La sonrisa y energía son dos características que pueden definir a la modelo y presentadora Sharon Segura, quien actualmente es una de las participantes del concurso de ballroom Dancing with the Stars. La noche del 8 de setiembre el espacio tuvo su gala de Año memorable en la que cada participante revela el año que más ha marcado su vida.
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En setiembre de 2017, en redes sociales Sharon sonreía igual, su trabajo lo requería, su vida tenía que continuar y debía mantenerse con la imagen fuerte que siempre ha proyectado en su casa. Pero en ese mes ella y su familia experimentaron la prueba más grande: su papá, Carlos Segura, con apenas 51 años en ese momento, fue diagnosticado con dos tumores en el riñón izquierdo, tenía cáncer.
“Fue un tiempo de mucha prueba personal con la enfermedad de papi. Lo vivimos de manera muy interna porque son procesos que se llevan en familia.
El cáncer es una enfermedad que no es normal pero sí común. Como familia enfrentamos esta noticia con positivismo, aunque los resultados no fueron los esperados, nos ayudó que somos muy unidos. Estoy acostumbrada a ser feliz. Toda la vida he agradecido a Dios por todo lo que he tenido”, contó Segura, de 29 años.
Luego de una intervención, a su padre le practicaron una nefrectomía radical (le extirparon el riñón) y para alegría de la familia, él hoy se encuentra muy bien. De hecho, él fue uno de sus acompañantes durante la gala especial de esta noche.
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Durante el proceso, Sharon vivió momentos complicados, pues aunque su padre siempre se mantuvo con fe y serenidad, para ella era difícil llegar al hospital a pedir una cama o algo que requiriera él cuando a la vez veía señores mayores en la misma espera.
“Ya mi papá estaba diagnosticado. Pero yo veía señores de 90 años sentados en una silla, era duro pedir una cama sabiendo que había otros que también la necesitaban.
Fue una prueba grande llegar al hospital y ver personas pasándola así. Yo pedía por mi papá y me sentía egoísta. Fue golpe de humildad. Aprendí que Dios nos escucha siempre”.
Sharon siempre se proyectó fuerte para ser el baluarte en el que se apoyó su mamá. Aunque confiesa que en su carro o por las noches lloraba por la incertidumbre de lo que pudiera pasar.
“Siempre he sido la fuerte de la familia. He sido como una figura de respeto en mi casa para papás y hermanos porque he trabajado mucho siempre, vivo por ellos. Era complicado mostrarme débil, les decía que todo iba a salir bien. Mi mamá estaba dolida. Todas las noches se ponía la última camisa que mi papá usó en la casa para así sentirlo. Nunca habían estado separados. Yo me iba todo el día para el hospital, aunque sabía que no podía hacer mucho, solo quería que todo se resolviera rápido. Hasta pensé en vender mi carro”, recuerda.
Luego de salir del hospital, don Carlos sufrió una trombosis, sin embargo, siempre se mantuvo con la mejor actitud. Hoy esta familia agradece que él esté con bien, aunque son conscientes de que no todos los procesos terminan iguales. Hace un tiempo Sharon perdió a un primo, quien luchó contra la leucemia desde que era un niño.
“Parte de mi mensaje es saber entender los designios de Dios. Él tiene un propósito para todo. Aunque uno no lo entienda, todo es un plan perfecto, Dios no se equivoca. Siempre sale el sol después de la tormenta”, aseveró.