Aunque las emociones tras el festejo del Día del Negro en Limón centro habían bajado sus revoluciones, la alegría de este pueblo sigue intacta y quieren que los costarricenses sepan que venir a este hermoso puerto es una experiencia integral compuesta por cultura, gastronomía y mucho sabor.
El mercado central de la localidad está lleno de colores, olores y sabores. Tanto se puede disfrutar de una sopa de bacalao como de una dulce cajeta de coco. Hay chance de escuchar tertulias en patuá y español con temas tan variados como el partido de la Sele de este viernes ante Estados Unidos, o sobre la resaca de sabor que dejó el Grand Parade que se llevó a cabo la tarde de ayer.
En medio de ventas de comida (principalmente patí y rice and beans), las bebidas como el agua de jamaica y los granizados con leche en polvo y condensada ayudaban a calmar un poco el calor que hace en la provincia. Un calor que más allá del provocado por el sol, se siente en la piel con el don de gentes que caracteriza a los limonense. Aquí hay sonrisas por todos lados y apretones de manos confianzudos de gente que uno nunca ha visto en la vida; son cercanos, cariñosos y muy buenos anfitriones.
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Orgullosos de sus raíces, los limonenses quieren ver a su pueblo lleno de turistas nacionales e internacionales. Piden que se dejen los estereotipos a un lado, que los visitantes se animen a venir a esta hermosa tierra para probar de primera mano un amplio menú artístico, musical, de comidas y buena gente que tienen para ofrecer.
Antes de vender a ¢100 un chayote sazón, doña Teresa Rodríguez, quien tiene su puestito de verduras en el mercado hace 63 años, comentó que en la provincia caribeña hace falta mucho trabajo y que el turismo es una fuente muy importante de ingresos. "Que vengan a conocer Puerto Viejo, Punta Uva y Cahuita: son lugares muy lindos. Las playas son hermosas, la comida es deliciosa: el rice and beans, la sopa de mondongo y el rondón son lo mejor de venir aquí", dijo.
"Limón es parte de Costa Rica, de acá sale mucha plata gracias al puerto. Somos ticos, somos de este hermoso país", agregó la vendedora de ropa Yesenia Morgan.
Como siempre se ha dicho: lo mejor de Limón es su gente. Ese lema lo llevan los lugareños muy bien grabado en su corazón. "Somos alegres, bendecidos. Limón es un lugar lleno de la gracia de Dios. Se come rico, la gente viene buscando su rice and beans, pero cualquier platillo que uno les dé, les va a gustar", afirmó Carlos Morgan.
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Con él está de acuerdo el vendedor de bacalao Fernando Abrahams, quien estaba en su puesto de trabajo ataviado con un sombrero adornado con los colores de la bandera de Jamaica, mostrando cuán dichoso se siente de su linaje. "Limón tiene una gran riqueza de cultura que ha traído muchos beneficios a este país. La música, la comida, sus principios morales, espirituales y el cariño que tiene el afrodescendiente, que es muy amable. Aquí convivimos con cualquier etnia. Hay que comer jaquí con bacalao, tomar chicheme, bailar calipso; todo esto trae los recuerdos de cómo nuestros ancestros se divertían sanamente", contó.
Venga a Limón. Se lo recomiendo. El Caribe lo recibirá con una carga de emociones que usted puede disfrutar de manera sana, en familia y, se lo aseguro, va a salir con el estómago lleno y el corazón contento.