El locutor Jorge Madrigal, uno de los más discretos participantes de esta cuarta temporada de Tu cara me suena, no buscó entrar al programa por reconocimiento. Él ya probó esa etapa del 91 al 96, cuando se consolidó, junto a sus compañeros de cabina, como una de las voces predilectas del dial de 103, la radio joven.
Él continúa en radio, es codirector de 94.7 FM y director de Azul 99.9 FM. Su voz suena incluso en el aeropuerto, espacio en el que da importantes indicaciones a los pasajeros, pues es locutor comercial.
Ahora nuevas generaciones pueden ponerle un rostro a su imponente voz, gracias a su paso por el programa de imitaciones de Teletica, espacio en el que Jorge Madrigal, de 46 años, está feliz y realizado, pues él quería experimentar el canto y transformarse en diferentes artistas, desde hace tiempo.
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Literalmente, la tercera fue la vencida para el locutor, quien deseaba entrar al concurso de imitaciones desde el 2017: en esa oportunidad preguntó por la opción de entrar cuando ya el elenco había sido seleccionado; el año anterior llegó temprano para no quedarse sin espacio, pero, debido a la transmisión del mundial, no se produjo el programa. Fue hasta este 2019 cuando su hora al fin llegó.
¿Cómo es que una persona a quien se le percibe tanta formalidad tenía tanto entusiasmo por unirse a un programa de interpretaciones e imitaciones en las que por lo general hay una chispa de humor? Él lo explica.
“Yo quería entrar desde hace dos años. Pensaba: ‘esto debe de ser lindísimo’. Nadie me veía en esto. Siempre me han visto muy formal. Y es cierto: de la formalidad rescató mi puntualidad, el respeto, que no soy mal hablado. Siempre cuido mi vocabulario, estudio el español, me interesa leer y no tener que recurrir a frases quemadas. Soy así. Pero, quienes están conmigo todo el día se dan cuenta de que cuento chistes y me paso riendo. No soy el serio que se imaginaron que era. O piensan que más allá de serio, soy aburrido, pero no es así. Quería hacer esto por salir de mi sillón cómodo, vivir esta experiencia. Sentir el reto de cantar, actuar y bailar. Me gusta mucho cantar, aunque no soy cantante”, asegura.
La música siempre ha estado de su lado. Desde niño se rodeó de todo tipo de instrumentos y de colecciones de discos, su gusto musical hacía que ya trabajando fortaleciera ese número de acetatos o CD que tenía en casa.
Jorge Madrigal estudió ciencias políticas, sin embargo, dejó la carrera cuando vislumbró que la única posibilidad de ejercer era complementando con derecho o administración pública. En ese instante se visualizó con saco y corbata en un escritorio y entendió que eso no era para él.
Se inclinó por la publicidad y de esa forma llegó a la radio. Tiene casi 29 años de estar en cabina rodeado de su adorada música, pasión que en este momento vive desde otro escenario.
“Esta es una experiencia riquísima. No tengo nada que perder, todo es ganancia. Gano desde el momento en el que empiezo a estudiar al personaje, cuando me transforman y me presento. Este era como un gustillo guardado de estar en TCMS. Me gusta cantar y hay posibilidad de cantar canciones que disfruto. El próximo domingo voy a interpretar a Diego Verdaguer, me fascinó hacer a El Buki. Son cosas que digo: ‘qué rico hacerlo, así (los jueces) me den 3 puntos o 12”, afirma.
De cerca
En el estudio Marco Picado, cada semana hay dos mujeres que no faltan en el público que le hace barra a Jorge: su hija y su hermana.
“Tengo una hija, Paula Madrigal, que va a cumplir 20 años. Ha estado muy a mi lado, no falta a una gala. Ella estudia conmigo, me critica si es necesario, me envía mensajitos con corazones y besos. Se siente orgullosa. Ella y mi hermana Ana Victoria me acompañan en todas las galas”, cuenta.
Jorge está divorciado. Su única hija es Paula, a quien describe como “lo más importante de su vida”.
“Si yo la veo riéndose cuando estoy en el escenario ya se me hizo la noche. Ya sé que el trabajo está bien hecho y esa risa no es fingida porque ya la conozco”, dice.