A las 3 p. m., un éxodo dejó la tarima número uno para llegar pronto a la dos, 200 metros los separaban de Ximena Sariñana. Recién terminaban los mexicanos de Machingón y ya era el turno de Ximena y su elogiada voz. Entre murmullos, grupos de amigos se apresuraban entre sí pues no querían perder ni un segundo del espectáculo que se realizó en Parque Viva, en la Guácima de Alajuela.
En escena, la talentosa Ximena Sariñana se convirtió en una flor refrescante que deleitó al público del Grito Latino, en una tarde ardiente. En el momento de su show, la temperatura alcanzó 31º, el sol sofocaba, pero las piernas y brazos de los asistentes no se aplacaban por el calor, sino que seguían el ritmo que Ximena dictaba.
LEA MÁS: (Video) Ximena Sariñana canta y nos explica sobre su sencillo ‘¿Qué tiene?’
Usando lentes de sol, una pomposa blusa negra, tennis verde pastel y pantalón floreado, Ximena revoloteó por una tarima que estaba adornada por inflables de hongos y florecillas de los que sobresalían piernas femeninas.
Ximena apareció puntual según la hora que prometió la organización del festival. La artista se presentó en el marco de la gira de su nuevo disco Dónde bailarán las niñas, su cuarto álbum de estudio que dedica a su hija Franca y en el que envía mensajes de empoderamiento femenino. En cada interpretación los gritos de los asistentes ovacionaban su música y su existencia.
“Ximena, te amo”, gritaban algunos en los rápidos segundos en los que pasaba de una canción a otra.
Ella respondía agradecida: “son lo máximo, ¡pura vida! Aprovechemos hasta que nos alcance, vamos a bailar hasta el final”.
Haciendo enérgicas coreografías y con total efusividad, Ximena interpretó los temas Lo bailado, Cobarde, Si tú te vas, Sin ti no puedo estar tan mal, entre otros. Durante los 40 minutos que se extendió su presentación, sus letras transmitieron mensajes positivos para las mujeres, por ejemplo, el tema de la superación tras una ruptura amorosa.
En entrevistas, Sariñana ha hecho énfasis en que con sus letras quiere crear ambientes en los que las mujeres se puedan sentir tranquilas, seguras y libres. Esto porque como es sabido, en pleno siglo XXI, en Costa Ricaa, su natal México y en el mundo, la violencia de género no cesa. Con su música, una Ximena más bailarina invita a las mujeres a ser lo que quieran: madres, trabajadoras, chicas que se vistan como quieran sin tener temor a sufrir abusos o críticas.
Frente al escenario y sus alrededores, algunas muchachas que disfrutaban del concierto bailaban solas, cantaban y la pasaban bien. Sentían libertad y las letras de Ximena las llenaban y las repetían con poder, el mismo que la cantante les transmitía.