Una conversación de‘El amor después del amor’

En entrevista con Viva, Fito Páez recuerda su legado hace 20 años y habla del que es considerado un disco fundamental del rock en español: un testimonio de colaboraciones y de himnos personales

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El amor después del amor, respira. Está vivo por todas partes; lo estuvo cuando nació, en 1992, y lo sigue estando ahora, 20 años después deque Fito Páez lo pariera.

Fue el álbum que sorprendió y le dio una dimensión distinta a la carrera del prolífico roquero argentino. Antes de poder hacer El amor después del amor , Fito Páez y sus cómplices en la aventura musical habían tenido pasajes buenos y pasajes desafortunados, pero como un buen día los astros se alinearon: el disco Tercer mundo (1990) había vendido unas 30.000 copias en España y en parte eso ayudó a montar una gira, un tour y a abrir puertas.

Por primera vez en su carrera, Fito podría disponer de $150.000 para hacer un disco. Ese trabajo fue El amor después del amor, que en su momento, y aún hoy, es considerado uno de los discos del rock argentino, y del rock en español, más importantes y claves.

Causó en la gente una empatía tal, que El amor después del amor logró vender miles y miles de copias y puso en otra parte del mapa al rock argentino. Cada una de sus 14 canciones fue adoptada por la gente, algunas como consignas y otras, como la que da título al álbum, quedaron en la solemne categoría de himno personal.

El amor después del amor es, además, un testimonio de una unión fraternal y simbiótica de una camada de artistas. En ese álbum hay 20 colaboraciones, que van desde Mercedes Sosa, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Andrés Calamaro y Gustavo Cerati, hasta llegar a Ariel Rot y Fabiana Cantilo.

El amor después del amor, Dos días en la vida, La Verónica, Tráfico por Katmandú, Pétalo de sal, Sasha, Sissí y el Círculo de Baba, Un vestido y un amor, Tumbas de la Gloria, La rueda mágica, Creo, Detrás del muro de los lamentos, Balada de Donna Helena, Brillante sobre el mic y A rodar mi vida son las canciones que componen ese disco, que ahora da pie al tour 20 años de El amor después del amor, con el que Páez regresa a Costa Rica.

En concierto se le verá el 4 de julio, en el Palacio de los Deportes, en Heredia. Ahí mostrará su tour, en el que repasa en orden estricto todo El amor después del amor.

Sobre este disco habla Fito.

Regresa a Costa Rica pero esta vez con El amor después del amor. Ese es un disco importante para mucha gente, pero supongo que es mucho más importante para usted.

Sabés qué pasa, que cuando uno hace las cosas no sabe lo que está haciendo en algunos sentidos. Yo no sabía que se iba a transformar en el álbum en el que se transformó. Tuve la suerte de hacerlo, tuve el placer de parirlo y es un placer volver a retomar todas las canciones y tocarlas en el orden original.

¿Será acaso que, además del placer de reabordarlo, hay algo en ello de estar de paso?

Claro. Es un poco estar de paso entre disco y disco, y estoy escribiendo una novela. Me viene muy bien (el tour) en este momento.

Está claro que en aquel momento en que hizo El amor después del amor no sabía qué iba a pasar con él, pero ahora es otra historia. Hoy, ¿cómo se toma ese disco ahora que ya ha visto lo que ha pasado con él 20 años después?

Es tan complejo intentar explicar el significado de una música en la vida de tanta gente, y lo importante del álbum también fue eso: que vivió en muchas casas por medio del mundo.

”Lo que sí sucede, es que el álbum tuvo una fuerza tan grande que la retribución es extraordinaria, y percibís que al tocarlas ahora la gente las siente como si fueran un objeto de su casa. Me hace muy feliz volver a tocar canciones que salieron de un momento de gran inspiración. ¡Y es lindo saber que lo hiciste bien! (ríe).”

Hay algo en la elaboración de El amor después del amor fundamental: la coyuntura en que fue hecho. Refleja una colaboración entre usted y grandes figuras de la música, en una especie de camaradería.

De alguna manera, el álbum grafica también una época... una época de un grupo, de una tribu de acá de Buenos Aires, donde las colaboraciones circulaban como circulaban las personas en las casas.

”Con Charly (García) fue así: ‘Charly, ¿estás en tu casa? Vení para acá. Estamos grabando y me falta una letra para un tema y ocupo terminarla (esa fue La rueda mágica )’. A Mercedes (Sosa) me la crucé en Madrid, no estaba planeado que cantara y justo estaba allí. Vino Mercedes a grabar ( Detrás del muro de los lamentos ), pues yo iba a su casa a tomar mate. Lo mismo con todos: con Fabi Cantilo... si hasta Cerati está en el álbum, porque tenía unos samplers de Gustavo y los disparamos en Tumbas de la gloria .

”Así que te diría que, en ese sentido, en el disco quedó plasmado un espíritu de colaboración real; de un grupo donde los músicos nos íbamos de un estudio a otro y de una casa a la otra. Y eso es hermoso.

”Además, vos sabés que este fue el primer álbum que me llevó muchísimo tiempo de realización, porque fue la primera vez que trabajé con una gran producción de dinero. Entonces, tuve tiempo para jugar, componer, quitar, cambiar de tono, elegir músicos, cambiar estudio... fue muy hermosa la experiencia del álbum”.

De ese disco han salido canciones que se quedaron en la banda sonora personal de la gente. El amor después del amor es casi un himno para muchas personas.

El amor después del amor tiene algo de eso de que hay una posibilidad después de un fracaso

¡Muy esperanzador!

¡Claro! Hay una segunda vuelta, otra oportunidad para todo. También tiene el significado escondido de la vida después de la muerte. Entonces creo que todas esas cosas que están adentro del título hicieron que sucedería algo con eso. Yo, por supuesto, no tenía idea (ríe). Es que las palabras en sí te utilizan también, pero alguien tiene que poner en escena eso.