Cuando se compone música, el artista pocas veces le apuesta al sonido de fondo. La canción por lo general se hace para que invada el alma del escucha: el músico busca que al receptor lo traspase el sentimiento que él percibe con cada nota, cada ritmo, cada estrofa.
En ese sentido, Un Rojo hace un reggae de calidad, que cuando suena de fondo es un lujo, pero cuando ortiga la piel del oyente revela su verdadera paleta de colores y sumerge a quien escucha al otro lado del altoparlante. Cuando Un Rojo toca la puerta, lo recomendable es dejarlo entrar.
No por nada la banda se ha convertido en una de las protagonistas de la movida costarricense actual, con un público amplio y agradecido dentro del país. También ha formado una audiencia en el extranjero, tras doce años de confeccionar un concepto infalible que llevó al grupo a vivir actualmente su mejor época.
“Ya encontramos la receta de la banda, ahora se trata de diseñar texturas a partir de ahí. Va a haber Un Rojo para rato”, dijo Esteban Chavarría, mejor conocido como Jaguar (voz y guitarra).
Con el nuevo disco Reborn a la espera de salir al mercado, Un Rojo regresó de su segunda gira por Argentina a finales de febrero para presentarse en los festivales costarricenses Envision, Transitarte y Jungle Jam, además de algunas fechas en solitario.
Si hablamos de grupos que están en constante labor, el mentado está alto en la lista. Lo que comenzó como un propuesta de dos cabezas es hoy una maquinaria de 11 músicos y cuatro encargados de producción y técnica; 15 maquinistas con el afán de llevar esta idea adonde sea posible.
Los maquinistas dejan trazos de su relato en el trayecto, revestidos de canciones inmortales.
Nuevo aire. De Reborn conocemos cuatro de las 10 canciones: los sencillos Easy, Fuerzas ancestrales e Intención, y las canciones Sodoma y Red Flag, registradas en directo en el programa Conquista Sessions. El álbum está en proceso de masterización en Argentina, y su fecha de lanzamiento es incierta.
Esos cuatro adelantos revelan cambios en la atmósfera que genera Un Rojo, que también están presentes en el resto del material. Al mismo tiempo mantienen el sello característico de su sonido, perceptible en sus conciertos y en los álbumes Jah is Rasta (2005, cuando eran Salomón y Un Rojo) y En la calle (2012).
Las transformaciones y el renacimiento que como banda predican surgieron –naturalmente– en el corazón de la música: los seres humanos que la engendran. De hecho, mucho se ha transformado desde En la calle. Por ejemplo, el lanzamiento de ese disco casi coincidió con la entrada del baterista Alonso Zayas.
Zayas venía de tocar y grabar rock, es ingeniero de grabación graduado en Berklee y siempre había querido tocar reggae, y Un Rojo era una de las bandas que más estimaba en el país. “Estaba en un momento personal triste y (entrar al grupo) fue como terapéutico. No sé si les di tanto a ellos como ellos a mí”, comunicó.
Para el bajista Luis Carlos Córdoba, la llegada de Alonso le trajo al grupo un nuevo ambiente, más conocimiento y mayor ensanchamiento de su sonido. Con canciones en el maletín y otras encaminadas, Un Rojo se sumergió en Galáctica –el estudio de Zayas– y en el 2013 comenzó la grabación.
A diferencia del álbum pasado, que tomó cerca de cuatro años en completarse, Reborn se produjo durante un año y la banda tuvo más control sobre todos los detalles del registro, manteniendo el equipo de trabajo dentro de esa empresa de 15 personas. Sabían lo que querían y lo consiguieron.
Renacer. No viene en vano el nombre del álbum: esta es una nueva piel para Un Rojo, y eso se logra transmitir muy bien en la nueva producción, quizá la que se percibe musicalmente más completa en cuanto a sus letras.
Medió en ello la paternidad reciente de Jaguar. “El disco trae mucha exploración interna, en cuanto a evolución espiritual y personal”, comentó el cantante. “Tener un hijo me abrió un mundo de ideas y sentimientos. De hecho, dicen que los niños traen pan bajo el brazo, pero yo siento que este trajo la melodía de Reborn”.
