Soda Stereo narra el camino para crear su show junto al Circo del Sol

El 17 de octubre, Primo Entertainment oficializó en una conferencia de prensa lo que semanas antes era el sueño de muchos: El Circo del Sol y el grupo de rock Soda Stereo unirían fuerzas en suelo costarricense en febrero.

El anuncio fue escueto. No sabíamos fechas, no sabíamos precios; solamente se sabía que el Circo del Sol regresaría a Hacienda Espinal en febrero, y que los precios serían más asequibles que en los anteriores espectáculos.

Sin embargo, a pesar de que no había mucha información disponible, en una conferencia de prensa estuvieron Diego Sáenz, productor ejecutivo del show; Daniel Kon, mánager de Soda Stereo, y los dos integrantes sobrevivientes del grupo, el bajista Zeta Bosio y el baterista Charly Alberti.

Su presencia no era gratuita. Ellos venían a contar cómo el legado de la banda más grande de Latinoamérica iba a tomar una nueva forma.

Siempre celebrando el poder de la creación y la creatividad del grupo, el espectáculo que vinieron a presentar se titula Sép7imo día – No descansaré, como ese momento bíblico en el que toca echarse para atrás y observar la creación.

Se espera que el espectáculo sea un híbrido entre la música de Soda Stereo y todo el talento artístico que siempre ofrece el Circo del Sol con cada parada. Las 14 funciones confirmadas empiezan del 14 de febrero y terminarán el 25 de ese mismo mes; sin embargo, aún no se conoce información de los boletos.

De todos modos, es claro que el espectáculo tiene la bendición de los miembros sobrevivientes del grupo.

“Creo que es un híbrido, un espectáculo que se sostiene por sí solo y que le va a gustar tanto a la gente que ha seguido la carrera de Soda como a las personas que conocen la calidad del Circo del Sol”, explicó Charly Alberti, de Soda Stereo.

Él, junto a su compañero Zeta Bosio, se involucraron directamente en la producción del show con la bendición y respaldo de la familia de Gustavo Cerati. El espectáculo estaba apenas en etapa de gestación cuando el mundo se enteró de la muerte de Cerati, quien liderara la banda por 10 años y fuera su principal vocalista.

La historia de cómo este ambicioso show llegó a suceder reúne una serie de momentos que le hicieron saber a todo el equipo que estaba en el camino correcto y momentos que les hicieron recordar a los fanáticos de Soda que el legado del grupo está más vivo que nunca.

Una locura

Diego Sáenz, CEO de la promotora PopArt y –organizadora de los últimos shows de Soda Stereo en el 2007– y el mánager de Soda Stereo, Daniel Kon, querían devolverle a sus fanáticos una posibilidad de reconectarse con el grupo.

“Cuando Gustavo cayó en coma se hicieron muchos tributos (...). Ya se había manejado la posibilidad de hacer una película, un show de televisión, algo diferente pero ninguna idea terminaba de convencernos”, explicó Daniel Kon en conferencia de prensa.

Zeta Bosio y Charly Alberti querían sumarse a alguna especie de homenaje para revivir esos momentos y tener una excusa para reencontrarse.

Sin embargo, la idea de Kon y Sáenz de ligar a Soda Stereo con una de las empresas de entretenimiento más grandes en el mundo, sonaba descabellado en aquel momento. “Cuando el mánager y el director ejecutivo nos dijeron que querían hacer un show con el circo de los horrores dijimos: ‘bueno que les vaya bien’”, contó Charly, en la conferencia de prensa.

Kon y Sáenz viajaron a mediados del 2014 a Montreal, Canadá, donde se encuentran las oficinas principales del Circo del Sol. Allí se dio un exitoso primer acercamiento.

“Cuando ellos regresaron quedamos muy emocionados por la posibilidad y agendamos de inmediato una reunión para ir Zeta y yo a Canadá”, señaló Charly Alberti.

Días antes de que los músicos viajarán a Canadá, en setiembre del 2014, trascendió la noticia de la muerte de Gustavo Cerati. Era un momento complicado para tomar un avión y pensar en Soda Stereo.

