Conocido por ser el eterno soltero de la realeza pero con gran fama de mujeriego, el príncipe de Mónaco Alberto II –de 53 años– se convirtió el viernes ante la ley y ayer ante la Iglesia Católica en un hombre casado, al jurarle fidelidad a la excampeona olímpica Charlene Wittstock, de 33 años de edad.
El monarca de uno de los principados más pequeños del mundo, que juró respetar a la sudafricana “en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad”, había evadido por mucho tiempo el matrimonio, tanto que muchos monegascos estaban resignados a que tendrían un príncipe solterón para siempre.
La Constitución incluso había sido modificada para garantizar la continuidad del linaje Grimaldi, una de las dinastías más antiguas de Europa (1297), en caso de que Alberto jamás tuviera un heredero.
El príncipe ha reconocido dos hijos fuera del matrimonio, y en los últimos días surgieron rumores sobre un tercer hijo ilegítimo, pero solo su vástago legítimo podrá sucederlo.
Esta tarea al parecer ya está incluida entre la lista de responsabilidades que asumirá a corto plazo la ahora princesa Charlene de Mónaco, quien se ha mostrado tensa al respecto y ha dicho abiertamente en entrevistas que desea tener un hijo rápidamente.
“Fundar una familia está en nuestros proyectos. Esperamos tener un hijo pronto”, había manifestado Wittstock en una entrevista con el diario francés
Más recientemente, la princesa dijo a la televisora BFM: “Amo a los niños y siempre he querido tener hijos propios”, mientras Alberto, a su lado, apretó los labios en una sonrisa tensa.
Al igual que la princesa, los monegascos han manifestado su deseo de ver pronto un bebé gateando en el Palacio.
“Llevamos años esperando que el príncipe se case y nos dé por fin un heredero”, dijo a la AFP una monegasca de 81 años, identificada como Raymonde.
A la ceremonia asistieron cientos de miembros de la realeza, jefes de Estado y celebridades del deporte y la moda, entre los que sobresale el diseñador de Chanel, Karl Lagerfeld; el exactor de James Bond, Roger Moore; la supermodelo checa Karolina Kurkova; y la exprimera dama francesa Bernadette Chirac.
El sonriente novio vistió el uniforme de verano, blanco, de la compañía de carabineros; mientras Charlene –que al principio se vio seria– portó un espectacular vestido color blanco marfil, de hombros descubiertos, y bordado con cristales, nácar e hilos de oro, diseñado por Giorgio Armani, que acompañaba con una delicada diadema y un largo velo de tul.
La pareja intercambió anillos de Cartier de una aleación blanca de oro y platino de 18 quilates. Alberto guiñó un ojo al deslizar la joya en el dedo de Charlene, y esta mostró una sonrisa amplia cuando hizo lo mismo al príncipe.
La música de la ceremonia religiosa, que estuvo a cargo del compositor francés Jean Michelle Jarre, fue interpretada por la soprano estadounidense Renée Fleming, el tenor italiano Andrea Bocelli y el peruano Juan Diego Flórez.
Al salir de la iglesia, la sudafricana se mostró sonriente, relajada y emotiva. Luego de saludar a la multitud que los esperaba afuera, la pareja se movilizó hasta la Catedral Santa Devota, en un auto híbrido convertible de la marca Lexus, donde la novia depositó su ramo.
La cena de lujo está a cargo del prestigioso
“El 95% de los alimentos y bebidas que se sirvan en la cena nupcial se produce en un radio de 10 kilómetros”, reveló Ducasse, y añadió: “Se hará una excepción con unas gambas procedentes de la Riviera italiana y un vino muy agradable traído de Sudáfrica”.
Además, según aseguró el prestigioso
El pastel es de siete plantas y por dentro es un bizcocho esponjoso de almendras, con una “fina compota de grosellas y un
La mesa de honor estuvo dispuesta en forma de “T” y situó en la barra transversal a Alberto II y a Charlene y a sus respectivas familias; mientras en la parte perpendicular se situaron a los jefes de Estado y miembros de las familias reales. El resto de invitados fueron repartidos en mesas redondas de diez asientos.
Tras degustar la cena, los invitados disfrutaron de un espectáculo de fuegos artificiales, que se acompañó de los temas