La música del dominicano Vicente García guarda en sus melodías y en sus letras una rica combinación de complejidad y sensibilidad. En sus canciones se disfruta por igual un merengue tradicional de República Dominica (perico ripiao), que una bachata con sintetizadores o piezas más de corte acústico.
La magia de su música es producto de singulares fusiones de géneros, sonidos e instrumentos, que el ganador de tres Latin Grammy impregna en sus producciones.
Ahora, imagínese esa propuesta -llena de ingredientes históricos latinos, afro y caribeños-; condimentada por un ensamble filarmónico y la sazón que solo da el escenario de un teatro. Pues eso es lo que pasará las noches del sábado 10 y domingo 11 de agosto en San José, cuando García interprete sus piezas acompañado por la Orquesta Filarmónica de Costa Rica, bajo la dirección de Marvin Araya.
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El proyecto de Vicente con sonidos orquestales no es algo nuevo, ya el dominicano lo había hecho en Bogotá, Colombia; pero para esta ocasión, en Costa Rica, los temas tienen arreglos especiales hechos por el tico ganador del Latin Grammy, Paul Rubinstein, quien ha trabajado para la Filarmónica en los shows que hizo la agrupación con Natalia Lafourcade y Pau Donés.
La invitación para realizar estos conciertos en suelo nacional le llegó a Vicente desde la propia Filarmónica, así lo contó él y lo confirmó el mismo Araya.
“Aparte de ser un gran compositor y un gran artista que ha hecho colaboraciones importantes, también ha trabajado con artistas nacionales como Debi Nova y Kumary Sawyers. Aunque yo no era muy fan, mis hijos me recomendaron que lo escuchara y me empezó a gustar su propuesta, ya que tiene un sonido muy interesante, fresco y una voz maravillosa”, comentó Araya.
En el caso de Vicente, el artista comentó que se siente muy emocionado por presentar estos dos conciertos en Costa Rica, en lo que representa su segunda visita oficial al país.
Sobre los shows que realizará en el Melico Salazar, la investigación que hace con su música y el disco Camino al sol, su más reciente producción, García habló con La Nación.
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-Está haciendo una gira de conciertos por varios países, pero solo en Costa Rica viene con el formato filarmónico...
-En este caso vino la invitación desde Costa Rica. Habíamos hecho un filarmónico en Bogotá pero fue mixto: la primera parte con la orquesta, la segunda con la banda normal. En este caso querían hacer el concierto completo, ya llevamos un tiempito preparándolo y estamos emocionadísimos. Vamos a tocar canciones que normalmente no se cantan y, por primera vez, vamos a cantar temas de Camino al sol.
-¿Cuál es su sentimiento al escuchar sus canciones en este formato?
-Para mí es un honor. Como compositor, ver la transformación de las canciones desde que uno con una guitarra y medio dudoso trata de construir las letras, hasta verlas en este formato tan impresionante. Cada vez que oigo los arreglos lloro de la emoción.
-¿Qué opina de los arreglos que le hicieron a los temas?
-Están increíbles. Estamos enamorados de los arreglos, tanto yo como la banda desde Bogotá, estábamos soñando con venir aquí y escucharlos, están muy bonitos, muy bien trabajados. Van acorde con la composición original, eso es importante para que no se desvirtúe el ADN de la canción. Fueron muy cuidadosos con eso y, al mismo tiempo, están entregando y poniendo cosas que, si bien no confunden, engrandecen los temas y los hacen mucho más especiales, más emotivos.
-Hay una cuestión muy interesante en su música y es que es extraña, por decirlo de una manera, es compleja. Sin embargo también se siente cercana y se acuerpa bien con los sentimientos. ¿Cómo se logra eso?
-Creo que tiene que ver con la composición, con la manera de construir las melodías. El mensaje que llega tanto por la letra como por la melodía. Siento que he podido desarrollar un lenguaje melódico que me representa mucho independientemente del género, del ritmo o de la forma en que se toque la canción; ahí queda muy atrapada la esencia de lo que soy. Eso es lo que hace que un trabajo como el disco Candela, que es merengue, y Camino al sol, que es un disco acústico y contemplativo, se pueden conectar, porque vienen del mismo lenguaje melódico y de las letras.
-Desde su primer disco Melodrama, pasando por A la mar, Candela y ahora Camino al sol, todos son diferentes, pero están bien hilados, llevan una historia y una investigación profunda...
-Si, realmente es como la historia de mi vida: yo no estoy organizando algo, sino que me empiezo a entusiasmar con ciertos géneros e influencias y de eso hago una foto del momento. Por eso siento que están entrelazados, porque es algo muy mío, no es una planificación de las cosas.
-Con Camino al sol lo agarró la pandemia y hubo cambio de planes...
-Exactamente, Camino al sol es una respuesta a la situación que todos vivimos. En la letra hay cuestionamientos de la vida y la muerte, ya que se nos fue mucha gente querida a todos. Es una reflexión a tratar de entender la vida. Antes de la pandemia no pensé en hacer un disco así, esa fue mi respuesta a esa situación.
-¿Cómo se siente con el resultado de esa respuesta?
-Contentísimo, porque es como parir un hijo. Es lo que viví, lo que sinteticé, lo que soñé y lo que escribía. Siento que pude lograr enviar el mensaje. Este es un disco que tal vez no tiene la fuerza y el motor de los otros anteriores, que tienen un color mucho más comercial, pero los mensajes que recibo de Camino al sol son mucho más profundos y están mucho más ligados a la vida de la gente, a sus sentimientos, y eso es algo muy bonito.
Agotados
Los conciertos de Vicente García con la Orquesta Filarmónica serán este sábado 10 y domingo 11 de setiembre en el teatro Melico Salazar. Las entradas para ambos espectáculos están agotadas desde hace varios días.