Tenía 20 años cuando, sola, le escribió a un crítico que era “vil, mentiroso, patético y solo en la vida”.
La vieja Taylor empuñaba el banjo para agarrarse con el bloguero Bob Lefsetz quien, tras verla en los Grammy del 2010, escribió que “todos saben que Taylor Swift no sabe cantar” .
“Algún día, voy a vivir en una vieja gran ciudad, y tú todo lo que vas a ser es vil”, meses después, la cantante lo desafiaba en el pegajoso coro de su sencillo Mean (en español, “vil”).
El desplante llegó a conseguirle dos premios Grammy a la mejor canción country y a la mejor interpretación de country solista, en el 2012.
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Para ese momento, la canción se había convertido en un himno contra el bullying, más allá de las intenciones originales de su compositora.
“Las cosas que dijo este tipo sobre mí, me sorprendieron y me derribaron. Yo no tengo el pellejo grueso. Odio leer críticas. Nunca superas realmente que las cosas te hieren”, dijo Swift al programa estadounidense 60 Minutes.
Es el 2017, y, ahora, la artista tiene 27 años.
Reputation, su sexto disco, salió a la venta el 10 de noviembre en Estados Unidos y no tardó siquiera una semana en convertirse en el disco más vendido del año (en segundo lugar está el británico Ed Sheeran). En Latinoamérica quedará por verse porque llegará a las tiendas hasta el mes de diciembre.
Entre otros récords de métricas, Time la numera como una de sus posibilidades para su edición de “persona del año” junto a políticos y activistas.
Han pasado tres años desde que Taylor Swift le volteó la cara al country y se comprometió con el pop del sintetizador.
El sonido fue estrenado con discreción en las piezas de su último disco 1989, y, en Reputation, sus tres productores lo manipulan de forma irreconocible hasta para la percusión.
No hay banjo en sus nuevas 15 canciones.
Su vieja guitarra aparece en unos videos de celular que la cantante grabó mientras componía el disco y en los que ella misma aparece cantando sin pulir (tras la venta del disco los videos se convirtieron en la serie web The Making of a Song en su propio canal de DirecTV).
La única pieza instrumental de Reputation es una balada de piano, al final del disco, y que fue presentada como su cuarto sencillo a las radios estadounidenses de música country.
Pese a esa complacencia, la “vieja Taylor” está, en sus propias palabras, “muerta”.
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Lo cual no significa que Swift haya enterrado sus antiguos resentimientos sino que, aparentemente, se está deshaciendo de su propia inocencia.
“ Por eso es que no podemos tener cosas bonitas: por que las rompiste y me las tuve que llevar. ¿No pensaste que iba a oír todas las cosas que dijiste de mí?”, dice entre los golpes de This is Why We Can’t Have Nice Things.
Personal y pop
Hace ocho años, Taylor Swift no era ninguna amenaza musical.
Sus primeras seguidoras fueron las adolescentes románticas, tal y como lo era ella misma durante las giras de sus primeros dos discos.
“Swift parece que tiene tres marchas: risueña y tonta; preocupada por los chicos y por verter esas emociones en una canción; locamente determinada por el alto nivel de perfeccionismo que ella misma se impone”, la describía un perfil publicado por Rolling Stone en el 2009.
Para su quinto disco, 1989, Swift ya daba señales de hartazgo con la imagen “calculadora” que le habían asignado.
“Están tomando algo positivo, el hecho de que planifico y me preocupa mi trabajo, para convertirlo en una insinuación sobre mi vida personal. Es sumamente ofensivo”, se defendía en otro perfil publicado por GQ en el 2015.
El 2016 fue determinante para la vida pública de Swift.
Antiguas tensiones revivieron, tras dos años de amasar un “escuadrón” de amigas famosas, una envidiable relación con el DJ Calvin Harris y recobrar las paces con el rapero Kanye West (uno de sus principales opositores desde sus épocas country).
