Todo matrimonio intenta mostrar su mejor sonrisa afuera de su puerta. Todos quieren mostrarse en su entorno como la pareja perfecta, aunque haga falta fingir que la llama del amor se mantiene viva.
Pero ¿por cuánto tiempo es posible sostener una fachada falsa? Big Little Lies es la nueva serie de HBO, y que está dispuesta a desenterrar secretos e inseguridades para demostrar que las apariencias engañan.
Desde fuera, la pacífica ciudad costera de Monterrey, California, parece estar poblada por madres abnegadas, esposos exitosos y niños adorables que viven en lujosos hogares.
Parece un mundo perfecto. Parece.
Pero basta con mirar a fondo la historia de tres mujeres del prestigioso vecindario, para percatarse del sufrimiento que implica el sostener las apariencias frente a todos.
Celeste Wright (Nicole Kidman), es la envidia de sus amigas, una escultural mujer de la que se podría decir que ha conseguido todo en la vida: mellizos, dinero y el marido perfecto.
Madeline Martha Mackenzie (Reese Witherspoon), por su parte, es una mujer llena de energía y buenas intenciones, pero que se deja llevar por una compulsión por corregir y esto le trae consecuencias imprevistas.
Por último, Jane Chapman (Shailene Woodley), es una madre soltera que oculta un pasado misterioso. Ella es la nueva en Monterrey y también en la compleja jerarquía social de la escuela Otter Bay Elementary, donde estudia su hijo.
Ahí, Jane debe rozarse con otras mujeres como Renata Klein (Laura Dern), una profesional poderosa que crea una intensa campaña contra el bullying dentro y fuera de las escuelas, o Bonnie Carlson (Zoë Kravitz), una profesora de yoga que está casada con el exesposo de Madeline y que muestra un alma sensible con sólidos principios morales.
Aunque Big Little Lies se desarrolla desde una perspectiva muy femenina, los hombres también juegan roles importantes en el particular tejido social de Monterrey.
Perry Wright (Alexander Skarsgård) es el marido de Celeste, un padre amoroso y, además, un exitoso hombre de negocios.
Ed Mackenzie (Adam Scott) es el segundo marido de Madeline, quien, contrario a ella, cree en jugar a lo seguro. Es un hombre estable y cariñoso.
Nathan Carlson (James Tupper) es el exmarido de Madeline que se casó con Bonnie y que ahora enfrenta el desafío de criar a su hija adolescente junto con su exesposa.
Por su lado, Gordon Klein (Jeffrey Nordling) es un ejecutivo muy poderoso que ama y apoya a su mujer, Renata, en sus proyectos profesionales, pese a no siempre comprender sus actitudes.
Todos ellos viven inmersos en un superficial mundo movido por rumores y por marcadas brechas entre quienes tienen y no tienen dinero, exponiendo los conflictos, secretos y las traiciones que afectan a las relaciones entre todos ellos: maridos y mujeres, padres e hijos, amigos y vecinos.
Big Little Lies excava un poco más profundo en el pasado y presente de los habitantes de Monterrey, y revela un drama subversivo, oscuro y sombríamente cómico en el que confluyen el mito social de la perfección; las contradicciones existentes bajo la idealización del matrimonio, el sexo, las relaciones familiares y la amistad; y, por si fuera poco, una historia detrás de un homicidio.
“Las lecciones aprendidas de Big Little Lies no son tan fáciles de asimilar. Ellos mienten, no al descubrir las verdades, sino al buscarlas. Y esa es una búsqueda increíblemente adictiva”, apunta Ben Travers, del porta Indiewire , sobre la serie.
La contraposición entre las verdades y las mentiras es, por supuesto, uno de los ejes centrales de la serie.
“Justo cuando te preocupa que la serie se está convirtiendo en un concurso de clichés feos sobre la rivalidad femenina, te da una escena conmovedora y matizada que hace profunda la trama. Big Little Lies te sumerge en los misterios y la renovación y la reliberación de sus mujeres. Esperemos que pueda trascender a pequeñas grandes verdades también”, señala, por su parte, la revista Entertainment Weekly.
