En Stay with Me, el sencillo que puso a Sam Smith dentro del radar mundial, el artista inglés canta desde sus más profundas inseguridades y le ruega a su pareja pasajera que se quede con él, diciéndole que necesita amor y un poco de autocontrol.
En esencia, la canción es un grito de ahogado que refleja el estado del corazón en el contexto de una relación superficial, carnal y para nada sentimental. Smith la canta con la voz cortada y en un evidente estado de fragilidad, y es ese combo de sinceridad su mayor virtud.
El amor desde el penetrante sentimiento de la soledad es un tema constante en In the Lonely Hour, el disco debut del músico de 22 años, cuyas letras están casi todas relacionadas al romance entre Smith y un tipo que no lo amaba de vuelta.
“Cuando me enamoré de él, el año pasado, era la tercera persona en mi vida por la cual había tenido sentimientos fuertes que no me amaba de vuelta, y este disco fue como una manera de romper ese ciclo. No me permitiré enamorarme nuevamente de alguien así”, le contó el cantante a The Guardian.
En entrevista con Interview Magazine, el músico afirmó que su disco se enfoca en el amor no correspondido tanto por sus experiencias como por un vacío que hay con el asunto en el pop contemporáneo. “Yo he pasado por esa situación y me ha parecido difícil encontrar canciones sobre eso”, comentó.
Lo logró: el álbum es una colección de himnos para los desamparados, para quienes se sienten solos en el mundo, para los enfermos de tristeza y para quienes juran que pueden amar mejor que el otro. Con tal franqueza, es un trampolín para la monumental voz de Smith, y una excelente carta de presentación.
Lucha. Sam Smith tiene 22 años y al mundo en su nariz. Sin embargo, hace tres años el artista estaba a punto de dejar su sueño de la música en el olvido, tras haber trabajado con seis mánagers que le prometieron cielo y tierra y que restaron más de lo que sumaron.
“Cuando tenía 14 o 15 años me prometieron el estrellato”, dijo en conversación con The Fader. “Nunca se materializó y me sentí como idiota, y a los 18 años dejé esas compañías y empecé a escribir música. Me mudé a Londres y escribí Little Sailor, una canción para mí en la que me dije que tenía que intentarlo un año más”.
Mientras trabajaba en un bar en Londres, de lunes a lunes, viviendo en un apartamento de mala muerte, sobreviviendo y grabando canciones de vez en cuando, conoció a un músico y productor que quedó encantado con su talento y lo invitó a participar en unas grabaciones.
Fue en octubre del 2012 cuando la canción Latch –del dúo inglés de música electrónica Disclosure– salió al mercado para convertirse en un gran éxito, con la voz de Smith amalgamándose con los beats del grupo y causando una buena impresión en la crítica y el público.
Luego colaboró en el exitoso sencillo La La La, de Naughty Boy, y firmó un contrato con Capitol para lanzar su primer disco, pero antes lanzó un EP (disco corto) llamado Nirvana, en octubre del 2013.
Nirvana contiene algunas de las primeras canciones de Smith y fue un buen agasajo mientras él grababa su álbum debut, el cual finalmente llegó en mayo del año en curso, bajo el título In the Lonely Hour.
El disco se colocó en el primer lugar de ventas en su país natal y en el puesto número dos en Estados Unidos, al mismo tiempo que el sencillo Stay with Me alcanzaba el podio de popularidad en ambos países.
Empero, Smith no piensa en el dinero, o al menos eso quiere hacer pensar en el segundo sencillo del disco, Money on My Mind, primera canción del álbum y una especie de manifiesto en el que alega hacer lo que hace únicamente por amor.
En la pieza, Smith canta entusiasta: “Cuando firmé mi contrato sentí presión. No quiero ver los números, quiero ver el cielo. Dices que podrías escribir una canción para mí, pero yo digo que es una lástima que no pueda hacer eso feliz”.
“Muchos artistas de ahora sobrevivirán la prueba del tiempo por su fama, no su música. Si no tenemos música longeva, ¿qué escuchará ese niño de campo en 100 años para inspirarse?”, se preguntó en la entrevista con The Fader, haciendo referencia a su infancia.
Origen. Smith era ese niño de campo escuchando música para inspirarse. Nacido en una casa de campo, sus padres lo metieron a clases de canto cuando tenía 8 años y lo escucharon cantar una pieza de Whitney Houston en el carro.
Sus padres lo invitaban a cantar en las reuniones familiares y fiestas en casa, y también acompañaba a su maestra de canto en sus conciertos en papel de corista. “Todas las noches después del colegio bajaba pistas de canciones que me gustaban y las cantaba. Mi mamá trataba de cocinar y yo pretendía estar en la O2 Arena”, recordó.
Ahora, dice: “Quiero ser la estrella pop más vendida del mundo. En serio quiero eso, pero al mismo tiempo quiero conservar esto (se toca el corazón). No quiero perder eso. Lo voy a hacer posible”.
Sí, en el disco Smith lanza todas sus inseguridades, pero no existen las dudas sobre su talento y lo que podría lograr, mucho menos al conocer sus intenciones: “Hago mi música de manera que podría ser para cualquiera, ya sea un hombre, una mujer o una cabra, para que todos se puedan relacionar con eso. No estoy en la industria para hablar de mi vida personal a menos que sea en forma musical”.
En la conversación con The Guardian retomó esa idea: “A la gente le gusta la vida real. ¿Por qué la gente ve toda la basura televisiva que existe? Porque están viendo algo con lo que pueden empatizar, y la música debería hablar de cosas con las que nos podamos relacionar. Esa es la clave. Yo no me puedo ver reflejado en hombres flacos, perfectamente esculpidos y bronceados que cantan sobre cadenas de oro y Ferraris porque ese no soy yo”.
Lo conocemos recién pero, ¿qué cosa negativa se puede decir de Sam Smith? El músico parece estar en la industria por todas las buenas razones y con un talento vocal que se desborda, y además entiende el objetivo del pop por lo que es: “Una buena canción de pop es una que todos puedan cantar, aunque estén sordos y no hablen inglés. Una buena canción de pop es una que todos en cualquier camino de la vida puedan cantar y sentir”. Es cierto.