
Cuando tenía 12 años, el tico Saguiv Rosenstock tomó una guitarra y se puso a tocar con un grupo de amigos. Se separaron rápidamente y al verse solo, Saguiv continuó haciendo más música. Y luego más, luego más, luego más...
De a callado y quizá opacado por la distancia, él es uno de los músicos jóvenes más prolíficos. Actualmente, vive en Estados Unidos, en donde estudió música y desarrolla su carrera artística desde hace 4 años.
Si se le pregunta, puede mencionar rápidamente unas cinco bandas de las que es parte en este momento y publica música: Ajna, Die or be Killed, Bug Fight, Covey y Assassin of Youth, su proyecto solista. Cada banda tiene un sonido particular.
“El otro día hablaba con el baterista de Ajna, cómo afecta tener muchos proyectos a mi música solista. Cada grupo que tengo me demanda algo diferente”, dijo el músico de 22 años en una llamada telefónica.
“Ajna es un proyecto de muchos efectos, ahí saco mi necesidad de hacer locuras experimentales y con Covey, que es más indie y simple, no siento que tengo que usar todos los pedales, cada proyecto me da el espacio para sacar distintas facetas para mí”, describió Rosenstock.
Conversamos sobre sus proyectos musicales, los retos de producir música en una escena competitiva como la de Estados Unidos y qué pasa al componer después de haber visitado una universidad dedicada a la música.
Prolífico
Aunque hoy colabora con muchos músicos Saguiv se acostumbró a trabajar solo, algo que endilga a una crianza con pocos músicos de cerca.
“Yo crecí en la comunidad judía de Costa Rica y cuando uno está en edad escolar es muy cerrado, uno no conoce mucho más allá de eso. Por eso cuando terminé mi grupo del cole ni consideré encontrar otros músicos, no era posibilidad”, señaló.
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Él era el guitarrista, pero también baterista y bajista de sus propias canciones. Compró una interfaz y empezó a grabarse en computadoras, en las que unía todas las piezas y así encontró el gusto por producir, decidir el sonido final de su música.
Cuando llegó la hora de elegir carrera no hubo mucho qué preguntarse. Empacó y se fue a Berklee College of Music en Boston. Allí tuvo lo que siempre quiso: comer, respirar y hasta soñar música, pero también encontró retos.

“Estando en la U uno se puede ir en la parte muy nerd de la música y uno compone cosas que no se entienden; está bien esa experimentación, pero no es para todo el mundo, y yo quiero usar ese conocimiento en algo más pop. Entre más simple es una buena canción más difícil es hacerla”, señaló el compositor.
Sin embargo en su último año universitario dio con varios músicos interesados en esa misma simpleza de la canción y se involucró en un proyecto y luego en otro, hasta que terminó en ocho bandas. “Tenía más ensayos que días de la semana”, recordó entre risas.
Al terminar la universidad decidió mudarse a Brooklyn, Nueva York, donde vive ahora. Es parte de cuatro bandas y tiene su proyecto solista. También fue bajista y ha producido música con el grupo nacional Camelolloide... Y no pinta a que vaya a detenerse pronto.
Lo que viene
Próximamente podremos ver de Saguiv un video para Bug Fight, un grupo de noise y bluegrass, con banjo, bajo y baterista.
Covey lanzó a inicios de mes el sencillo Gecko y en mayo publicará su segundo álbum largo bajo el sello AntiFragile Records. Este año también saldría su segundo disco como Assassin of Youth.
Su banda Ajna estará de gira por México a finales de marzo y, por si fuera poco, pronto saldrá música del grupo estadounidense High-Risk Maneuver y del compositor tico César Paniagua (de Camelolloide) que Saguiv produjo.
En su tiempo en Estados Unidos ha hecho y desecho varias bandas pero Saguiv no se preocupa por eso, sino por su presente.
“Es mejor empezar un proyecto que me hable a mí en el presente y que no se vea que se cayó. Es mejor acabar un proyecto en nota alta que verlo morirse poco a poco y tocar sin ganas”