Antes de ingresar a la Universidad de Costa Rica a estudiar Historia y Geografía. en los años 90, la radio y la televisión nunca cortejaron a Carlos Álvarez.
Fue una soleada tarde de verano, que Álvarez observó por uno de los ventanales del Archivo Nacional, la que lo impulsó a dejar los pergaminos y los libros a un lado para salir a conquistar nuevos horizontes.
El espíritu rebelde, que dice tener desde siempre, favoreció aquella decisión, que fue apoyada por muchos conocidos suyos, quienes casi le aseguraban que su éxito profesional provendría de su retórica y su voz.
Así fue como Álvarez cerró los libros de Historia para abrir un nuevo capítulo en su vida profesional, pero esta vez frente a los micrófonos, primero; y, más tarde, ante las cámaras de televisión.
Ya pasaron 24 años desde la primera ocasión en que Carlos Álvarez cruzó la puerta de una cabina de radio. Hoy el locutor radial y presentador de canal 7 es una de las voces y rostros más reconocidos en el país.
Apenas el lunes, Carlos Álvarez, de 46 años, inició un nuevo reto en su carrera profesional: ponerse al frente de Teletica Radio 91.5 FM, una emisora de contenidos variados que Televisora de Costa Rica puso a funcionar en alianza con la Fundación Ciudadelas de Libertad.
Al calor de un café del restaurante típico Nuestra Tierra, Carlos Álvarez repasó desde su ascenso a la popularidad, hasta los desafíos que le plantea este nuevo proyecto, así como algunas de las polémicas que han amenazada con eclipsar su carrera e imagen durante el tiempo que lleva ante el ojo público.
¿Cómo le cambia la vida asumir Teletica Radio?
La vida no cambia, va dando pasos que, precisamente, son consecuencia de lo que ha venido haciendo o de lo que se ha venido dando. Es el rol natural de la vida. Alguien no puede esperar grandes cambios si no los provoca, si no busca que se den. Asumir esta responsabilidad es parte de la búsqueda de crecer, de alcanzar cosas, de obtener logros y de querer ver resultados más allá de los que se podrían tener dentro de un claro estado de confort.
Dirigir esta emisora, ¿es la cúspide de su carrera profesional?
Siempre he considerado que en la vida lo mejor está por venir. Plantear que cada etapa es quizá la más alta, es quitarle méritos. Desde luego este es un momento maravilloso, pero lo mejor está por venir.
¿Aspira a algo más?
Siempre. El máximo potencial del ser humano, la plenitud de sus virtudes, sus dones, sus alcances… esa debe ser una aspiración constante y permanente. Cuando nos decimos que este es el punto más alto o el logro esperado, se deja de creer o de soñar. Este es un momento muy grande que espero venga enriquecido por muchos otros momentos más.
Usted es experimentado en la radio, pero, ¿en qué lo reta liderar esta emisora?
Pone a prueba todo lo aprendido. Lo que ha habido hasta ahora ha sido una demostración de que hay capacidad, talento y condiciones, pero es el momento de tomar toda la experiencia, todo lo aprendido y demostrarlo. Creo que el proyecto de Teletica es, por mucho, la posibilidad de que lo teórico se aplique a lo práctico y de que lo práctico se aplique a la realidad y de volverlo esto en una gran realidad. De momento, esto es una gran expectativa, una gran ilusión, un gran proyecto que está con toda la fuerza y disposición.
Tendrá su propio programa...
Tendré dos. El tren (lunes a viernes a las 9 a. m.), que es un programa tipo revista que incluirá a profesionales que nos brindarán herramientas para ayudarnos a vivir correctamente. Queremos que El tren sea una oportunidad para que la gente hable y comente de lo que ocurre. El tren es formación, información y entretenimiento.
”Por la tarde, hace días tenía ganas de hacer una travesura, y si hay alguien a quien le encanta hacer travesuras es Víctor Carvajal. Por eso le dije que nos pusiéramos a jugar un rato y vamos a jugar de 4 p. m. a 5 p. m. de lunes a viernes en Entre dos. Será un programa de sketches , de parodias, radioteatro... Tendremos invitados y nos vamos a reír de nosotros mismos”.
¿Qué aspectos nuevos explora de usted mismo como locutor?
Busco precisamente darle al público que nos ha seguido por tanto tiempo una nueva faceta, propongo una nueva versión sobre la base de quien soy. En este proyecto no vengo a decir que traemos lo mejor de lo mejor de la oferta radial, no voy a hacer tan petulante, ni voy a decir que todo lo que está ahorita en el espectro radial es malo porque hay ofertas muy buenas, por eso hay que salir con algo muy bueno. Buscaré que el rango o el estándar de calidad sea el mismo y con condimentos adicionales que puedan resultar atractivos.
¿Qué ha aprendido durante estos 24 años que suma en la radio?
Que aprender y crecer son cosa de todos los días y que reinventarse es cosa de ciertos tiempos. Eso es fundamental: aprender, crecer y reinventarse. Han sido las bases de esta trayectoria de 24 años. Ese es mi mayor aprendizaje.
De cierta manera Omega era su zona de confort. ¿Le costó decidirse por un cambio en su rol profesional?
Vieras que no. Tengo un espíritu rebelde y libre, y eso me ha hecho no apegarme demasiado ni vincularme con sangre y piedra en ninguna parte. Agradezco cada etapa de mi vida, particularmente Omega que es y seguirá siendo por siempre una casa que quiero, que admiro y respeto, pero la vida es aprender, crecer y reinventarse.
