En mayo del 2014, en una actividad para fomentar el empoderamiento juvenil, Selena Gómez recitó su verdad, sin temor al qué dirán. “Estoy rodeada de personas que se supone que deberían guiarme; algunos lo han hecho y otros no. Me presionan. Hay tanta presión. Tienes que ser sexi, tienes que ser linda, tienes que ser buena, tienes que ser todo esto...”, alegó.
“Me dicen qué ponerme, cómo debo verme, qué debería de decir, cómo debería ser”, siguió. “Hasta hace poco, había cedido ante esta presión. Había perdido de vista quién era yo. Escuché las opiniones de esta gente y traté de cambiar lo que soy, porque pensé que otros me aceptarían por ello, pero me di cuenta de que no sé cómo ser alguien excepto yo misma”.
La emoción no solo residía en las palabras, sino en su presencia. Fue un instante de reafirmación: era el despojo de energías externas en pro de su identidad, que no le pertenecía a nadie más. Un año antes había salido Stars Dance, disco debut como solista de la artista estadounidense de raíces mexicanas. Su madre había dejado de ser su mánager. Su disquera ya no era Disney. Su salud era tema público tras el anuncio de su ingreso a rehabilitación.
Gómez estaba a punto de cumplir 22 años (hoy tiene 23) y su muda de piel era evidente desde donde se analizara. Muchas de sus colegas ya habían pasado la etapa de demostrar que ya no eran niñas, sino mujeres, pero ella aún no se había despojado de la imagen infantil inevitablemente asociada a las estrellas que se hacen mundialmente famosas antes de tan terminar la escuela.
“Este es mi momento. Me merecía esto. Me lo gané. Esta soy yo”, dice ahora, en la portada de octubre de la revista Billboard, donde esta semana se coronó por segunda vez con un disco que debuta en el primer puesto de ventas. Revival, su segundo disco como solista, lanzado el 9 de octubre, movió 117.000 copias durante su primera semana a la venta.
Con letra y música divorciadas de su concepción pasada, Selena Gómez presenta un combo de 11 canciones atrevidas y elegantes que, al igual que el primer sencillo Good for You, son capaces de matar dos pájaros de un tiro: asegurarse popularidad y reivindicar la calidad de su música.
Metamorfosis. Revival comienza con una pieza del mismo nombre que resume toda la expresión ideológica y estética del disco en sus primeros 30 segundos, cuando con un sutil sintetizador de fondo Gómez se acerca al micrófono y, sin cantar, dice: “Me sumerjo en el futuro, pero estoy cegada por el Sol. Renazco en cada momento, así que quién sabe en qué me convertiré”.
En dos oraciones, deja clara su urgencia por un resurgimiento, a pesar de tener 23 años. Con una carrera en el entretenimiento que arrancó en el 2002 y otros cuatro discos a su nombre como antecedentes, además de haber crecido frente al ojo público, su necesidad es más que comprensible.
Con beats de EDM (o electronic dance music) y todos los caballos de fuerza del pop moderno (37 productores y escritores colaboraron en el disco, entre ellos los inigualables Benny Blanco y Max Martin), la canción sirve la mesa para los casi 40 minutos de material, en el cual las texturas sonoras son similares y se genera una cohesión deseada en un sólido álbum de pop.
“Sé cuál es la percepción de mi música. Existe esta idea equivocada de la ‘estrella infantil’: que no toma sus propias decisiones, que no tienen su propia identidad. Ahora más que nunca, quiero reclamar todas las decisiones que he tomado”, manifestó Gómez en una entrevista con Elle.
La artista habla de su música; de su carrera. Al hacer eso, inevitablemente conversa también acerca de su vida personal, la cual no ha hallado intimidad desde que ella tenía 10 años.
Ejemplos de esto sobran: Tras una relación intermitente de tres años con Justin Bieber, su ruptura con el ídolo pop le costó más cara a ella que a él, y aguantó en silencio todo cuestionamiento que de ella se formulara. Después de eso, cuando se anunció que ingresó a una clínica de rehabilitación el año pasado, los tabloides buscaron cómo confirmar una adicción a las drogas, antes de que revelara que la razón por la que se internó era para tratar la enfermedad crónica de lupus. Los medios nunca se disculparon.
Cargando todo esto y más, Selena se internó en el estudio de grabación en diciembre. “Mientras estaba trabajando, había como una lucha libre en la que la gente parecía decir: ‘Metámosla en cualquier tabloide y explotemos todo lo que sea verdadero o falso. Todo era falso. Desde estar embarazada hasta estar fuera de control. No es como que me puedo esconder, de todas formas. Todos pueden ver mi vida”, dijo a Elle.
Eventualmente, la lucidez llegó: “Es mi trabajo asegurarme de que mi obra eclipse el ruido”, pensó. Y, tal como lo describe la revista Rolling Stone, eso fue lo que hizo en Revival: “Este es el sonido de una artista pop recientemente empoderada, que crece hacia sus fortalezas como nunca antes”.
Curso. Antes de sus dos discos como solista, la artista entró a la música con la banda Selena Gómez and the Scene, con la cual publicó tres discos entre el 2009 y el 2011. Empezando su carrera a los 17 años, Gómez mostró su faceta más juvenil, inmadura y rebelde, que, comparada con el material que este año lanzó, parece de otra persona completamente.
Su arte estaba en construcción, podría decirse. La música fue su camino luego de la televisión, medio en el que se dio a conocer en el 2002, gracias a la serie Barney and Friends, donde compartió con Demi Lovato, otra niña que llegó temprano a la tevé.
Tras mudarse a California con su madre (quien la tuvo a los 16 años y tuvo hasta tres trabajos para mantenerla), Gómez debutó en Disney Channel con apariciones en los programas The Suite Life of Zack & Cody y Hannah Montana, antes de convertirse en la protagonista de Wizards of Waverly Place, programa con el que alcanzó fama mundial. Su estadía en el canal duró cuatro años, antes de tomar otros rumbos.
Siempre bajo el ala de Disney, pero ahora concentrada en la música, lanzó su primera canción en el 2009. Un año después empezó a actuar en películas, pero sus papeles más definitivos tardarían en llegar. Hotel Transylvania, Spring Breakers y Getaway fueron tres de sus cintas del 2013 que calaron entre el gran público.
En los próximos meses se preparará para los estrenos de cintas como The Big Short, In Dubious Battle y The Revised Fundamentals of Caregiving, con los que su carrera en el cine no perderá relevancia. No obstante, para conocer a la verdadera Selena Gómez, vale la pena escuchar Revival.