Una pelea vieja con Katy Perry revivió cuando su escuadrón comenzó a alejarse de su círculo público de amistades.
Su relación con Harris terminó en una pelea en Twitter y las fotos de un romance fugaz con el actor Tom Hiddleston.
West la llamó perra y usó, entre otros, un maniquí de su cuerpo desnudo para promocionar su sencillo Famous.
“Si un hombre habla mierda, no le debo nada. No me arrepiento ni un poquito porque se lo estaba buscando”, canta Swift en I Did Something Bad (en español “hice algo malo).
La cantante nunca ha negado que su vida es la inspiración directa para la composición de sus canciones. Su habilidad, según los críticos, es convertir su testimonio personal en letras de las que sus fans se reapropian.
En Internet abundan las teorías sobre sus famosos exnovios y los temas de sus sencillos, desde los más dulces y hasta los más vengativos.
"Mis errores han sido usados en mi contra, mi corazón roto ha sido visto como un entretenimiento y mis canciones han sido trivializadas” Taylor Swift, cantante estadounidense
Su canción Dear John habla sobre la relación que mantuvo con el cantautor John Mayer (12 años mayor que ella): “Ahora veo que estuvo mal. ¿No te parece que 19 años es muy joven para ser manipulada por sus juegos oscuros y torcidos?”.
Supuestamente, de su relación con el actor Jake Gyllenhaal acuñó la frase de su éxito We are never ever getting back together (nunca jamás vamos a volver) y de su noviazgo con Harry Styles salió la más evidente Style.
“Nunca he pensado en escribir canciones como si fuera un arma”, le dijo a la revista Vanity Fair en el 2013.
Reputación
La primera señal que tuvo Swift para replantear el diseño de su carrera fue cuando Red (2014) no ganó el Grammy al álbum del año.
“ Tal vez tienen razón, tal vez no hice el álbum de mi carrera y necesito solucionar el problema: no he estado haciendo álbumes que sean musicalmente coherentes”, reflexionaba Swift en una sesión de los Grammy, antes de ganar álbum del año con 1989.
En entrevistas, Swift es enfática sobre los costos e inversiones de diseñar, con su mano, su carrera. Le disgusta que le llamen calculadora pero le agrada que aprecien su trabajo.
Para renunciar al country, Swift redujo la lista de sus coescritores y productores para decidirse por el sueco Max Martin como su recurso principal (el mismo que arregló ...Baby One More Time de Britney Spears; It’s Gonna Be Me de NYNC y también muchos de los primeros hits de Katy Perry).
En Reputation, Swift también trabajó con el productor Shellback (famoso por colaborar con Britney Spears, Ariana Grande, Maroon 5 y otros).
El músico Jack Antonoff (Bleachers) colaboró, entre otros, con el diseño de su primer sencillo, Look What You Made Me Do (“Mira lo que me hiciste hacer”) que rompió récords de reproducciones en Spotify y en YouTube.
Hasta para el ojo menos entrenado, la canción alude directamente a sus escándalos personales y profesionales.
“Recuerdo que le dije que iban a hacer artículos de opinión sobre los artículos de opinión”, dijo Antonoff al diario The Guardian. “Para eso fue diseñada. Ese fue todo el punto de la canción”.
Entre los rumores de la primera semana de ventas de su disco, Swift ha evadido dar declaraciones sobre los personajes y significados de sus letras.
En la versión física de su disco, Swift incluyó un “prólogo” para sus canciones.
“He estado en el ojo público desde mis 15 años (...). Mis errores han sido usados en mi contra, mi corazón roto es un entretenimiento y mis canciones han sido trivializadas como que comparto demasiado de mi vida personal. Cuando salga este álbum los blogs de chismes van a buscar a quien atribuirle cada canción, como si la inspiración para la música fuera tan simple como un examen de paternidad (...). Ya no habrá explicaciones, solo habrá Reputation”.