Fue uno de los más importantes raperos de la historia, y hasta hoy es recordado como un motor de la cultura del hip-hop y como una de las más grandes inspiraciones para sus integrantes actuales.
Christopher Wallace, mejor conocido por su alias The Notorious B.I.G. o por su apodo Biggie Smalls, murió el 9 de marzo de 1994, a sus 24 años. Ayer se cumplieron 18 años desde que el mundo perdió su voz y se tuvo que aferrar al recuerdo de sus discos.
Esa noche, Biggie venía saliendo de una fiesta cuando su chofer paró en un semáforo y un carro se acercó. La ventana bajó y un tipo –cuya identidad permanece en misterio– disparó cuatro balazos al rapero. Fue el fin.
Wallace apenas empezaba a promocionar Life After Death, su segundo álbum, luego del apabullante éxito de su debut, Ready to Die. En Estados Unidos, era considerado uno de los raperos más famosos de la época, al igual que Tupac Shakur, su némesis, quien había muerto un año antes.
Naturalmente, después de su fallecimiento, su estatus de leyenda se elevó. En el 2002, fue denominado el mejor artista de hip-hop de la historia por la revista The Source, y en el 2003 por XXL.
En el 2009, la película Notorious retrató su vida, desde su juventud como traficante de drogas hasta su éxito en la industria del entretenimiento.