“Nos lo pensamos; no teníamos idea de qué hacer por la familia de Gustavo, que estaba al tanto de todo lo que estaba pasando. Nos dijeron que fuéramos... que no debíamos desaprovechar la oportunidad”, explicó Charly, con voz pausada.

Hoy, el espectáculo es considerado una gira histórica. No solo es la primera vez que el Circo del Sol colabora con un grupo musical latinoamericano, sino que también es la primera vez que el Circo del Sol plantea un show en el que sus espectadores pueden estar de pie; incluso, en países como Chile, esa localidad es la más cara.

Ése es uno de las tantos rincones en la producción en los que se hace notar la mano del grupo, sin que el Circo del Sol haya quedado en segundo plano.

Armonía

¿Cómo lograr la armonía entre el rock y el circo? Esa pregunta surgió varias veces en el proceso. Es la primera vez que el Circo del Sol trabajaría en un espectáculo basado en la música de un grupo en vivo.

En la primera reunión, como si se tratara de un cuestionario vocacional para medir la compatibilidad, los miembros de Soda Stereo se reunieron con Michel Laprise, del Circo del Sol, y le propusieron escoger 20 canciones junto a su equipo.

“Zeta y yo nos juntamos a hacer nuestra lista y ellos la suya. Cuando nos respondieron (en correo electrónico) nos dimos cuenta de que habíamos coincidido en el 90% de las canciones.

”Eso ya marcó una forma de trabajo, una relación en la forma de pensar. A partir de ahí fue un proceso largo, pero lleno de consulta: teníamos llamadas semanales pero siempre Zeta y yo decidíamos qué se iba a hacer con la música”, detalló el baterista. Pronto viajaron a Las Vegas para ver los otros espectáculos musicales del circo.

“Notamos que había veces en el que el show daba mucha energía, pero al estar la gente sentada, sentía que no podía hacer eso y no queríamos limitar al público. Sabíamos que el público latino quería moverse”, señaló Zeta Bosio.

Así, se propuso que hubiera un área de pie. El nombre del show fue otra parte importante de esa relación armoniosa.

“Fue de los últimos en proponerse, pero creo que, sin caer en un lugar común, resume que Soda siempre estuvo al servicio de la creación”, comentó Alberti.

Un mundo posible

Zeta Bosio y Charly Alberti no interpretan sus instrumentos durante el espectáculo; sin embargo, visitan los países en los que el espectáculo se ha estrenado, como si quisieran decir: “sí, este es nuestro espectáculo”.

“Vale la pena ver Sép7imo día – No descansaré más allá de si hay fervor excesivo por las creaciones la Cerati y compañía”, expresó la periodista chilena Alondra Barrios, en una reseña del espectáculo en Santiago.

“Para quienes poco y nada han escuchado la música de los argentinos, este número se posiciona como un excelente resumen visual y sonoro de lo que fue la carrera de Soda Stereo”, agregó.

La música de Soda Stereo inunda el espectáculo, pero no solo los fanáticos lo podrán disfrutar; eso lo aseguran los estándares de calidad del circo, con acróbatas y saltimbanquis de primera.

La escenografía terminará de hacer del espectáculo un verdadero híbrido: durante Hombre al agua, por ejemplo, un guitarrista y una sirena comparten lugar en una enorme pecera.

“Lo que prevalece en Sép7imo día es una sucesión de golpes de efecto, himnos pop imbatibles, coreografías y destrezas acrobáticas. No hay una narración demasiado consistente, ni un concepto del todo claro”, escribió Pablo Plotkin, en su reseña para The New York Times. Esto puede deberse, en parte, a que las canciones de Soda no tienen personajes definidos.

En ese momento de las metáforas, la ciencia ficción y lo místico es en donde se desarrolla Sép7imo día – No descansaré. Es un mundo imposible que solo podía surgir de las ideas y deseos de tres pibes que se encontraron en Argentina y la compañía canadiense que quiso llevar a otro plano sus obras.

Sonaba como algo imposible vivir de nuevo la energía de Soda en un espectáculo, pero ese sueño será posible en febrero.