Se llama Sanz, sin aspavientos, directo. El título del doceavo disco de Alejandro Sanz es más que sencillo, pero encierra una reflexión profunda sobre sí mismo y sobre su música. Es que la verdad no era necesario titular el disco con nombres extravagantes, porque para el artista, de 52 años, lo más importante es lo que está dentro de la producción.
Las primeras pinceladas de Sanz las dio el madrileño en octubre, cuando publicó los sencillos Bio y Mares de miel. Las canciones, muy disímiles entre sí, dieron una muestra de lo ecléctico que sería el nuevo álbum. Una es, como lo dice su nombre, una autobiografía en la que el cantautor declama sobre su vida, sus aspiraciones y sus miedos; la otra, en cambio, es una oda romántica, de esas que al artista español le gustan tanto.
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Sanz aprovechó bien el tiempo pandémico para hacer su disco con calma, como él quería. Pese a las nuevas maneras de hacer música, debido a las restricciones sanitarias, aprovechó la tecnología para que el sonido orquestal que le dio al álbum quedara a la altura.
Sobre Sanz, disco que se estrena este viernes 10 de diciembre, Alejandro habló con Viva vía Zoom.
-Llama mucho la atención el título del disco, ¿qué quiere reflejar en el nombre?
La gente pensará que no pienso nada en el título del disco y que recurro a lo más fácil, pero detrás de eso hay una reflexión profunda. Es decir, quiero mostrar lo que soy de una forma sencilla y que no se pierda en el título. En este caso, el título es un accesorio pues me parece más importante lo que hay dentro. Para resumirlo, no puedo ser más yo que esto que estoy mostrando en el disco.
-El disco es un repaso, una biografía, es introspectivo. Al ser humano le cuesta mucho abrirse, ¿por qué esa necesidad de mostrarse?
-Esa es la herramienta que tenemos los tímidos para protegernos. No es que todo sea autobiográfico, pero musicalmente sí, el sonido es muy yo; es un sonido que he ido construyendo durante muchos años, eso es lo que pretendía mostrar. Obviamente hay cosas como Bio que es una biografía clarísima, es una declaración de intenciones; pero en el disco hay muchas formas de expresarme, mucho de mis valores dentro de las canciones que hago.
-Hablando de los sonidos, el disco viene con acústicos, flamenco y arreglos orquestales que es algo muy grande. ¿Musicalmente qué es lo que nos presenta Sanz?
-Lo has dicho muy bien, es grande. Quería que sonara como los discos que se hacían antes, cuando tenías todo el tiempo para poder invertirlo en ese disco. Hay sonidos de cuerdas y acústicos pero también sonidos electrónicos, coros y mucha guitarra, creo que de todo lo que he necesitado para transmitir lo que quería, porque poner las cosas por ponerlas, pues no. Es conseguir que todo suene como tú quieres, eso es lo complicado.
-¿Cómo fue la producción en pandemia?
-Eso lo tuvimos que grabar a distancia, ya que la orquesta estaba en Bratislava (Eslovaquia). Entonces hay un sistema con el que puedes grabar en tiempo real y no hay delay, puedes grabar y dar indicaciones. Es verdad que no puedes meter a 50 músicos en una sala, por lo menos no en Bratislava, pero aquí sí estuvimos trabajando más o menos juntos, con las medidas lógicas. Pero no ha sido muy diferente de otro periodo, más que he tenido mucho tiempo, y así es como se hacían los discos hace 15 años, cuando les podías dedicar al menos un año.
-¿Con más tiempo hay más beneficios?
-Sí, más que nada porque tenía que estar aquí y la única forma de amortizar el tiempo era dedicarlo a algo constructivo, dedicarlo al disco.
-¿Líricamente qué viene en el álbum?
-Hay varias temáticas, cada una de las canciones es una cosa, una emoción, un estado de ánimo. No hay una temática común, solo que estoy contando cosas desde mi punto de vista y de una forma totalmente subjetiva. No sé si revelar mucho, prefiero que escuchen el disco.
-¿Qué tan importante es esa subjetividad? ¿Qué trampas se pueden hacer a partir de ella?
En la música hay muchas trampillas que se pueden hacer, pero cuando ya las conoces todas pues te aburren un poco. Es mucho mejor tratar de hacer lo contrario, intentar hacerlo más complicado y ver hasta dónde llega la comprensión de uno mismo y hasta dónde puedes estirar tus límites, a dónde quieres llegar con la música.
-Hablamos desde un título minimalista pero cuya producción contiene arreglos orquestales, ¿por qué jugar con todo esto?
-¿Por qué no? Se puede. Es que en eso consiste un poco, en sorprenderte a tí mismo, intentar jugar con esto que tengo, que es la suerte de dedicarme al trabajo que más me gusta en el mundo. Tengo que devolver con alegría lo que la música me ofrece, tengo que atreverme a hacer cosas diferentes, a no estar dentro de lo establecido. Ese es uno de los grandes regalos y yo se lo devuelvo a la música con la misma alegría que me lo da.
-A estas alturas de su carrera, ¿qué lo sigue sorprendiendo para escribir, para producir?
-La música nunca te deja de sorprender. Son muchos siglos haciendo música con las mismas notas. Han pasado muchos artistas, muchos compositores y ahí seguimos sorprendiéndonos, aclarando siempre las dudas, acompañándonos a todos los sitios. Eso es lo divertido de dedicarte a esto.
-Bio y Mares de miel son sencillos muy diferentes; el primero es un reflejo, es abrir el alma. ¿Fue difícil para alguien tan tímido expresarse de esta manera?
-Hubo su complicación porque hay que mostrarse muy desnudo. Sin embargo, una vez que te metes en lo que estás diciendo, es incluso un poco liberador.
-El video de Mares de miel muestra un camino recorrido, acompañado, que cambia…¿qué representa este video si es una canción romántica?
-Es la vida misma, ¿no?. Es el camino que vamos haciendo con la gente que nos encontramos, cómo vamos cambiando, cómo muchas cosas son envoltorios y al final del camino estás tú y todo lo que has recorrido.
-Para el disco hizo autorretratos, ¿por qué hacerlos? ¿qué significan?
-Creo que es redundar sobre la misma idea de la autobiografía, mostrar lo que uno es. Pensamos esta idea de mostrarnos así y que cada una de las portadas reflejara cada uno de esos caminos.
-¿Qué tal el trabajo con la cámara fotográfica?
-No ha salido mal, ¿no?.
-Costa Rica lo está esperando hace mucho pero la pandemia nos ha alejado. ¿Qué le dice al público que está aguardando por usted?
-Vamos a ir en cuanto se pueda, estamos deseando ir. Cuando vayamos va a ser una doble celebración porque por un lado va a estar la música y, por otro, saber que hemos llegado al final de un periodo muy oscuro. Les mando mi cariño y todo mi amor, saben que les tengo mucho cariño. Ojalá que nos podamos ver muy pronto.