Grandes casas, grandes peinados, grandes sumas de dinero y grandes peleas: todo se hace a lo grande en Nueva Jersey, hogar de algunas de las damas más influyentes de este estado.
Son las millonarias y poderosas que dejaron entrar las cámaras a sus dramáticas vidas de ricachonas en el reality Amas de casa de New Jersey , cuyo propósito de vida, al menos en la tevé, es el shopping y sus memorables discusiones por frivolidades.
Se trata de Teresa Giudice, Jacqueline Laurita, Danielle Staub, Caroline y Dina Manzo. Ellas se han vuelto figuras noticiosas de los espacios de espectáculos más populares de Estados Unidos: si creían que las Kardashian eran frívolas, esperen a ver el mundillo en el que se desenvuelven estas cinco mujeres, amadas y odiadas por igual por una teleaudiencia que, sin embargo, las “consume” con un placer culposo. No en vano ya van por la quinta temporada en Estados Unidos.
Ellas hacen todo en el más alto nivel: compras, sesiones de belleza, la decoración y hasta sus peleas, sin dejar de lado sus mansiones y un lujoso estilo de vida, no exento de conflictos. En los primeros capítulos veremos cómo Danielle intenta tener acceso al círculo íntimo que ya conforman las otras.
Es que, cuando Caroline organiza la Fiesta Anual del Comisario para recaudar fondos y no invita a Danielle, esta se asegura de que todos sepan que la dejaron fuera.
Si bien la familia es lo más importante para estas amas de casa, también es el origen de muchos de sus problemas.
Luego, en otros temas más (¿relevantes?), el nacimiento del bebé de Jacqueline une aún más a las hermanas Manzo, pero ellas siguen preocupadas por el mal comportamiento de Ashley, hija de Jacqueline.
Cuando el novio de la hija de Caroline causa un gran alboroto dentro del clan Manzo, Caroline hace todo lo posible por mantenerse al margen y dejar que sus cachorros solucionen las cosas solos.
Mientras tanto, las hijas de Teresa y Danielle reciben una invitación para modelar en la Semana de la Moda de Nueva York, y en un esfuerzo por seguir adelante y concentrarse en cosas positivas, Danielle hace llegar un propuesta de paz a sus examigas para festejar el éxito de Christine.
Ambas madres no pueden sentirse más orgullosas, pero, cuando aparecen los percances en la pasarela, se preguntan por el futuro de la carrera de sus hijas en el mundo de la moda.
Como dicen, la realidad usualmente supera a la ficción. Así, bastará observar el día a día de estas divas para entender que el guion de la mítica serie Desperate Housewives quizá, solo quizá, se quedó corto.