Suena como un dato menor, si acaso una coincidencia, pero seguramente no lo es. El 14 de mayo de 1998 se estrenó el último episodio de la serie Seinfeld y ese mismo día, falleció Frank Sinatra, a sus 82 años.
Sinatra, una figura incomparable del siglo XX, vio nacer el disco, la radio, el cine y la televisión. Su muerte acababa con una vieja guardia de intérpretes musicales y también con un legado agridulce, por su gran talento y sus escándalos.
Mientras tanto, Jerry Seinfeld se retiraba a su casa con una buena cantidad de millones en el bolsillo y “con las botas puestas”, tratando de alejarse de ese mundo del espectáculo. Las coincidencias de fechas solo terminaron de sellar los destinos.
Seinfeld –la serie– cambió la forma en la que se veían las series, que, de pronto, tenían espacio para comedia inteligente. Seinfeld –el comediante– cambió la idea de que quien tenía la fama debía arraigarse a ella hasta que el cuerpo no diera más.
Este lunes 14 de mayo se cumplen 20 años de que la serie terminara. Mucho ha cambiado la comedia, desde entonces (ya no hay tantos programas con risas grabadas), pero Seinfeld marcó el tono y puso las ideas que inspirarían la comedia moderna.
A 20 años del final de Seinfeld, ¿cómo han envejecido las nueve temporadas de la serie? ¿Qué pasó con los actores que interpretaban a Jerry, a George, a Kramer y a Elaine?
Legado
Entertainment Weekly nombró Seinfeld como el tercer mejor programa de televisión en la historia. El Gremio de Escritores de Estados Unidos (WGA por sus siglas en inglés) la señaló como el segundo. TV Guide dice que es el primero.
La serie debutó en julio de 1989. Pero un año antes Jerry Seinfeld ni siquiera aspiraba a tener un programa así.
“No sabía que Bob Shapiro (su manager) enviaba cartas a NBC cada vez que podía, diciéndoles que yo debería tener un programa. Yo no pensaba eso”, explica Seinfeld en el documental How It Began (2004).
En el momento, Jerry era un reconocido comediante en Nueva York, pero no tenía idea de cómo podrían calzar sus talentos en televisión, más allá de una aparición casual en un programa nocturno.
Caminando por Nueva York con el comediante Larry David, se pusieron a hacer chistes sobre los productos de un supermercado y Larry tuvo una revelación. “Deberíamos hacer el show de eso, de burlarnos de cosas pequeñas”, dijo David.
Seinfeld estuvo de acuerdo y ahí nació la serie que conocemos, “la serie de televisión que se trata de nada”, como siempre le han dicho sus creadores.
La serie, por supuesto, necesitaba un elenco. Larry David conocía a Michael Richards de la época en la que escribía para Fridays y lo fichó para interpretar a Cosmo Kramer, un caricaturesco personaje que estaba basado en un vecino de David.
Faltaba el que interpretara a George Constanza, el mejor y peor amigo que cualquiera podría tener. Vieron las audiciones de cientos de actores hasta que se toparon con la cinta de Jason Alexander, haciendo casi una imitación de Woody Allen, y supieron que era el correcto.
Después de filmar un piloto, la cadena NBC dio su veredicto. “Lo que más me da risa del diagnóstico es que describían la serie como ‘contemporánea, absurda y muy dirigida hacia los jóvenes adultos’, diciéndolo todo como algo malo”, señala Jerry Seinfeld.
Esa fórmula terminaría construyendo una importante serie que rompía con los cánones de la época.
Cuando NBC finalmente decidió ordenar la serie, solo pusieron una condición: debía haber una mujer entre los personajes principales. Trataron de audicionar a Megan Mullally, de Will & Grace, e incluso a Rosie O’Donell, pero no funcionaban.
Luego, Larry David recordó a Julia Louis-Dreyfus, a quien había conocido en Saturday Night Live. Años después, en el programa Comedians in Cars Getting Coffee, ella y Jerry recordaron la primera audición en la que leyeron líneas juntos: ahí supieron que funcionaría.
Una serie sobre nada
¿Cuántas citas se debe esperar para terminar una relación? ¿Cuáles temas son demasiado importantes como para hablar por celular? ¿Cuál es la forma apropiada de meter una tortilla tostada en un guacamole?
Una serie se tiene que tratar de algo, claro está. Y lo que Seinfeld logró fue retratar a un grupo de inadaptados tratando de navegar las convenciones sociales.
“Seinfeld es un análisis de los altos y bajos de las experiencias humanas diarias, de las situaciones mundanas que nunca antes habían sido exploradas para una audiencia masiva”, señala Sam Sommers, autor del libro Situation Matters, un popular texto de psicología.
Sommers es parte de la larga lista de psicólogos y filósofos que han usado Seinfeld para entender la vida moderna.
Mientras que otras comedias partían de situaciones irreales para traerlas a “la realidad”, Seinfeld llevaba la realidad hasta el absurdo.
La serie se hizo famosa por mostrar, por ejemplo, lo que podría pasar si una persona trataba con irrespeto al tipo que servía la mejor sopa de Nueva York. Todo para terminar en una frase que marcaría la cultura pop, “No soup for you!”.
“Su foco neurótico en las minuciosidades de las costumbres sociales, es comparable con las comedias de Oscar Wilde.
”Revela los mismos problemas que le provocaban náuseas a los filósofos existencialistas: los pequeños actos de sus personajes se juntan para causar estragos entre los personajes”, describió la escritora Jennifer Keishin Armstrong para BBC.
Ella escribió el libro Seinfeldia, inspirada por la antología Seinfeld y la filosofía: Un libro sobre todo y nada (1999), un texto que relaciona a Seinfeld con grandes nombres de la filosofía, como Platón o Nietzche.
Ambos libros fueron best sellers y son parte de los materiales usados en clases universitarias sobre Seinfeld.
Siendo que el humor de Seinfeld era sobre personas tratando de ser correctas –y fracasando de la manera más cómica posible– la serie no ha envejecido nada mal, a diferencia de series de la misma época como Mejorando la casa o Cheers.
La mayoría de los críticos, de hecho, coincide en que Seinfeld abrió la puerta a un nuevo mundo de comedia y que series como Malcolm in the Middle, 30 Rock o Curb Your Enthusiasm, la serie que haría Larry David después del éxito.
Varios escritores de Seinfeld terminaron en Veep, la serie protagonizada por Julia Louis-Dreyfus, quien ya tiene un récord por ganar el premio Emmy en ocho ocasiones por su papel como Selina Meyer.
Jerry Seinfeld se retiró del ojo público, no sin antes hacer una gira de stand-up comedy que deparó en un documental y un especial para televisión.
Después de esto hizo Bee Movie (2007) y desde el 2012 hace Comedians in Cars Getting Coffee, un programa sin guion que le sirve de excusa para sentarse a tomar café con otros comediantes amigos suyos.
Los otros dos miembros del elenco no han tenido tanto éxito. Jason Alexander ha hecho papeles pequeños y voces de personajes para cine y televisión (incluyendo, sorprendentemente, varios roles en Dora la exploradora).
Michael Richards trató de volver al stand-up comedy, sin mucho éxito. El acabose fue un incidente en el 2006 en el que profirió insultos racistas contra una persona en un bar.
En el caso de ellos dos, incluso en el de Seinfeld, sus personajes fueron más grandes que sus propias figuras.
Fue el 14 de mayo de 1998 cuando Seinfeld terminó, con un episodio de muchos sinsabores, pero su posición como serie de culto, apenas estaba empezando.