En esta cancha de baloncesto hay dos equipos. De un lado juega Adriana Durán, una mujer que simplemente ama el deporte. Del otro, un contrincante difícil de definir: estereotipos, prejuicios, rumores.
A medio partido, Adriana siente ganas de dejarlo todo tirado. Pero su equipo pudo más. No dejó de encestarle uno y otro punto al rival.
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Cuando Adriana Durán corría y jugaba a las canicas y al fútbol con sus vecinos de barrio Los Ángeles en Cartago, le decían marimacha. Con 10 años ella no tenía noción de lo que eso significaba.
Adriana quería usar jeans y le andaba de largo a los vestidos. Era lo que le gustaba.
Los deportes le apasionaron desde siempre: lleva décadas jugando baloncesto. El periodismo nunca le pasó por la mente y trabajar en televisión, menos. Con 16 años pensó estudiar ingeniería en sistemas, educación o relaciones internacionales.
Cuando llegó a la Universidad de Costa Rica, se topó con un despegable que contenía información sobre relaciones públicas, le sonó similar a su posibilidad anterior y ahondó en el tema. Descubrió que la carrera era la de Ciencias de la Comunicación Colectiva, que englobaba relaciones públicas, publicidad, producción y periodismo.
Durán ingresó allí y desde sus inicios externó su deseo de ser periodista deportiva, para así unir su carrera con la pasión de siempre. “¿Periodista deportiva? Sí. Pero cómo, si eso no es para mujeres”, le dijeron una y otra vez.
Adriana tuvo una oportunidad y la aprovechó dos años después de “tener esa espinita”. Eduardo Solano, su compañero de clases, trabajaba en canal 2 y le comentó que para el programa 2 Deportivo buscaban una presentadora. Ella audicionó.
“Cuando fui a hacer la prueba yo sabía que no reunía los requisitos porque querían una presentadora, no una periodista. Llegó mucha gente, cuando llegué éramos dos: una macha espectacular y yo (risas). Cuando me empiezan a entrevistar, se dan cuenta de que no me veía bien en cámara, pero que sí sabía de deportes. No supieron decidir y nos dejaron a las dos; ella no aguantó y quedé yo”, cuenta Durán.
“Más allá de una cara y un cuerpo uno tiene que demostrar conocimiento y seguridad”.
Luego de unos meses en ese trabajo se presentó la inédita oportunidad de que Adriana hiciera entrevistas en estadios.
“Le agradezco a Ramón Coll, que era el presidente de Canal 2, porque seis meses después de que empecé, no sé él motivo, pero se quedaron sin el encargado de las entrevistas en el estadio y como era un departamento tan pequeño no tenían a quién poner entonces me llamó don Ramón y me dijo: ‘Le voy a dar una oportunidad para ir a hacer entrevistas a los estadios. Si usted pega le va a ir muy bien, pero si no, olvídese de su intención de trabajar en televisión’”, rememoró Durán.
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Pionera en la pantalla. Adriana Durán fue la primera mujer en hacer entrevistas en estadios para televisión en Costa Rica.
“Antes había otras mujeres periodistas con una gran trayectoria: Adriana Núñez, Vilma Ibarra, Isabel Ovares, y otras más que incursionaron en radio y prensa escrita. En mi época estaba Yuri Jiménez. Pero la primera vez que se relacionó cara femenina con deportes fue la mía porque fui la primera que llegó a hacer periodismo deportivo a la televisión”, cuenta.
Aunque los estereotipos jugaban muy duro, Adriana supo hacer mejores jugadas que la hacían acumular puntos. Ella salía victoriosa.
“Mi primera entrevista en un estadio fue con Juan José Gámez (exfutbolista y exentrenador, ya fallecido) y la cara de don Juan José cuando yo llegué a hacerle la entrevista fue de espanto (por ser una mujer).
