El público que fue a ver a Trueno en el Palacio de los Deportes no parecía pasar de los veintitantos, un grupo etario muy fan del freestyle.
Sin embargo, tanto en las graderías como en la cancha, uno que otro papá o mamá sobresalían en el concierto que dio el argentino en Costa Rica la noche de este jueves 13 de junio.
Ellos fueron el otro público al cual el sudamericano les cantó. Muchos estuvieron en el show acompañando a sus hijos adolescentes, gran parte de la audiencia que asistió
Tal vez las canas –o el outfit más clásico de chaqueta de vestir y suéteres tejidos– los delataba, porque la norma del concierto estaba dominada por buzos, gorras hacia atrás y camisetas del Boca Juniors y la Selección de Argentina.
Con eso quedó demostrado que muchos padres de familia dejaron la tranquilidad de su noche de jueves para (de rebote) escuchar al argentino que hace unos meses dio un gran concierto en Viña del Mar, donde fue reconocido con las prestigiosas Gaviotas de plata y de oro.
El artista apeló a los sentimientos de nostalgia de esos padres de familia al iniciar su presentación con un video en el cual ponía play a un casete en una vieja grabadora con canciones clásicas como Pa’ que retozen, de Tego Calderón; In Da Club, de 50 Cent o Gangsta’s Paradise, de Coolio.
Con la radio al hombro, al mejor estilo ochentero, Trueno comenzó su show con Plo Plo! y la sesión de freestyle que grabó con Bizarrap. El artista se hizo acompañar por músicos que ejecutaron los teclados, la percusión, batería, guitarra y bajo, logrando un sonido espectacular en cada rima.
Cuando comenzó a rapear, todo fue locura al máximo. Parecía que el Palacio iba a caerse ante tantos saltos del público y brazos al aire cuando interpretó Fuck the Police y Night.
“Vamos a hacer quilombo”, dijo con todo el sentimiento argentino a flor de piel y así fue, su concierto fue una fiesta a lo grande.
Al fin el concierto de Trueno
Mateo Palacios salió a la tarima y lo que se escuchó fue un trueno que resonó a punta de rap en los corazones de miles de fanáticos que habían esperado con ansias el primer concierto del sudamericano en suelo tico.
Su visita fue en el marco de la promoción de El último baile, su más reciente producción, pero el repertorio no dejó por fuera sus pasados discos.
Después de una gran energía, el artista le bajó un toque a las revoluciones al cantar Rain III, pero en un juego casi ingrato con las emociones, volvió a encender al público con Feel Me, Panamá y Real Gangsta Love.
El repaso de canciones continuó con títulos como Tranky Funky, The Roof is on Fire y No Cap.
Pero en un concierto de rap, de uno de los raperos más reconocidos de la historia, no podía faltar la improvisación, así que Trueno hizo gala de su talento para el freestyle al mejor estilo de sus años en las batallas como cuando quedó campeón de Red Bull y de la FMS, acompañado también por sus músicos, quienes se apuntaron a hacer lo mismo.
El show continuó con fortaleza gracias a Tierra Zanta, Como antes, Cangrinaje, Mamichula y Atrevido.
Orgullo del rap costarricense, SKN encendió las alarmas del freestyle
Antes de que Trueno arribara a tarima, el rapero costarricense SNK salió con todos los honores al escenario del Palacio de los Deportes para demostrar por qué es el más grande representante del género en nuestro país.
Con un show corto, pero sustancioso, el cartaginés elevó la energía del público con sus canciones y su freestyle.
Con la bandera tricolor en sus manos, la misma que levantó con orgullo cuando alcanzó el cuarto lugar del mundo en la Red Bull Batalla del 2019 en España, fue como salió Sergio Guillén a la tarima herediana.
Acompañado por el DJ Jeren y un grupo de bailarines de breakdance, el nacional conquistó al público que lo apadrinó con bulla y aplausos.
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El tricampeón (dos veces en Costa Rica y una por Centroamérica) aprovechó también para presentar en su espectáculo a su colega tico Moisés Marsh, con quien cantó el tema Voluntad.
También interpretó Jungle y Águila entre la selección de piezas que presentó en el show, con el cual hizo un repaso por su historia de vida artística.
Y, por supuesto, el cierre de su presentación no podía ser de otra manera que con una sesión de freestyle. En este momento, el tico dejó claro su poderío como improvisador al rimar frases de orgullo por ser costarricense, a lo cual el público respondió con vítores.
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