latas de aerosol para hacer grafiti, practicó los pasos básicos del breaking y, finalmente, tomó interés por el rap.
Su nombre de pila es Jean Carlo Meneses y desde el 2016 organiza las batallas Plaza Mayor, que ha visto brillar a MC’s (es decir, raperos) cartagineses como Eros y SNK, quienes han conquistado en los últimos años el primer lugar de Rapquicia, la liga local más respetada.
SNK ganó este año la competencia internacional de rap improvisado más importante en el país, la Red Bull Batalla de los Gallos, con lo que cimentó el lugar de respeto que tiene Cartago dentro y fuera del país.
“No es raro que los productores extranjeros con los que hemos trabajado nos digan que el léxico, el tono y de alguna forma el acento cartaginés es el que les resulta más atractivo. Cartago tiene con qué competir afuera”, señaló el productor y rapero B-Side.
B- Side (Alberto Céspedes) y su hermano Jachkal (Ignacio Céspedes) forman junto a Dennis Beats la productora Phantom Sounds, que trabaja desde hace 10 años para impulsar a los raperos de Cartago.
En muchos países el rap freestyle y el grabado no se mezclan, pero en la escena cartaginesa van de la mano, al saber que el triunfo de unos significa exposición para todos.
Sabor cartaginés
“Como buen Cartago / siempre con la leva / puesta por aquello / que después me llueva”, canta Jahckal en su tema Corte 5, publicado este año. Desde hace una década, él y su hermano tratan de juntarse casi todos los días para hacer canciones y ensayar sus presentaciones en vivo.
“Hemos tratado de organizar más conciertos aquí, pero muchas veces todo está bien hasta que les decimos de qué se trata, qué es lo que hacemos, ahí generalmente se acaba la conversación”, explicó B-Side, de 29 años.
Esta dupla explica que los prejuicios hacia el rap vienen de las percepciones en la televisión o películas de que las actividades son violentas, cuando en realidad es todo lo contrario.
“Cuando terminamos un concierto generalmente bajamos a estar con la gente, así de tranquilo es esto. Ahora hay menos presentaciones porque la mayoría del público está buscando las batallas, pero ahí pueden llegar unos 300 muchachos y todo el mundo está tranquilo, incluso llegan papás con niños pequeños”, contó Jahckal, de 26 años.
Fue en el 2014 cuando Jahckal, B-Side y Dennis Beats, finalmente, exhibieron al mundo sus ases bajo la manga. El primer álbum de Jahckal, fue ocasión para demostrar que el rap de Cartago venía con buenos beats y mucha lírica.
Antes de eso, algunos grupos cartagineses como Bruma Crew y LA Crew se dieron a conocer rapeando y cantando temas de reggae entre los años 90 y los 2000, pero aún había poco espacio para el hip-hop.
“Nos pusimos la meta de hacer un disco de lo que nos gustaba. Yo estudié producción musical, pero grabarme a mí mismo y editarme era muy tedioso, entonces recluté a mi hermano”, recordó B-Side.
Trabajaron fuerte durante cinco años y grabaron unas 30 canciones, pero, al final, solo publicaron ocho en el álbum Higher Than The Kings (traducido como “Más alto que los reyes”).
La escena estaba lista en ese momento para escuchar su propuesta que está bastante inspirada en el rap boombap, el ritmo más tradicional del hip-hop y con la inspiración de raperos latinoamericanos como Canserbero. La esencia “consciente” de estos temas conectaron con la escena del país y sorprendieron a sus mismos creadores.
“No imaginábamos que íbamos a escuchar a la gente coreando canciones de un rap que no estaba pensado para pegar, o que se nos iba a acercar alguien a decir ‘me sé todo su disco’. Es algo que agradecemos mucho”, afirmó Jahckal.
Phantom Sounds empezó a grabar a más raperos cartagineses y así es como se fueron consolidando como la marca de calidad de Cartago: si ha pasado por el estudio de Phantom, vale la pena.
Así han grabado desde voces consolidadas como Rheno y Crypy y hasta talentos nuevos como SNK, Shun Hidalgo y Eros. Estos talentos han podido mostrar su valor en escenarios dentro y fuera del país, pero en Cartago tienen pocos espacios.
De la barbería al escenario
La mayoría de los raperos de Cartago no puede dedicarse a trabajar en eso, aunque les gustaría. En cambio, deben hacerlo a través de “camarones” para mantenerse, no obstante, hay una profesión en la que la mayoría se han destacado: barberos.
Jahckal es dueño de The B.I.G. Barbershop y Black Jean de la barbería Yin Yang, ambas ubicadas en Cartago. Las barberías se han vuelto espacios para vender discos o entradas a conciertos, además de puntos de reunión naturales para la escena hip-hop.
“En las barberías era donde se hacían los cortes con sombra, como los de los raperos de Nueva York. Creo que por eso hay relación y bueno, Nueva York es la cuna del hip-hop”, señaló B-Side.
Para Black Jean la barbería es algo fácil para hacer dinero para los jóvenes “que no les gusta estudiar algo” y que les permite estar atentos a todo lo que pasa en la escena hip-hop.
“Es algo que se ha vuelto parte de la cultura en Cartago”, señaló. Él se ha encargado de cortarle el pelo a distintos raperos extranjeros que han venido al país y dice que esa familiaridad le ha permitido bajar la guardia y verlos como personas.
El corte de pelo más particular que ha dado fue cuando atendió a su amigo G, de Heredia, quien se quedó a dormir en su casa y a quien tranquilizó para que bajara los nervios.
Horas después los dos no estaban intercambiando palabras como se hace con el barbero, sino que estaban rapeando con todo en la final de la Red Bull Batalla de Gallos. G, recibió una reprimenda del jurado por una rima pasada de tono y eso le dio confianza a Black Jean.
“Yo no había practicado porque me llamaron una semana antes para cubrir a un rapero que se lesionó. Llegué a la final y cuando vi que lo estaban criticando, dije: ‘ahora sí, le tengo que ganar’”, explicó.
Black Jean compitió a sabiendas de que sus doctores le habían recomendado parar, pues tiene un problema en el hígado. Batalló con todo y, finalmente, perdió.
“Al salir del bar una jueza me dijo ‘yo no voté por usted por hacer esa rima pasada’. ¡Me había confundido con G! Me dio mucha cólera porque no viajé y no gané por un error, una tontera. Mis amigos la corrigieron y ella sugirió hacer algo, pero no había nada que hacer”, confesó Black Jean. Fue una escena digna de campeonato de fútbol: Cartago quedó fuera al último momento.
Así, Costa Rica tiene virtualmente dos campeones brumosos y es seguro que la provincia tendrá más. Los ojos están puestos en el joven Eros, un MC creativo que siempre rapea con una mochila en sus espaldas.
Al no ser mayor de edad, no compite en la Red Bull, pero Eros ha ganado campeonatos y pronto le dará de qué hablar al mundo entero.