Cayó la noche y más personas se acercaron a Parque Viva para vivir la recta final del Rock Fest 2022, una edición de aniversario que resucitó al icónico evento, luego de nueve años de estar a la espera de su retorno.
El Rock Fest 2022, tal como estaba planificado, finalizó con sus bandas más emblemáticas, esas que todos esperaban. Se organizó así para que, el 14 de mayo, fuera recordado como un día especial para todos los que quisieron volver a levantar la mano cornuta y gritar a todo pulmón los coros de los temas que marcaron a una generación.
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Un placer tras otro
Decir que una banda destacó más que otra en el Rock Fest sería una injusticia con el resto de agrupaciones, ya que cada grupo dejó el alma en los dos escenarios. Incluso, aquellos que tuvieron el chance de presentarse en la tarima del Kids Fest antes de que la lluvia hiciera estragos en el área destinada a la música infantil -como Akasha y Valeria Atkeys-, supieron hacer un set con la capacidad de que todos olvidaran las complejidades climáticas.
En el Centro de Eventos Printea, que estaba protegido de la lluvia, apareció Mekatelyu a eso de las cuatro de la tarde. Con Johnnyman como su showman, es definitivamente de esos grupos que sabe cómo encender a la audiencia. Su presentación estuvo cargada de vibra positiva, como acostumbra, y el público le respondió a coros gritando “paren la violencia” en el mítico tema Paren paren.
En el Anfiteatro Coca-Cola, tiempo después, apareció la carga más pesada de la tarde con Deznuke, Insano, Adaptados, Billy the Kid y The Movement in Codes. Las agrupaciones continuaron con las dosis de sonidos guturales que, desde buena mañana, ya se habían tomado el festival.
Más tarde, Akasha tuvo una segunda presentación, solo que esta vez en el anfiteatro. Su set impresionó a los fans, pues tuvieron una entrada algo inesperada cuando pusieron a sonar Everybody, de Backstreet Boys, antes de entrar fuerte con su música original. La agrupación tica, de hecho, se prepara para una gira de conciertos que los llevará fuera de Costa Rica y que próximamente también los presentará en el Club Pepper.
De El Guato no queda más que decir que “¡qué bandota!”. Geova Durán y sus músicos saben cómo mover las almas y los cuerpos. Como dato curioso, pese a que son uno de los grupos con más años del Rock Fest, lograron cautivar a una audiencia muy “pequenita”, pues los niños presentes se dejaron llevar por los sonidos de su ska y bailaron a más no poder. En la otra tarima, por su parte, Santos y Zurdo dieron un espectáculo relajado, perfecto para bajar revoluciones.
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Kadeho y Gandhi, con aquel colmillo que los caracteriza, le dieron a su gente una buena dosis de éxitos. Kadeho, con su alineación original, puso los recuerdos a cantar, los corazones a vibrar y a las miles de almas congregadas en el anfiteatro a gozar. Por su parte, Gandhi dejó un muy buen sabor de boca, pues con una alta carga de emotividad se dio el gusto de interpretar un repertorio legendario, que dejó más que complacidos a sus seguidores. En simultáneo, Alphabetics cosechó un mosh pit en la tarima alternativa y sus canciones Frutista y Paint Paint Paint lograron que decenas de personas headbangearan con fuerza.
Cuando Pedro Capmany subió al escenario, como el acompañante perfecto de los originales Café con Leche - la banda de su papá José Capmany-, el público explotó en emotividad al ver al heredero cantar canciones como El Barco, Al final y, por supuesto, Historia Salvaje. En esta última canción, Pedro aprovechó para hacerle un homenaje muy especial a su padre, cantando el éxito en compañía de sus hermanos María José y Pablo. Definitivamente, ese fue uno de los momentos cumbre de la extensa jornada musical.
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El cierre del Rock Fest, en el anfiteatro, tenía agendado a El Parque y a 50 Al Norte. Ambos grupos apelaron a la nostalgia y las voces de Luis Arenas y Bernal Villegas hicieron un repaso por sus grandes canciones.
“Esta respuesta del público lo recarga a uno. Los conciertos son una sinergia, eso lo inyecta a uno a darlo todo en tarima, es una cosa muy linda que hace tiempo no vivíamos. Es inspirador”, dijo el vocalista Luis Arenas tras la presentación.
Finalmente, la noche cerró con Nakury, convirtiéndola en la primera mujer en cerrar el Rock Fest. “Aquí nos damos cuenta de que la música es música, que puede ser transformadora para la gente”, expresó la cantante.
“El rock es un movimiento, es una comunidad. Aquí hay muchas personas que son de diferentes escenas musicales y el rock es una excusa para reunirnos, especialmente después de una pandemia en que, por tanto tiempo, no pudimos ir a conciertos. Esto se sintió como una medicina”, agregó Nakury.
Nakury regó sus versos en la sala de conciertos y, en complicidad con el público, ocurrieron las últimas sonrisas y gritos de la noche. El festejo, que se alargó por más de doce horas, llegó a su fin con la esperanza de que pronto, sin demora alguna, se pueda experimentar de nuevo el poder del Rock Fest.