A través de la Galerie A.P. Lazar, un grupo de pintores costarricenses y centroamericanos exhibirán su trabajo pictórico y figurativo en París, Francia, a través de la exposición Un paraíso peligroso.
Esta selección de arte expone temas profundos como la psique humana, la insensibilidad de la sociedad de consumo y las influencias que moldean la existencia en contextos violentos. Sobre todo, es una muestra del trabajo de creadores que viven y producen arte en Centroamérica, cuyas obras exploran el potencial de la pintura figurativa.
Los artistas locales que tendrán sus obras en Un paraíso peligroso, muestra que estará disponible del 1 al 31 de octubre de este año, son: Olga Anaskina, Philipp Anaskin, Adrián Arguedas, Emilia Cantor, Sagrario Chamorro, Judith Fallas, Roberto Murillo y Pablo Mejías.
“A un nivel visual, las obras son retadoras. Tienen mucha crítica, pero estéticamente también son preciosas. Son obras que verdaderamente te hacen parar para decir wow. Aquí (en Costa Rica y en Centroamérica) hay mucho talento y belleza, el trabajo tiene sus capas y verdaderamente sé que va a tener un impacto bastante grande en Europa”, comentó Andrés Lazar, director de la galería.
Además, el objetivo principal de la exposición es llevar las obras vibrantes y enigmáticas de Centroamérica, que suele considerarse como un espacio de transición, hacia la escena artística parisina.
“Esta noción única de periferia, derivada de la experiencia colonial, ha perdurado y sigue siendo un lugar cuyo desarrollo artístico a menudo es desconocido, un jardín espinoso, un paraíso peligroso”, dicta el catálogo de Un paraíso peligroso.
A continuación le contamos sobre estos artistas nacionales y centroamericanos que llevarán el arte del Istmo a la escena artística de París.
Artistas y obras en exposición
Olga Anaskina
Olga Anaskina Dushacoa, nacida en Rusia, llegó a Costa Rica con su familia en 1992, luego de la caída de la Unión Soviética. Su estilo artístico no se puede confinar en una única categoría, ya que fluye entre lo expresivo, lo simbolista, lo impresionista y lo abstracto.
En los lienzos de la pintora emergen figuras cautivadoras, sensuales, líricas y ambiguas; como flores, paisajes, lugares, entradas o ventanas llenas de simbolismo sobre la esencia de la vida.
Philipp Anaskin
El trabajo de Philipp Anaskin Dushacoa, hermano de la pintora Olga, se ha visto influenciado por la cultura política y familiar que lo ha rodeado desde su infancia. Sus obras son un híbrido entre la figuración y la abstracción, con pinceladas sueltas y saturadas de pigmento.
Su obra gráfica es rigurosa y tiene un rasgo distintivo en la “sensación de lo inacabado”, en donde las manchas de color contrastan con fondos neutros y ambiguos. Por ello es que las figuras que aparecen en las pinturas exhalan oscuridad, misterio, angustia y desolación, a pesar de mantener una paleta de colores vibrante.
Adrián Arguedas Ruano
El artista Adrián Arguedas Ruano cuenta con una trayectoria prolongada en las artes plásticas de Costa Rica, específicamente en las técnicas de pintura y grabado. Su trabajo contempla y reflexiona sobre distintas dimensiones de la existencia humana, tanto individual como colectiva.
Arguedas también ejerce su labor en el ámbito pedagógico, ya que es profesor de arte en aulas universitarias. Encima, ha sido galardonado con el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en varias ocasiones.
Emilia Cantor
Emilia Cantor es una pintora contemporánea de origen venezolano actualmente radicada en Costa Rica, quien trabaja un puente entre lo antiguo y lo moderno en sus obras. El objetivo de esta artista es despertar el sentimiento de la imaginación y reconectar con las ideas de los sueños, más allá de las distracciones tecnológicas.
Su trabajo aborda entidades enigmáticas y universos mágicos, los cuales emergen en las superficies planas de los óleos oscuros, combinadas con masas cromáticas irreverentes, en especial de colores vibrantes de rojos, magentas y rosas.
Sagrario Chamorro
La artista Sagrario Chamorro, quien reside y trabaja en Managua, Nicaragua, utiliza figuras en miniatura que evocan motivos clásicos, haciendo referencia a artistas como el italiano Giorgio de Chirico.
En sus obras se pueden apreciar exuberantes jardines, con árboles robustos que miran hacia horizontes influenciados por el expresionismo alemán. Encima, el follaje se mueve tranquilamente en fondos de sereno azul para transmitir paciencia y divinidad.
Judith Fallas
Judith Fallas Herrera es una artista costarricense que desafía los cánones estéticos convencionales. Comenzó su carrera de manera autodidacta, tuvo su primera exposición colectiva en el 2021 y finalmente ingreso a estudiar Enseñanza de las Artes y Comunicaciones Visuales en la Universidad Nacional (UNA).
Su obra se balancea entre lo macabro y la sátira, al lograr presentar una belleza invaluable a través de un terreno oscuro. Con sus pinturas, Fallas explora las profundidades de la psicología, el erotismo y su contexto social, revelando temáticas que suelen ser ignoradas por la sociedad.
Roberto Murillo
Las creaciones del artista nacional Roberto Murillo cautivan al espectador a través del contraste de las luces y las sombras, las cuales se exhiben en sus muestras de dibujo contemporáneo y buscan reflejar la esencia de la experiencia humana.
Además, sus temáticas se alinean con la tradición del arte latinoamericano, en cuanto a la exploración del cuerpo humano y la intimidad de la expresión corporal, como lo hacen artistas como Fernando Botero, Rufino Tamayo y Luis Caballero.
Pablo Mejías
Nacido en Alajuela, Costa Rica, Pablo Mejias Chavarría descubrió su interés por el dibujo a los 4 años. Luego de una serie de acontecimientos personales, decidió incursionarse en el estudio del arte con profesores privados a partir de los 13 años.
Desde entonces, ha sido jurado en varios concursos de arte de instituciones públicas y actualmente cuenta con el libro El Más Furioso de los Perros, una recolección de sus obras publicada por la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
Historia y proyección de la galería latina
Según comentó el director, la galería A.P. Lazar ha estado en construcción desde el 2012, cuando todavía residía en Nicaragua. Finalmente, Lazar consiguió la residencia en París para dedicarse completamente al programa cultural y artístico, del cual se alimentará constantemente del talento centroamericano y costarricense.
De esta manera, el artista continuará viajando cada dos o tres meses a Centroamérica para curar sus próximas exhibiciones.
En el caso de Un paraíso peligroso, Lazar recopiló las obras de tres generaciones de artistas y pintores figurativos, de la mano del curador Rafael Venegas Arias.
“Este proyecto es un esfuerzo colectivo, es algo muy hermoso por ese lado (...). A mí me parecen impresionantemente bellas las obras, que tienen el componente humano, de cómo esto es una muestra de unidad, solidaridad y cuido entre ellos mismos. Es como una manada con instintos afectivos”, finalizó el artista.