Saturday Night Live consiguió los ratings que anticipaba con un episodio presentado por Donald Trump, pero dadas las protestas y las feroces críticas que el programa ha recibido, NBC debe preguntarse si valió la pena.
Desde el punto de negocios, la compañía Nielsen dijo que el programa tuvo el sábado su mejor índice de audiencia desde enero de 2012 en los principales 56 mercados de la nación. Un estimado que incluya a la nación completa no estará disponible hasta el jueves.
Organizaciones latinas protestaron la invitación a Trump por la misma razón por la que la NBC rompió relaciones con el otrora anfitrión de Celebrity Apprentice hace unos meses: los comentarios del candidato presidencial republicano sobre los mexicanos que cruzan la frontera a Estados Unidos de manera ilegal. Eso llevó a uno de los momentos cumbre del programa, cuando Larry David le gritó "eres un racista" a Trump en alusión a una oferta de $5.000 por parte de un grupo activista para quien le dijera algo molesto al anfitrión.
Night, all. #SNL pic.twitter.com/WOGAg2ceWY— Saturday Night Live (@nbcsnl) noviembre 8, 2015
La aparición de Trump como anfitrión invitado pese a la decisión corporativa de alejarse de él evidencia tanto la autonomía del productor ejecutivo de Saturday Night Live Lorne Michaels como la demostrada capacidad de Trump de atraer espectadores.Seguro, Trump ganó ratings, pero los espectadores fueron castigados con "un programa triste, sin gracia, que terminó con una ovación final de Trump y el elenco más parecida a un video de rehenes", escribió el crítico del New York Times James Poniewozik.
Esa conclusión es ejemplo de la respuesta brutal de la crítica. Tanto Poniewozik como Daniel D'Addario de la revista Time usaron el término "anodino", o una palabra más elegante para soso.
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"Olviden a los votantes de Iowa", escribió D'Addario. "Es difícil imaginar que los 90 minutos que la NBC transmitió generen una reacción de nadie".
El "anémico y desanimado fracaso" tuvo un gran peso sobre la integridad del programa, escribió Hank Stuever, del Washington Post.
Aunque no es la primera vez que Saturday Night Live tiene a un político como anfitrión, varios críticos expresaron alarma por la selección de una figura que sería más cómodo satirizar a distancia. Algunos chistes se burlaron de Trump y su imagen, pero Trump ha dicho que aprovechó su derecho como anfitrión de vetar material que considerara ofensivo.
What a show. Thanks for watching, everyone! #SNL https://t.co/h5XEvDWPRU— Saturday Night Live (@nbcsnl) noviembre 8, 2015
"'SNL' está más cómodo siendo hermano de fraternidad de los políticos que satirizándolos", escribió Chris White, de la revista Paste.Cuando el personaje de Vanessa Bayer dijo que no quería estar en un sketch en el que Trump iba a tuitear comentarios odiosos sobre los actores, Stuever dijo que no se sintió como un chiste.
"Los escritores del programa también se equivocaron, o simplemente no tuvieron ganas de jugar en un principio", escribió. "¿Quién los puede culpar? Nunca debieron haber sido puestos en esa posición".
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Para Saturday Night Live fue una oportunidad desaprovechada. El programa frecuentemente se regenera a sí mismo y ahora cuenta con un elenco relativamente joven, una ocasión perfecta para conquistar a más espectadores casuales.
Pero pensándolo bien, ¿qué es una falla en 40 años de historia? Los críticos no estarán contentos, pero los contadores de la NBC ciertamente lo están, dijo el analista de televisión Marc Berman.
"Esto no va a afectar el programa", dijo Berman. "Tiene a todo el mundo hablando de él de nuevo".