“Si sonamos bien, el hecho de que seamos mujeres no va a afectar en nada”, asegura Sofía Muñoz, guitarrista y una de las integrantes originales de la banda femenina The Beagirls .
Fue en el 2010 cuando la tecladista Hazel Marcie decidió conformar una agrupación musical integrada por mujeres que le rindiera tributo a los Cuatro Grandes de Liverpool: los Beatles. Marcie había formado parte de otras bandas tributo de los ingleses que revolucionaron la industria musical, y la asistencia de los fieles fanáticos presagiaba resultados positivos.
En junio de ese año, la primera agrupación femenina en Centroamérica especializada en los Beatles tenía forma y nombre.
Hoy, seis años después, celebrarán su aniversario con un concierto en el Jazz Café San Pedro , a las 9:30 p. m. y desde ya, alistan maletas para asistir al Beatle Day Guatemala , festival en el que figurarán como la primera banda internacional invitada al evento.
El año pasado, el festival convocó a 7.000 participantes. En esta edición, Iriabelle González (voz), Maddie Serrano (bajo), Hazel Marcie (teclados), Sofía Muñoz (guitarrista) y Ricardo Cruz (baterista) le ofrecerán a Ciudad de Guatemala 14 piezas durante una hora. El repertorio incluye algunos de los más grandes éxitos de los ingleses, como Help!, We Can Work It Out, Let It Be y Eight Days a Week.
Arranque. No es la primera vez que la banda tocará sus notas en un gran escenario. En el 2011, participaron dos veces junto a la Orquesta Filarmónica en un homenaje a los Beatles en el Teatro Nacional; en la segunda oportunidad, junto a la cantante Marta Fonseca.
Ambientes como el de Jazz Café San Pedro y Escazú, Mundoloco, el Observatorio y El Cuartel no les resultan ajenos: se han convertido en las casas en las que exhiben su pasión por la banda.
Su trayectoria las respalda, pero abrirse paso no fue sencillo. En un medio que usualmente peca de hostil para las mujeres, aseguran que su género está lejos de ser una de sus principales preocupaciones. “Al principio, fue muy difícil y no por el hecho de ser mujeres”, dice Muñoz.
“Nosotras siempre hemos dicho que no nos vamos a victimizar. Sí recibimos muchas críticas, especialmente después del primer concierto. Todas éramos bastante amateurs en la música y la banda no sonaba como uno desearía”, cuenta.
“Yo, que he estado todo el tiempo, me he dado cuenta que ese machismo musical ha ido quedado de lado; la banda ya está en un nivel en que quien quiera hablar, puede hablar, pero por nuestra calidad como banda, no porque somos mujeres”.
Para la cantante Iriabelle González, ingeniera forestal y mamá de un niño de dos años, ser mujer dedicada a la música es ahora un valor agregado. “Sentimos que a nivel musical o de agrupación, podemos competir con cualquier banda en lo escénico. Es curioso porque es la primera vez que hablamos de esto. Nunca ha sido un tema de conversación en la banda que seamos mujeres en el medio”, afirma.
La diferencia con un grupo musical de hombres, dice, es que la sorpresa al ver los resultados arriba del escenario es mayor. “Hay gente que piensa: ‘Una banda tributo a Beatles y mujeres, jamás. Van a echar a perder las piezas’. Ni siquiera se toman el tiempo de ir a ver. Lo bonito de esto es que mucha de esta gente cuando nos ve, nos empieza a seguir”.
Aunque cuatro de las integrantes son mujeres, tres bateristas hombres han sido parte de la banda, incluido Ricardo, la más reciente adquisición del grupo (hace tres meses).
“Cuando tomamos la decisión de incluir un baterista hombre nos cayeron encima”, dice Muñoz, graduada de guitarra eléctrica en la Escuela Superior de Guitarra. “Ninguna de las bateristas que tuvimos logró acoplarse al grupo. Queríamos lo mejor en cuanto a sonido para la banda y eso ha sido hasta la fecha. Por eso no nos dio miedo sacrificar algunas cosas con tal de no comprometer la calidad”.
Sello personal. Si algo tienen claro, es que su marca personal las diferencia de otras bandas tributo. No pretenden ser una copia, sino honrar la música creada por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. “La mayor parte de los tributos a los Beatles se ven como los Beatles, se visten como ellos, usan sus instrumentos. Nosotras intentamos irnos por ahí, pero no nos nace ni nos funcionó”, agrega la guitarrista.
Algo que ha ayudado a darle ese toque personal, creen, es que no todos los integrantes eran fanáticos de la banda antes de ingresar.
Para Maddie e Iriabelle, ambas integrantes de la banda desde hace cuatro años, el gusto por los Beatles llegó con el tiempo.
“En mi caso, yo no era fan”, cuenta Serrano, además contrabajista titular de la Orquesta Sinfónica Nacional y de la Orquesta Filarmónica. “De hecho eso me puso a pensar un poco al inicio. Siempre le decía a mi papá: ‘¿Por qué les gustan los Beatles? A mí no me gustan’. Acepté, y la verdad es que ahora sí me gustan mucho. Fui conociendo las piezas al irlas estudiando y cuando ellas me las mandaban. Uno despierta ese interés después de estar tocando la música de ellos”.
“A mi me pasó algo parecido”, dice la vocalista. “No me gustaban para nada. Mi banda favorita siempre fue Pink Floyd y todavía lo sigue siendo. La gente me decía: ‘Son dos bandas en el mundo, Pink Floyd y los Beatles. Le tiene que gustar’, pero yo no le encontraba el gusto. Entré a la banda sin haberle encontrado el gusto con tal de estar ya en una agrupación”.
“Igual que Maddie, me fui interesando ya estando en la banda. Habían piezas que nunca había escuchado que son chivísimas. Fui desarrollando ese interés, aparte de que uno se va metiendo en ese mundo Beatle”, agrega.
Más. En los seis años de la banda, dicen que aún no han interpretado todo el repertorio. Cuentan que cada vez que montan una nueva pieza y se sientan a estudiarla, descubren nuevamente la genialidad que se esconde detrás de cada letra y nota.
Entre los planes del grupo, está seguir mejorando en cada concierto, grabar sus piezas y poder seguir representando a Costa Rica en el exterior. Guatemala es el primer país que verá a las Beagirls brillar en un escenario fuera de Costa Rica y según parece, no será el último.
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Concierto: sábado 23 de julio a las 9:30 p. m. en el Jazz Café San Pedro. Entradas: ¢4.000. Rerservaciones al: 2253-8933