Cuando salió de Santa María de Dota hace más de dos décadas, Christian Rojas no imaginó que su talento sería reconocido por Buddy Valastro, el célebre pastelero conocido como Cake Boss. Mucho menos pensó que ganaría uno de los episodios de la competencia televisiva Cookie Cupcake Cake, presentada y juzgada por el renombrado repostero y la cocinera Samantha Seneviratne.
En este programa, Rojas superó a otros tres pasteleros que competían por un premio en efectivo y el título de campeón de las tres C (Cookie, Cupcake, Cake). A lo largo de los tres desafíos, el chef Valastro evaluó su creatividad y habilidades culinarias, con la consigna de apegarse a la temática de “comida del supermercado”; es decir, todo debía simular ingredientes o platillos que se encuentran comúnmente en los pasillos de estas tiendas.
“Gracias a Dios, todas las críticas fueron constructivas de parte de Buddy (...). Es un ícono de la repostería en Estados Unidos. Había ido a las tiendas, pero no lo conocía en persona. A veces te dicen ‘no hay que conocer a tus ídolos’, pero en este caso sí fue muy bueno y buena gente. Hasta fuera de cámaras estuvimos hablando un poco de Costa Rica, porque él ha estado en el Volcán Arenal y otros lugares. Es súper buena gente”, contó el costarricense de 45 años en entrevista con La Nación.
En esta competencia de TV, cada episodio tiene tres rondas y un ganador distinto en cada ocasión; además, un participante era eliminado en cada ronda. Durante la primera, Rojas y los otros tres concursantes debían preparar una galleta de azúcar decorada, por lo que eligió crear una que imitara una tabla de embutidos (charcuterie, en inglés). Superó esta etapa con facilidad y, en la siguiente, tuvo que elaborar un cupcake que simulara un vegetal.
En lugar de seguir la ruta de vegetales más tradicionales, como calabazas o zanahorias, el tico optó por usar col rizada (kale) con un lustre de crema de mantequilla con naranja. Aunque la presentación visual fue satisfactoria, admitió que fue el momento en que pensó que podría ser eliminado, ya que el sabor del vegetal era muy fuerte. Incluso, el chef Buddy le dijo que podía ser el “más lunático o el más inteligente” al escoger esta opción, que afortunadamente le dio un pase a la final.
LEA MÁS: Los costarricenses amamos el pan: Cada tico consume en promedio 27 kilos por año
Llegó la máxima prueba: un pastel que asemejara cualquier cosa que vendieran en un supermercado. Aunque fue una decisión arriesgada, Rojas optó por decorar un queque de chocolate, con relleno de ganache de chocolate y naranjas rojas, como un sándwich de albóndigas en 3D, que normalmente se pueden conseguir en estas tiendas en Estados Unidos.
Según contó, esta experiencia fue aún más intensa porque le informaron sobre la temática del programa solo un día antes, dejándole poco tiempo para planificar lo que podría preparar. Además, no podía llevar ingredientes ni herramientas desde su hogar, lo que sumaba dificultad al reto de crear una presentación impresionante de manera rápida.
Durante el día de la grabación, que se realizó en Nueva Jersey, Rojas pasó en el set desde las 7 a. m. hasta las 9 p. m. La experiencia fue una montaña rusa de emociones, debido a la presión de crear un platillo excepcional que impresionara al chef Valastro, a quien conocía por su gran presencia en la televisión.
En el momento en que lo anunciaron como ganador, Rojas no solo sintió una gran emoción, ya que, debido a la larga jornada y la competencia reñida, no sabía si ganaría; además, estaba feliz por la oportunidad de representar a Costa Rica: “Es algo que haces en otro idioma, que no es el tuyo. Es una experiencia bonita representar al pequeño pueblo de donde vengo. Es surrealista”, agregó.
LEA MÁS: Restaurante MAE, dirigido por una costarricense en Barcelona, ganó estrella Michelin
De Santa María de Dota a ganar competencias en Nueva Jersey
Rojas dejó Costa Rica junto con su familia en 1998, cuando aún era menor de edad. Con el paso de los años, algunos de sus familiares regresaron al país, pero él decidió quedarse en Nueva Jersey. Su primer trabajo fue como lavaplatos en un restaurante y, con el tiempo, logró abrirse camino hacia su sueño de tener un negocio propio.
Aunque nunca asistió a una escuela de pastelería, siempre sintió una fuerte atracción por el mundo gastronómico, ya que creció en un hogar donde su madre y tías horneaban panes con regularidad. Fue así como se enseñó a sí mismo a cocinar, apoyado por videos de internet, y trabajó durante años para explorar su lado artístico a través de la comida.
Eventualmente, logró abrir su pastelería Cake Whisperer, en la que las personas pueden hacer pedidos de manera virtual. Gracias a la popularidad que fue ganando en redes sociales, fue invitado a participar en programas de renombre como Holiday Wars, de Food Network, y Cookie Cupcake Cake, de Hulu.
Antes de alcanzar este estatus, Rojas enfrentó desafíos personales significativos, como la muerte de su padre, ya que no podía regresar a Costa Rica mientras consolidaba su estatus migratorio. Hoy, ya con residencia estadounidense, considera que su historia no es distinta a la de otros migrantes ticos en Estados Unidos.
“Llegué e hice lo que hacemos todos; lave platos, estuve ilegal (...). Es cosa de tener una visión clara de lo que uno quiere. Había muchos limitantes por no tener papeles, pero siempre estuve luchando. No es una historia de que llegué y las cosas pasaron de una vez, sino que toma años. Es más complicado porque el inglés no es tu primer idioma, así que toca trabajar doble”, agregó el pastelero.
LEA MÁS: El restaurante de tres amigos en Ciudad Colón hoy es uno de los 100 mejores de América Latina