Viraje de timón
La serie está basada en la novela homónima de la escritora australiana Liane Moriarty, quien colaboró en la producción.
Moriarty vendió los derechos de su libro a Nicole Kidman y Reese Witherspoon y sus respectivas productoras, Blossom Films y Pacific Standard, para adaptaciones televisivas y cinematográficas.
Sin embargo, ambas actrices –quienes figuran como productoras ejecutivas de la serie– decidieron quedarse con la opción de la pantalla chica.
“Tiene sentido que Big Little Lies se convirtiera en una serie de HBO en vez de un filme de un gran estudio. Puesto que las películas de superhéroes y otros filmes exitosos dominan las agendas de lanzamiento de los grandes estudios, incluso verdaderas estrellas del cine como Natalie Portman, Daniel Craig y Bradley Cooper están llevando sus proyectos a empresas como HBO, Showtime, Amazon y Netflix”, destaca The New York Times.
En una entrevista con ese medio, Kidman mencionó haberse sentido atraída por los distintos tonos del libro y la fuerza de los personajes femeninos en la historia.
“Por mucho que se trate de mujeres que están peleando, que están intentando destruirse, también se trata de las amistades”, dice la intérprete australiana.
Pero, detrás de tales argumentos, ¿por qué tanto interés por parte de Kidman por formar parte del elenco de una serie televisiva, cuando su lugar siempre estuvo entre la crema y la nata de la gran pantalla?
A sus 49 años, la mismísima Kidman –ganadora de un Óscar en el 2002 por su papel protagónico en Las horas – forma parte de una generación de actrices de Hollywood para quienes la hostil industria cinematográfica restringe posibilidades y otorga los mejores papeles a mujeres más jóvenes.
En medio de dicha realidad, la mejor manera de obtener roles interesantes es, según The New York Times , “tomar el control creativo y empresarial”, ya sea para la televisión o el cine.
Kidman concuerda. “Me ha permitido moldear mi carrera en términos de ser capaz de encontrar papeles que quizá no me ofrecerían, oportunidades que no podría obtener”, dijo a ese diario un día después de la gala de entrega de los Globos de Oro.
Así, tras una conversación con Whiterspoon en la que ambas decidieron embarcarse en el proyecto, y un café en Australia con Moriarty, el siguiente paso para Kidman fue buscar la cadena adecuada que respaldara la serie.
Tras haber trabajado con HBO en Hemingway y Gellhorn , Kidman admite que sabía lo que el canal podía ofrecer. Y no se equivocaba.
“HBO es el lugar perfecto para que Kidman y Witherspoon puedan sacarles brillo a sus estrellas desteñidas. El contenido original de HBO ha liderado la nueva era dorada de la televisión con series recientes como Girls , Silicon Valley y True Detective ”, resalta Forbes.
Pero más allá de una buena negociación, lo que vale la pena destacar es el esfuerzo de la dupla Kidman-Whiterspoon para abrir espacios a las mujeres en la pantalla.
Ellas integraron un equipo de trabajo conformado solo por mujeres, que Kidman compara con la manera en que un grupo de hombres manejó La gran estafa.
“Reese y yo pensábamos: ‘Muy bien, hagámoslo’, y de pronto Shailene ya era parte del proyecto. Aceptó porque Laura Dern, una de sus mejores amigas, dijo: ‘Yo también participo y hablaré con Shay’”, relató Kidman a The New York Times.
La experiencia resultó tan satisfactoria para las actrices, que ya compraron los derechos del más reciente libro de Moriarty, Truly Madly Guilty , y la productora de Kidman adquirió también los de una novela llamada The Expatriates, con tres grandes papeles para mujeres.
Así las cosas, es posible que pronto seamos partícipes del empoderamiento de Kidman y la visión femenina por la que ahora apuesta.
Véalo. Domingo 19 de febrero. HBO. 9:30 P.M.