En Omega tuvo funciones de liderazgo y ahora en Teletica Radio las tendrá aún más ¿cuál es su filosofía de líder?
Hacer equipo. Las estrellas están en el cielo, eso me queda a mí clarísimo. Quien quiera hacer un proyecto grande tiene que hacer un equipo grande, y grande no quiere decir en cantidad sino en calidad. Muchas veces ese equipo no necesariamente tiene a los más grandes talentos, pero sí a la gente que más deseo tiene de hacer la cosas. Es eso, sacar lo mejor del equipo y saber que se es parte de él.
¿Teletica Radio lo refresca o lo relanza?
Me refresca y me relanza. Me refresca porque ahora hablábamos de la tranquilidad que me generaba estar en Omega con un proyecto consolidado y que seguirá muy fuerte por muchos años más, pero siempre quería hacer algo más porque uno necesita revitalizarse, y eso me lo da Teletica Radio. Pero también me relanza porque ahora estoy en una posición distinta, haciendo programas distintos, interviniendo en propuestas distintas que no son ajenas a lo que he hecho a lo largo de estos 24 años.
La emisora se lanza en un año electoral ¿cuál será el camino a seguir, porque esta radio es de contenidos?
En eso, la directriz es muy similar a la de Teletica TV; es decir, todos los partidos tienen y tendrán la misma oportunidad de participar. Somos un medio que nacemos con el deseo de ofrecer la mayor cantidad de puntos de vista a los radioescuchas y las directrices al respecto son las mismas que rigen a a Teletica: una línea respetuosa pero firme, sin discriminación ni favoritismo.
¿Qué ha significado para usted la radio y la televisión (en la que lleva 17 años)?
Han sido mi trabajo, mi profesión y una parte muy importante de mi vida. A través de ellos he desarrollado una profesión que si me preguntás antes de que empezara (hace 24 años) si me iba a enamorar tanto jamás lo habría pensado. Nunca creí que esto pudiera ser tan apasionante; no obstante, esto es una parte de mi todo.
¿Qué ha sido lo más difícil de estar en estos medios?
La exposición tan exagerada que ahora generan las redes sociales. No es una queja, es una realidad, entonces hay que aprender a convivir con ello. Trato de no visitar mucho las redes sociales porque cada vez están más llenas de antisociales. Yo le digo a quienes estamos en esto que traten de manejar (las opiniones de los detractores) y que no se enojen tanto con la gente que te 'tira' porque si nos gusta el aplauso hay que manejar eso, son parte.
¿Cómo logra separar su vida personal del foco mediático?
Es que Carlos Álvarez es un personaje que hace un trabajo como el que tiene toda la gente, con la diferencia de que se expone todos los días a un micrófono o a una cámara; pero Carlos, el hijo de Churuca (de Cartago), tiene tata, mama, hijos, hermanos, amigos y entonces tiene que entender que Carlos, el personaje, se queda en el micrófono y detrás de las cámaras. Es él (el personaje) el que en la medida de lo posible tiene que decirle a Carlos Álvarez: 'mirá, no podemos andar separados pero no metamos a mi familia en esto, mi familia no es parte del show ni para bien ni para mal’.
Pero el año pasado, Carlos Álvarez, el personaje, debió salir al paso de temas personales que salieron a relucir (tuvo una hija fuera del matrimonio y se separó de su esposa). ¿Por qué consideró importante ponerle el pecho a las balas?
Porque finalmente somos seres humanos y decidí que, al igual como he recibido el reconocimiento, el apoyo y el aplauso, tenía que tener la valentía de decir que había una situación en mi vida que se estaba dando de tal manera y que la estaba enfrentando. Carlos Álvarez es un personaje que convive en Carlos Álvarez, que come, que duerme, que ríe, que llora, que tiene aciertos y desaciertos; pero di la cara particularmente por una razón que hoy es la razón de mi vida: venía al mundo una criaturita producto de una situación personal que tuve. ¿Debía avergonzarme de ella?, ¿por qué? ¿Debía estigmatizarla desde antes y esconderla? ¿Por qué? Karolina Álvarez Durán es mi gran orgullo, probablemente el procedimiento y la manera en que la trajimos la mamá y yo no fue la correcta, pero ella está ahí y desde su concepción quiero que sepa que siempre estuve orgulloso de ella y que es mi mayor alegría y felicidad y que no importa cuánto me llovió y me llueve hoy día. Ella, junto con mis otros hijos (tiene tres), es de las cosas más grandes que tengo.
¿Eso no eclipsó la imagen de caballero con la que es conocido?
Repito lo que dije en su momento: ‘El que esté libre de pecado que tire la primera piedra’. No hay figura de mayor respeto y admiración que la mujer, así lo pienso, así lo creo y a sí me lo enseñaron y eso no me blinda ante la posibilidad de cometer alguna falta, al contrario, en este proceso en el que estamos todos, para tropezarnos hay que estar caminando. Sigo respetando y alabando por mucho la figura de la mujer y profesándoles mi mayor respeto.
El hombre detrás del micrófono. Carlos Álvarez es un ferviente católico. Su fe y amor a Dios es herencia familiar. "Me decidí a ser católico por legado y convicción", afirma Álvarez, quien de joven hizo todo el proceso preparatorio para ingresar al Seminario y estudiar para cura.
Aunque no llegó al sacerdocio, Álvarez está segurode que dedicará parte de su vida al servicio. Para ello deberán pasar muchos años cuando el "vil metal", como le llama el dinero, no le sea tan necesario. Así mismo, el locutor se define como una persona introvertida, con muy pocos amigos pero con un deseo enorme de ser mejor persona cada día.