
Adriana Monsalve lleva siete años haciendo camino en una de las cadenas de noticias deportivas más respetadas del mundo: ESPN.
Esta emprendedora venezolana tuvo que dejar atrás su tierra hace 11 años para sacar adelante a su familia y convertirse en referente para las mujeres que luchan dentro del competitivo ambiente del periodismo de deportes.
Hoy, junto al siempre polémico David Faitelson , es la encargada de imprimirle pimienta y botarle las teorías al mexicano en el espacio de análisis y opinión Nación ESPN . De esto, de su carrera y de la difícil situación en su país, la dueña de la exclamación “¡Tómala!” habló en exclusiva con La Nación.
Antes que nada, ¿cómo ve a Costa Rica en el Campeonato Mundial de Fútbol de Brasil?
Le tocó la mala suerte de bailar con la más fea. Lamentablemente, por cómo se dio el sorteo a los equipos de Concacaf le iban a tocar grupos duros. Costa Rica tiene un buen equipo con (Jorge Luis) Pinto. Demostraron que México no es el gigante del área, fueron segundo lugar y ganaron todos los partidos en casa. Será difícil, pero imagínate que le vaya bien en el primer partido. Será todo o nada.
En Nación ESPN , debate con el siempre polémico David Faitelson. ¿Cómo maneja esas discusiones que tienen día a día?
Me hago de tripas corazón (risas). Trabajar con David es una montaña rusa de emociones. Es un gran profesional; estando con él en cámaras aprendes mucho de lo que debes y no debes de hacer. A mí me gusta discutir con él; me meto tanto en las discusiones que llego a casa y discuto con mi esposo. Él me dice: ‘Ya no estás en Nación ESPN ; estamos en la casa. ¡No soy David, soy Ricardo!’ (risas). Lo más importante es la tolerancia y mostrar eso al público, que nos respetamos. David tiene su forma de pensar, yo la mía. En este medio, cuando se habla de deportes, con tantas emociones y sentimientos envueltos, hay que ser objetivo, hay que respetar opiniones, ¡aunque sea una locura!
¿De dónde nació la famosa frase que significa su sello, el ¡Tómala! ?
Cuando presentaba en Sports Center tenía mis sellitos . Es un show de noticias y hay tantos talentos que, de alguna forma, tienes que sobresalir. Cuando llegué ahí, me comentaron que plasmara mi identidad. El segmento se llamaba así, no inventé yo el nombre ni nada, se llamaba ¡Tómala! , pero, de alguna forma para liberar estrés en alguna discusión, la hice muy mía. Siempre me desahogó con el ¡Tómala! ( risas ).

Leí que usted pasó de cantante a periodista, ¿cómo fue eso?
Sí, crecí con un talento en la voz. De muy chiquita, crecí con el canto, llevé clases de solfeo y música. Además de periodismo, estudié en Londres para aprender inglés y allá se me dio la opción de cantar con una banda latina. Me fue tan bien que me ayudó a subsistir en una ciudad tan cara. Volví a Venezuela y se me dieron más oportunidades, estuve en una banda y, por ahí, entré a medios de comunicación. Tuve la opción de irme a Orlando y periodismo deportivo fue lo que estaba disponible, ¡y la tomé!
¿De qué forma luchó para crearse una imagen respetada en medio de una sociedad que aún tiene muy arraigado el estereotipo de que el periodismo deportivo es solo para los hombres?
Está latente. Hay personas que a lo mejor no aprovechan de la mejor forma esa oportunidad. ESPN en inglés ha sido pionero en eso. Allí tienen periodistas femeninas que son la cara de la cadena y creo que ESPN Deportes (en español) también lo hizo. Michele LaFountain, Georgina Goga Ruiz (experta en ciclismo), mis compatriotas Carolina Guillén y Padrón, Marissa Lara, entre otras. El tener la oportunidad de trabajar en ESPN fue una decisión en mi vida.
Yo estaba en Estados Unidos tratando de buscar una mejor calidad de vida; me costó muchísimo conseguir los papeles migratorios, lo logré y, cuando ya era residente, salió una oferta para trabajar con ellos, pero en México. Cómo le voy a decir que no a ESPN, a pesar de que ya estaba en Estados Unidos y podía vivir más cómoda y segura. A mí me gusta asumir retos, y eso tenemos las mujeres, que asumimos retos. Con mucho trabajo y dedicación, me gané un lugar acá.
¿Alguna fuente se ha querido propasar con usted?
¡Jamás! En ese aspecto, nunca he tenido problema. A lo mejor en una entrevista una vez, un atleta me dijo: ‘¿Y esta quién es?’, pero yo creo que los atletas se van acostumbrando, porque ellos conocen también este mercado.
En Costa Rica hay periodistas deportivas, pero también pasa que a algunas las dejan leyendo redes sociales y no les dan minutos en programas de análisis. ¿Qué les aconseja?
Estudiar mucho, estar informada. Todos los días aprender algo nuevo, no quedarte en el facilismo. Cuando yo empecé en Sports Center , que es un show muy dinámico, de ti depende cómo la gente reciba esa información. En este medio, hay que ser muy creativo; hoy con tantas herramientas para estar informada, el dominar varios temas y deportes es vital. Nunca dejar que alguien te diga qué decir. Es tiempo de ser uno mismo y darle a entender a la gente por qué estás tú ahí.
¿Cuál entrevista con alguna personalidad recuerda más?
¡José Mourinho! Fue cuando el Real Madrid hizo una pretemporada aquí en Los Ángeles. Yo tenía una imagen totalmente errada de él. Te soy sincera, iba muy nerviosa. Para que ellos (las fuentes) sientan que la entrevista es válida, yo me tengo que poner al nivel de ellos y hacerles entender que soy tan buena periodista como él lo es como técnico. Fue un tipazo; totalmente diferente al Mourinho que te venden por otro lado. Un tipo muy educado, enfocado en lo que quiere; muy diferente al que se ve en las conferencias de prensa. Le hice preguntas incómodas y las contestó sin problema.
Como venezolana que es, ¿qué piensa de la actual situación política que atraviesa su país?
Es lamentable. En el 2013, hubo más de 24.000 asesinatos en Venezuela. Antes, uno escuchaba que murió un amigo de un conocido. Ahora eso se oye a diario, una pasa preocupadísima rezando por la familia que queda allá, que un día sale a trabajar y no sabes si regresará a casa. La inseguridad es lo que reina en Venezuela y estamos expuestos todos. Yo tomé una decisión hace mucho tiempo, 11 años, y fue difícil. Empezar en otro país, el saber que soy extranjera dondequiera que voy por haber dejado mi tierra. Mi país me dio muchas cosas; lo que soy hoy en día se lo debo a él, pero en este momento decidí darle prioridad al bienestar de mi familia.