”Años después yo lo molestaba y le decía que me acordaba de que me hizo sufrir mucho en la primera entrevista. Yo nunca me achiqué. Estudié mucho. Muchos colegas me ayudaban, me daban libros. Don Hugo Tassara (exentrenador técnico, también fallecido) me ayudó con libros de tácticas para que yo entendiera mejor. Como mujer y joven (empezó en tele a los 21 años), había que llegar muy bien preparada a las entrevistas porque siempre se me iba a juzgar diferente…
”Yo siempre me preparaba y ponía atención a quienes más sabían. En aquel entonces don Mario Segura ya era presentador de canal 7. Entonces yo vacilaba y decía: para mí el gran reto no es solo ser mujer, sino ser joven. Porque si juega la Sele y yo digo que jugó mal y sin don Mario dice que jugó bien, ¿a quién le van a creer? A don Mario por su trayectoria”, dijo Durán.
Tras cuatro años de ejercicio y haber logrado ganar el respeto del gremio y de sus fuentes, hubo un momento en el que Durán consideró “salirse del juego”… casi permite que los estereotipos la vencieran, pues ellos “usaron” una arma inesperada: mujeres juzgando.
“Yo había avanzado en las entrevistas en los estadios, pero había lugares a los que iba y sé que me lo vas a creer: eran las mujeres las que me atacaban.
”En ese tiempo yo ya tenía a mi hijo mayor (Diego) y me acuerdo que una señora me dice: ‘Pobrecito su hijo con una mamá así’. Y yo me sentía tan mal, y decía que por qué, que qué les había hecho yo”, recordó. “Quería que mi hijo (Diego) se sintiera orgulloso de mí, por eso a pesar de las críticas no flaqueé. Ese fue mi caballito de guerra”, agregó Adriana.
A lo largo y ancho de sus carrera en televisión, que incluyó ocho años en canal 2, seis meses en canal 13, 17 años en Buen día de Teletica y los últimos dos en Teletica Deportes, Durán recibió críticas pero también mucho apoyo de su equipo de trabajo y del público que respetó y valoró su labor profesional, empática y cercana.
“Yo supe lo que era que en mis primeros años en tele un taxista me dijera que le gustaba mi trabajo pero que no me veía porque la esposa no lo dejaba, que se ponía celosa. En aquellos tiempos no había redes sociales pero sí había columnas en los periódicos que decían que ‘qué hacía esa muchachita allí’. Más recientemente me decían que qué eran esas bolsas que se me hacían en los ojos, eso me frustraba pero aprendí a amarme como soy. Lo que la gente no sabe es que son herencia de mi mamá”, contó.
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Por la mañana. Buen día fue un largo aprendizaje, Durán recuerda que siempre decía estadio en lugar de estudio. Agradece a Édgar Silva, su compañero en la conducción del programa porque él hizo que se facilitara su estancia, haciendo un periodismo diferente al que acostumbraba. Admite que hubo diferencias con Silva, pero “de las típicas con algún compañero de trabajo”, no tan fuertes como se rumoraba.
“Yo me enamoré de la idea de hacer un periodismo diferente. Quería que me vieran como una comunicadora que podía trabajar en otras ramas”, dice.
Adriana aprendió a recibir el cariño de las personas que le admiraban, e incluso que lloraban en un pasillo del supermercado al verla y saber que a cómo se veía en tele, era en persona.
“La Nación hace muchos años hizo una encuesta. Publicaron una lista donde salían las personas más queridas y los menos queridos. A mí me sorprendió porque Édgar Silva estuvo en las dos listas; pero mi sorpresa profunda fue aparecer en la lista de los más queridos, era una selecta lista en la que aparecía incluso Franklin Chang y unas cinco personas más.
”La gente votó por mí porque decían que yo les gustaba y les caía bien porque me sentían cercana, como ellos; que yo podría ser su hermana, vecina o tía. Desde entonces me dejé de preocupar, yo me cuido y mucho, pero no me preocupé por verme linda”.
