Sol abrasador del mediodía en Puntarenas. Miles de almas ardientes y ansiosas por bailar se congregan en el puerto del Pacífico para adorar y rendirse a los pies de una de las agrupaciones costarricenses más emblemáticas de la historia: Baby Rasta Band.
Estamos a mediados de la década de los 90 y son los Belmont Beach Fun, así como los festivales de Canada Dry, los encargados de presentar por todo lo alto a Baby Rasta Band y frente a ellos congregar a una audiencia arrolladora. “Yes, man!” es el saludo que ofrecía Baby Chollette para romper el hielo cada vez que se subían a una tarima. Con sus dreads y particular forma de vestir calentaba con su voz a aquella chiquillada reunida para bailar reggae, reggae original hecho en Costa Rica.
Infaltables en el repertorio eran piezas propias como Oh Karol, In the Summertime o Brown Eyed Girl, pero también los clásicos de Bob Marley como Iron Lion Zion o Could You Be Loved . El ritmo de aquellos cinco músicos volvía loco a cualquier público, máxime porque en los años en que Baby Rasta Band nació, fueron pioneros en el género porque marcaron un hito al ser la primera banda de reggae de Centroamérica.
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José Aguilera, en la batería; Bernal Vargas, en el bajo; Berny Molina, con la percusión; Virgilio Boyes Mondul, en los teclados y Baby Chollette en la guitarra y voz; eran esos muchachillos que interpretaban el género con alta calidad. Detrás de ellos estaba la visión y la mente creativa del productor Luis Jákamo.
Como un sexteto, como grupo, como empresa, como amigos y, principalmente, como familia, lograron lo impensable en esos tiempos: giras internacionales, sus canciones pegando éxitos en las radios, videos hechos en formato de cine, vestuarios elaborados en exclusiva desde África... Baby Rasta Band estaba por todo lo alto.
Hoy, 20 años después de que cada integrante realizara sus caminos artísticos por separado y de no tocar juntos en vivo, tomaron la decisión de recordar los buenos viejos tiempos con un único concierto en homenaje a las dos décadas y media de historias que hay detrás de cada uno, pero creadas en torno a Baby Rasta.
La idea de Jákamo era rendirle tributo a la estela musical de la banda, un relato que todavía sigue vigente, eso sí, principalmente en versiones digitales gracias a YouTube y en la memoria colectiva de quienes bailaron en fiestas colegiales o en bares como el Baleares, en San Pedro, donde tocaron por primera vez el 30 de octubre de 1992.
La única reunión será este jueves 10 de mayo, en el Jazz Café Escazú, a las 9 p. m.
En el concierto los Baby Rasta harán un repaso por lo mejor de su repertorio original, así como un homenaje a la música del maestro Bob Marley, además de una que otra sorpresa que tienen guardada para el show.
El evento es para todo público, así que la agrupación espera ver a sus seguidores acompañados por sus hijos y familia. Las entradas están a la venta en la boletería de Jazz Café, se pueden reservar también a los teléfonos 8429-1818 y 2288-4740; cuestan ¢10.000.
Complicidad
Aunque han pasado tantos años desde la época en que estos artistas ponían a bailar a cualquiera, el tiempo no ha mermado el sentimiento de amistad entre ellos.
Durante la entrevista y la sesión de fotos para este reportaje se notó que la complicidad sigue más que viva.
Nada más de verlos felices posando para el lente de la fotógrafa Mayela López y recordando sus años mozos durante la charla, se notó que el cariño no ha dejado de existir, así lo demuestran con el agradecimiento que tienen por volver a tocar juntos por una vez más.
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“La verdad es que es muy lindo volver a estar juntos. Siento que es algo del corazón porque nosotros tenemos una relación muy especial y la seguimos manteniendo con el pasar de los años, al final nos sentimos muy bien haciendo lo que nos gusta”, dijo José Aguilera. Cuando hizo esta afirmación, todos estuvieron de acuerdo, se notó en sus miradas cómplices y cálidas.
“Este reencuentro ha revivido las cosas bonitas que pasamos durante tantísimo tiempo. Además de que hemos tenido mucha retroalimentación del público en redes sociales, que están también emocionados de vernos y escucharnos. Qué lindo sería seguir, pero todo está en manos de Dios, lo que venga es una bendición”, agregó Berny Molina.
Los músicos saben perfectamente de la importancia que tuvo el grupo para el desarrollo de la música y la industria en nuestro país, así que confirman con sus anécdotas el compromiso que tenían por hacer las cosas bien. “Baby Rasta fue una novedad, algo muy diferente a la mayoría de cosas que hacían los otros grupos que tocaban un poco de cada género latino. Nosotros nos salimos del saco, fue algo muy importante y que marcó la historia de la música en nuestro país”, aseveró Bernal.
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Aunque hay un integrante que falta, la noche de este jueves también servirá para recordarlo. Se trata del guitarrista y cantante Robert Triny, mejor conocido en el ámbito musical como Trinity, quien falleció en abril de este año. “Teníamos la inquietud de reunirnos desde hace mucho tiempo, pero hasta ahora se pudo lograr. Me puse de acuerdo con ellos, pero lamentablemente falleció Trinity y no va a poder llegar a ver plasmado este encuentro. A él le vamos a dedicar el concierto desde la parte espiritual”, comentó el productor Jákamo.
Trinity se unió a la agrupación en 1995 y los acompañó en la época más importante de Baby Rasta.
Cada uno tiene su proyecto por aparte. En el caso de Chollette, se desarrolla como solista, pero sus compañeros no han dejado de estar activos tocando en otras bandas. Es así como llegan a este espectáculo bien afinados en temas musicales.
“Siempre hemos estado al corriente de la música, seguimos estudiando, estamos en la jugada como hace 20 años. La verdad, nos sentimos en nuestro charco”, dijo Mondul.
Para Baby, el conocerse tan bien es el factor que más les ha facilitado volver a tocar los éxitos de la banda. “Estamos como automatizados, lo digo en una buena forma porque tocamos, nos volvemos a ver y ya sabemos qué es lo que sigue, qué es lo que tiene que hacer el otro”, aseguró el cantante.
“Tocar de nuevo es una obligación de agradecimiento a quienes nos dieron su cariño y apoyo. Dios nos ha dado salud y deberíamos seguir agradeciéndolo más a menudo, trabajar juntos es algo natural, ojalá se pudieran dar más reencuentros todos los días”, finalizó Baby.
Será una noche para revivir el sabor, la alegría y la intensidad del reggae de Baby Rasta. Si usted era un adolescente a mediados de los 90, es un hecho que si va, lo disfrutará entre emoción, euforia y nostalgia.