El niño alteró la composición de otras formas: al tener Jaguar que dedicarle tiempo a su hijo, comenzaron a pelotear ideas Zayas, Córdoba y la cantante Kumary Sawyers, lo que provoca que Sawyers tenga una participación mucho mayor en las voces de estas nuevas canciones.
Junto a Maria Laura Castro, Kumary es corista, pero en Reborn está claro que no aprovechar su talento hubiera sido desafortunado. En temas como Corre, Hit Me y Sodoma, Kumary brilla como nunca, y sus interpretaciones traen consigo un equilibrio que si bien no era necesario para Un Rojo, le inyecta diversidad.
Por su lado, la nueva etapa en su vida inspiró en Jaguar letras más profundas y un incremento en su palpable “buena vibra”. Estos temas versan sobre volver a nacer a diario, trascender la vida más allá de la muerte, la misión de la existencia, verse hacia adentro para proyectarse hacia afuera y el poder de creación del agua.
En la canción Easy, el músico reflexiona sobre las dificultades de la vida y de ser artista. “La vida del músico no es fácil cuando llega el lunes y ves las cuentas por pagar, y ves el desarrollo a velocidades increíbles, y tú queriendo tocar guitarra y no se puede”.
No obstante, la música sigue: “Uno como escritor siempre anda buscando la frase que le quede a la gente en la cabeza; que llegue a cambiar a un joven, que le haga cambiar las direcciones, que lo hagan ver otras texturas de la vida. Siento un compromiso por buscar esas frases que se queden (en la gente)”, manifestó Jaguar.
Vía. Doce años han pasado desde que Un Rojo comenzó a tomar forma, luego de que Jaguar y Córdoba se conocieran en Puerto Viejo, Limón. Jaguar tocaba con Raza Bronze (grupo de funk y rock experimental con el que todavía se mantiene) y Córdoba venía de la banda de roots Trinity.
Jaguar quiso tocar reggae desde que escuchó a Bob Marley, y le propuso a Luis Carlos que se armaran una banda. Junto a un baterista, empezaron como trío, y luego se les unió Raúl Salomón Peña como vocalista, con quien lanzaron su primer disco y luego partieron caminos. Eventualmente, Jaguar empezó a cantar.
Con el tiempo agregaron nuevos instrumentos y músicos a la alineación, y su sonido comenzó a consolidarse con mayor audiencia. En el 2012 era inevitable publicar En la calle para promocionar mejor a la banda, y luego fueron las primeras salidas del país.
Argentina, Nicaragua, Guatemala y El Salvador han recibido en una o varias ocasiones a la agrupación. Es en Argentina (y en Sudamérica) donde más está enfocada su visión, tras el éxito cosechado durante sus dos giras a ese país, en las cuales se ha presentado en el festival Cosquín Rock, en fechas en solitario y junto a sus amigos de Nonpalidece.
Fueron 11 conciertos en Argentina en febrero, y cuenta Córdoba que vieron a fans con camisetas del grupo y cantando las canciones. Su cálida recepción en el sur probablemente se debe a que su sonido se distancia del típico reggae argentino, así como a una atinada labor de promoción.
“Estamos trabajando para internacionalizar a la banda. Se sabe que en Costa Rica el tiempo de vida de un grupo es muy corto y nosotros, por amor al arte y a la banda, decidimos traspasar fronteras”, dijo Luis Carlos. “La cuestión es reafirmar eso en el futuro y tener un sello afuera; postular a una banda afuera que se sienta”.
El mánager César Sandí afirma que Reborn se editará en una disquera argentina y que actualmente hay ofertas fuera del país durante el resto del año.
“Creo que todo esto es debido al buen trabajo que hemos hecho en estos años. Nos hemos ganado un público porque hemos demostrado trabajo; no ha sido gratuito, ha sido pellejeado”, dijo Córdoba. “Siempre que salimos a escena mostramos un avance, y se suma un poco más de gente”.