“Aclaro que no tengo nada contra eso, pero soy de las pocas presentadoras de televisión que nunca se hizo nada. Nunca me operé. Uso mis cremitas, pero mis arrugas son de mi edad, mi cuerpo es de mi edad como una persona normal, porque soy una persona normal”, expresó Durán.
Al verse al espejo Adriana dice que no encuentra a una mujer bonita. Sentadas en la cálida sala de su casa, noté que su voz es dulce y sus ojos parecen sonreír, más que “bonita”, esta mujer de 48 años es encantadora.
Durán vive con sus cuatro hijos: Diego Durán (26), Fabián Estrada (19), Juan Carlos Estrada (17) y Marco Callandrelli (9), todos amantes del deporte, afición heredada que llena de orgullo a la mamá. También los acompaña Jenny, la señora “que le colabora en todo” y que llegó cuando el menor de sus hijos tenía seis meses.
En la mayoría de sus entornos Adriana ha estado rodeada de varones. Sus amigos de la infancia, sus hermanos, sus compañeros de trabajo y ahora es mamá de cuatro hombres.“En la casa son cuatro varones; hasta el perro es macho”, bromea.
“Mi vida ha sido una aventura. Siento que Dios me ha bendecido con una vida maravillosa. Tengo una vida muy feliz. Mis hijos son mi razón de ser. Tal vez no me vea toda la vida siendo periodista o comunicadora, pero mi vida no la hubiera concebido sin mis hijos. Yo nací para ser mamá”, dijo.
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Con 20 años Durán se convirtió en mamá soltera, situación que generaba todavía más controversia a principios de los 90. Ella siguió estudiando y trabajando; Adriana rompió paradigmas en más de una forma.
“Nunca quise hacerlo intencionalmente. Nunca tuve esa expectativa. Siempre quise ser feliz, todo en mi vida lo he hecho para ser feliz. Fui mamá soltera y era muy difícil porque en una época en la que la sociedad te juzgaba y te señalaba; yo perdí hasta amistades de toda la vida por esa situación. Recuerdo hasta comentarios hirientes de las señoras. Nadie se preocupó por lo que había pasado detrás de esa historia, porque todos somos una historia”.
“Mis papás me apoyaron cuando Diego tenía seis meses y me surgió la oportunidad de estar en tele. Nunca paré de estudiar. Siempre quise que mis hijos nunca sintieran que fueron un freno en mi vida para nada. Yo les dije a mis papás que quería trabajar, estudiar y ser mamá, que no sabía cómo hacerlo y ellos me dijeron que me iban a ayudar. Había tantas cosas importantes pasando en mi vida, que ser juzgada era lo menos importante”, detalló.
“Me duele mucho que la gente ha juzgado mi parte personal. Nadie sabe, ni nadie tiene por qué saber por qué me casé y divorcié. Lo mejor de las experiencias en el plano emocional que he tenido son mis hijos. Nunca hablaré mal de nadie porque ante todo valoro lo que las dos veces que estuve casada dejó en mí, que son mis hijos. .
”Yo tengo dos opciones: esconderme o hablar abiertamente de mi vida. Yo no tengo nada que ocultar. En la medida de lo posible trato de hablar con franqueza”, aseveró.
Adriana no cierra las puertas al amor. “Tengo casi un año de tener una relación. Empecé con miedos y temores pero gracias a Dios, él es una persona segura de sí misma, ha sido un gran soporte y apoyo”.
El 22 de enero de este año, Adriana Durán empezó a trabajar en el departamento de Relaciones Públicas e Imagen Corporativa de la Federación Costarricense de Fútbol, este comienzo marca una nueva etapa en su vida profesional.
Esta le permitirá seguir ligada a su pasión desde otra trinchera, además, tendrá más tiempo para disfrutar de sus amados hijos. Adriana sigue siendo una jugadora fuerte y ahora mucho más experimentada. Difícilmente los estereotipos van a querer jugar otro partido con ella con la intención de vencerla.