Sonámbulo lo tiene claro. Hacer música es catarsis y hacer música es lo que hace unos meses salvó al grupo de la desaparición. “Estábamos en un letargo, faltaba la creación”, explica David Cuenca, vocalista y guitarrista en una entrevista.
Desde que su hermano Daniel tuvo que retirarse de los escenarios por una compleja enfermedad, Daniel ha tomado el rol de vocalista principal. Roberto Román, el Cuba, también salió del grupo en el 2016 y eso dejó a la banda sin sus figuras principales.
“Es una posición muy complicada, ¿cómo sigue un grupo sin sus vocalistas? ¿Qué identidad puede tomar después de eso?”, señaló Rafa Vargas, percusionista del grupo.
Después de meses de trabajo Sonámbulo regresa esta semana con nueva música. Estrenarán el video de Afrujo, el primer sencillo del álbum Domitila y su jardín.
Las cinco canciones del álbum conforman “un cuento africano” –como le llama David Cuenca– sobre una mujer que pasa de un proceso de transformación, de un letargo a recuperar el asombro en el mundo.
El proceso es similar al que pasó la banda para llegar hasta ahora, cuando ya están por terminar el álbum en el estudio.
Durante casi 12 años, Sonábulo ha sido una de las bandas nacionales más queridas por el público gracias a su contagioso y bailable música psicotropical.
La creación de Domitila y su jardín los vio tomando una ruta diferente a la de los discos A puro peluche (2007) y Psicosonorama (2014).
“Tenemos otros miembros, y hemos tocado mucho, era lógico que el grupo iba a cambiar”, señaló David Cuenca.
“Ahora, sin Manu no tenemos tanto teclado, pero no se ha perdido la psicodelia del grupo”, agregó Rafa Vargas.
Una buena parte de este disco continúa siendo una fusión de ritmos bailables del Caribe y África, pero otros segmentos son más lentos y reflejan el letargo en el que estuvo el grupo.
El álbum no saldrá hasta el mes de julio, así que la siguiente oportunidad para escuchar estas canciones será esta sábado 2 de junio en el bar Jaulares de Alajuela.
La entrada al concierto cuesta ¢5.000 e incluye una bebida. La presentación iniciará a las 9 p.m.
En el concierto se estrenará el video Afrujo (dirigido por Jonny Thomas), el primer vistazo que podrá tener el público del proceso que el grupo ha vivido.
Para elaborar estas nuevas canciones, la banda debió hacerse las preguntas difíciles, esas que deben hacerse sus fanáticos: ¿cómo suena un grupo cuya alineación cambió tanto?
La influencia de Daniel
El proceso de Domitila y su jardín, requirió silencio, reflexión y sí, reunirse a hacer mucha música, en todas las combinacines posibles.
Durante una extensa gira en la que celebraron los diez años del grupo (incluido un concierto de cuatro horas en Jaulares y un concierto a oscuras en Jazz Café Escazú, el grupo se pulió musicalmente.
“Cuando entré yo, se me pidió cierto nivel, y creo que eso hizo que todo el mundo se pusiera las pilas a prepararse y dar lo mejor”, dijo Rafa Vargas.
El grupo hizo largas sesiones de improvisación todos juntos, los vientos (saxofones y trompeta) se reunieron a idear melodías y David Cuenca compuso en casa.
En esas condiciones surgieron algunos “esqueletos” para canciones. El tema más importante fue Domitila y su jardín, primero porque fue compuesta por Daniel Cuenca, con la ayuda de David.
“Él tuvo la idea de hacer una clave, un ritmo nuevo. Es un danzón pero en (métrica de) cinco, se basa en ritmos populares pero con una nueva métrica”, explicó David.
Por su enfermedad, Daniel no puede cantar ni tocar, y rara vez sale de la casa en Atenas en la que ha estado en los últimos años.
Por eso, quedó en David calzar la letra y el ritmo según las indicaciones de su hermano mayor.
