Orgullosa de sus raíces, mujer, negra, caribeña y con una versatilidad digna de admirar, así es como la limonense Stephie Davis irrumpió en la escena musical costarricense. Todas estas características las reunió y las presentó en su más reciente disco corto titulado Kween, producción que destacó en los recientes premios ACAM como el mejor álbum reggae roots.
Davis se muestra así, orgullosa por todos los costados, y comparte con el resto de Costa Rica el sabor caribeño en una compilación de canciones que además de presentar sabrosas fusiones de géneros como el dancehall, el roots, el afrobeat y el R&B, también están compuestas por letras llenas de amor, positivismo y, de nuevo, mensajes de orgullo.
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Stephie, de 35 años y oriunda de Limón centro, nació en un hogar lleno de música. Desde muy pequeña demostró su talento para el canto y conforme creció fue encontrando su pasión por el arte. En su juventud formó un grupo con una prima y una amiga, pero fue en el 2016 cuando decidió emprender como solista y de ahí nació su primera producción titulada Love vs. Me.
“A mí me cuesta mucho explicar cuando me preguntan qué tipo de música hago porque no hay un género en el que pueda englobarla. El reggae es la base, pero también me gusta jugar con el hip-hop, el R&B, la soca...todos los sonidos caribeños me gusta mezclarlos para que suenen de una manera particular. No me gusta encasillarme porque si eso pasa creo que el artista se encierra y pierde la magia de evolucionar”, explicó sobre su estilo.
Con respecto al sabor caribeño costarricense, Stephie defiende al máximo la calidad y la originalidad de estos sonidos en nuestro país. Afirma que no son copias, que la evolución de los géneros caribeños ticos son el resultado de cientos de años de historia y de herencia cultural, una herencia de la que se siente afortunada de pertenecer.
“En Costa Rica se escucha mucho reggae, pero se cree que son sonidos copiados de los jamaiquinos, que no son propios. Pero el Caribe le ha dado una gran riqueza cultural al país: el calipso, la soca, el reggae dancehall, el roots, son parte de nuestra cultura, no son copias porque nosotros los limonenses somos descendientes de jamaiquinos y tenemos nuestra memoria, nuestra historia. Además, tenemos la bendición de hablar dos idiomas como el español y el creole y cargamos con la herencia latina y la caribeña, es una combinación especial y única”, explicó.
Un canto a la vida y al empoderamiento
Stephie le canta al amor, por supuesto, pero sus letras también giran en torno al empoderamiento femenino, especialmente al de la mujer afrocostarricense. También le dedica su inspiración a la vida por medio de mensajes positivos.
En un interlude en su disco se oyen voces de mujeres explicando qué es el Black Girl Magic. “Es perseverancia”, “Es fuerza”, “Es belleza, seguridad, arte”, “Es sabor”, “Es empoderamiento”, “Es actitud”, “Es elegancia, es esencia”...
“Lo que busco es que cuando una persona escuche mi música se pueda relacionar con ella. Las letras de mis canciones tratan de temas muy diferentes porque quiero que la gente cuando las escuche se identifique y diga yo pasé por eso y me empodero. Quiero que mi música sirva para ser escuchada en situaciones difíciles y que diga algo para que los demás se sientan bien”, comentó la artista.
“Hungry (su último sencillo), por ejemplo es una canción que quiero escuchar todas las mañanas para sentir que lo que mi corazón anhela lo puedo alcanzar. Me gusta escuchar una canción en la que damos gracias porque podemos estar tranquilos aunque la vida no es fácil siempre, pero tenemos la convicción de que hay caminos para seguir adelante y la gratitud abre puertas. En el disco hay canciones de amor y de desamor porque todos pasamos por esas fases de la vida. La música es real”, agregó.
En esta producción Stephie contó con la colaboración de amigos y colegas que le sumaron sus experiencias y talentos a la producción. Desde el productor Kingstar, quien fue el encargado de los beats, la grabación, mezcla y masterización del álbum, hasta cantantes que la acompañaron en algunos temas como lo fueron Huba Watson en Fiesta, MC Robinson en Damos gracias, Moisés Marsh y Shun Hidalgo en Numba One.
“Las colaboraciones siempre son importantes. En países como Colombia o Puerto Rico, que son exportadores de artistas por montones, una de las características es que siempre hay colaboraciones entre artistas, ellos se unen para que todos crezcan. En nuestro país se está dando y estamos entendiendo que unirnos para apoyarnos entre todos es crecimiento. Estoy realmente agradecida con los artistas que se sumaron a Kween, me llena de alegría que hayan sacado su energía, su tiempo y arte para ayudarme”, dijo Davis. Con respecto al premio que recibió de ACAM, que este año tuvo la particularidad de que los artistas inscritos a la asociación votaron por sus producciones favoritas, la artista afirmó que el reconocimiento de los colegas significa mucho para su carrera.
“Todo el disco fluyó muy bien desde el principio. Lo estrené en el 2019 en el mes de la afrodescendencia y para mí tenía un significado muy especial, así que el premio reafirma que cuando uno hace lo que ama va en el camino correcto”, concluyó la artista.