Hablar del bolero en Costa Rica necesariamente trae a la conversación el nombre de Sandra Solano, artista costarricense que alcanza ya 42 años de trayectoria en la música nacional.
A partir de junio, Sandra, la señora del bolero, celebrará a lo grande su aniversario con presentaciones en clubes, en fiestas privadas y, por supuesto, cada jueves, como lo ha hecho desde hace tres años (puntual a las 8 p. m.) en Los Korales, en el Centro Comercial Los Colegios, en Moravia.
La vida de Solano, una de las voces femeninas más importantes de nuestro país, ha estado llena de emociones, de alegrías, altos y bajos, pero siempre de trabajo. Heredera de una vena artística por parte de sus padres el músico Luis Alberto Solano y la cantante Rosario Coto, comenzó a cantar con el maestro Paco Navarrete cuando tenía cerca de 21 años, en contra de las órdenes estrictas de su papá para que no lo hiciera, y desde entonces no ha parado.
Representó a Costa Rica en seis festivales internacionales de bolero (Panamá, Venezuela en dos ocasiones, Colombia dos veces y Cuba). Su talante ha sido reconocido no solo en suelo tico sino también fuera de nuestras fronteras tanto por el público como por otros grandes artistas con los cuales ha compartido escenario como July Rufino, Alberto Cortez, Andy Montañez, Marco Antonio Muñiz o Vicky Carr.
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La potencia de su voz es solo comparable con la imagen elegante y alegre que ha transmitido durante su trayectoria. Donde Sandra llega, hay que verla, hay que escucharla, es imposible no rendirse ante la calidad interpretativa y la experiencia que ha acumulado en más de cuatro décadas sobre los escenarios.
“Cuando uno nace de dos artistas, es un gen que se trae. Los verdaderos artistas ya sea músicos o los que cantamos seguiremos así hasta el día en que muramos. Se trae y se vive con eso”, explicó la cantante sobre la vigencia de su carrera.
“El estar vigente todavía es algo que solo el Señor ha logrado porque mantiene fuerte mi garganta, eso es lo primero. Después viene el amor con el que yo hago las cosas, eso se me nota. En temas de interpretación lo hago con el alma para expresarle al público lo que el autor de las canciones quiso plasmar con su música”, agregó.
De suma importancia es la versatilidad de su voz que la hace cantar tanto un bolerazo de los más románticos hasta un merengue lleno de sabor o un chachacá bailable.
Cercana a la gente
Otra de las características de Sandra es el apego que siente su público por ella. Es una relación que se ha cosechado a lo largo de los años en la cual imperan el cariño y la cercanía.
¿Cómo se logra? Primero por su intimidad en escena, escucharla cantar es viajar por el recuerdo y por el romanticismo. Sandra fue propietaria del recordado Momentos (que estuvo en el Centro Comercial El Pueblo durante 20 años), allí cantaba, atendía a los clientes, contaba chistes y animaba las noches.
Años después pasó por otros escenarios como el salón Kamakiri y el hotel San José Palacio para retomar Sandra y sus momentos, espacio donde se convertiría en una de las pioneras del karaoke en nuestro país. Ella cantaba y acompañaba a los clientes para que se animaran a subir a tarima e interpretar grandes éxitos de la música.
“Si hago un repaso de mi carrera lo que más agradezco es el cariño de la gente. Si hubiese podido comprar la experiencia lo hubiera hecho, pero me la he ganado con los años y las vivencias que he tenido, soy una mujer agradecida con Dios. Yo sí que me gano la plata con el sudor de la lengua, así que si volviera a nacer me gustaría hacer lo mismo de nuevo, de nada me arrepiento”, explicó la cantante sobre sus logros.
Justamente es por esas razones que Sandra desea festejar por todo lo alto un año más de vida artística con quienes la quieren tanto. Si desea contactarla y sumarse a la celebración, puede llamarla al teléfono 8392-6637.