“Fue hasta que llegué al estudio que logré entender la canción. La grabé con la ayuda de Rafa y una vez que lo comprendí no pude dejar de armar las canciones con ese ritmo, todo cambió”, comentó David Cuenca.
Domitila y su jardín es el primer álbum que se graba sin Daniel Cuenca en el estudio, pero su huella fue fundamental.
“La canción Domitila fue la que catalizó todo el cuento. Para mí fue muy satisfactorio componer con mi hermano; a pesar de que no puede moverse, él sigue creando y nos ha ayuda a dirigir el sonido del disco”, contó David Cuenca.
Más que un disco, un cuento
Los miembros de Sonámbulo quieren hacer más música, más seguido. Un álbum cada ocho meses, dice Rafa Vargas. Un álbum cada seis, dice David Cuenca.
Ambos coinciden en que, de ahora en adelante, los lanzamientos serán más cortos, por cuestines de presupuesto, pero también para contar un cuento en cada una de sus producciones, que cada álbum de ahora en adelante tenga una historia.
Domitila y su jardín es el primer cuento-disco que hace Sonámbulo. Rafa Vargas nos contó la historia de este primer esfuerzo.
“Domitila está triste en su casa y la gente del barrio se reúnen, van y la buscan, hacen una hoguera para una ceremonia y en una caldera hacen el afrujo, un brebaje especial.
”Todos toman del brebaje y ahí empieza el fiestón, el momento que representa la canción Esponjosis. Después de la fiesta Domitila queda sola en su casa, empieza el proceso de curación y se da cuenta del universo que tiene en su jardín”, contó Rafa Vargas, percusionista.
El concepto del álbum, explica Vargas, también resalta la energía, en un momento en el que la discriminación y la violencia contra la mujer demanda atención.
Maria Laura Castro, de Un Rojo, contribuyó con los coros y ayudó a terminar de redondear las ideas que el grupo quería transmitir.
“Yo creo que la energía femenina es creación, es origen y eso es algo quehemos querido celebrar”, dijo David Cuenca.
Cuenca revela menos del concepto del disco, pero sí está seguro de que refleja los cambios que experimentó el grupo.
“Una vez nos reunimos a decidir qué iba a pasar con el grupo y yo estaba seguro que ese día iba a desaparecer.
”Al final, todos quisimos continuar y de ahí salió la frase ‘se prendió la hoguera’, que quedó en el coro de una canción”, explicó Cuenca.
Afrujo, la canción del video, surgió de un viaje a Térraba, casa del pueblo indígena Broran, en la que Cuenca, al frente de una catarata recibió inspiración. “Me llegó completa la letra y la música”, dijo.
“A mí no me gusta dar interpertaciones de las canciones, sino que lagente se forme su idea. Así pasó con el video, hablamos con Jonny sobre lo que había pasado y nuestra idea y él interpretó, creo que así es mejor”, explicó Cuenca.
Algo más allá
En el Anfiteatro Coca-Cola de Parque viva, durante el Festival Epicentro (22 de abril) fue en donde Sonámbulo estrenó en el escenario las canciones de Domitila y su jardín.
Después de 30 minutos de clásicos de Sonámbulo, unas 1.500 personas escucharon un conjunto de canciones más tranquilas y más oscuras que, poco a poco, evolucionaban a ritmos bailables.
“Fue extraño ver a la gente de pie y quieta”, dijo Rafa Vargas.
Para David Cuenca, al música nueva del grupo tiene enseñanzas que aplican al mundo terrenal, pero que también van “más allá, son movimientos que ocurren en el cosmos”.
A semanas de que se publique su nuevo disco, en Sonámbulo no hay miedo de sorprender o cambiarle las reglas del juego a su público, sino todo lo contrario.
“Es emocionante ver cómo reaccionan a la nueva música”, apuntó Vargas.
“Con el disco pasado había canciones que la gente no entendía, como El último bikitin. Pero ahora empezamos un concierto con esa y todo el mundo baila. Esto se trata de seguir empujando la definición de qué es Sonámbulo”, finalizó.